De la batalla que en el 711 enfrentó a las tropas del Califato Omeya de Damasco con el ejército visigodo comandado por el rey don Rodrigo creíamos conocer, al menos, lo fundamental: cuándo, dónde, cómo, por qué y con qué consecuencias se desarrolló. Y es lógico ese interés porque pocos episodios hay en la historia de la península Ibérica más decisivos que aquel enfrentamiento de hace más de 1.300 años, clave para el avance de la conquista musulmana. Ahora, ya entrado el siglo XXI, hemos descubierto que quizás lo conozcamos menos de lo que creíamos. La razón: un grupo de eruditos está convencido de que lo hemos estado ubicando mal.
Quizás el enfrentamiento que ha pasado a la historia como la batalla de Guadalete deba buscar un nuevo nombre, uno situado a bastantes kilómetros de distancia.
¿Y si nos equivocamos de lugar? Esa es la pregunta que han dejado botando un grupo de investigadores en un artículo publicado en la revista Atenea. El equipo de ocho expertos que firma el trabajo, entre los que se incluye personal del CSIC o la Universidad Autónoma de Madrid, reconoce que la ubicación exacta de la batalla del verano de 711 que marcó el inicio de la conquista musulmana del reino visigodo ha sido “una de las cuestiones más debatidas de la historiografía” patria, si bien suele asumirse que su escenario fue las proximidades del río Guadalete. Tan extendida está esa idea que se recuerda como “la batalla de Guadalete”.
Los expertos que firman el ensayo de Atenea tienen sin embargo una opinión diferente, una —explican— a la que han llegado tras adoptar una perspectiva algo distinta a la de otros compañeros que han indagado también en el enfrentamiento de 711. En vez de ceñirse a un enfoque filológico, han “primado los testimonios geográficos, estratégicos y logísticos de fuentes primarias”. Gracias a esa labor e información actual sobre los ejércitos y las vías de comunicación del VII han planteado una hipótesis que sitúa la batalla a 60 kilómetros de Guadalete.
¿Qué sugieren ellos? Que la batalla entre las tropas del califato dirigidas por Táriq ibn Ziyab y la del ejército visigodo comandado por el rey Rodrigo tuvo un escenario algo distinto: entre la Laguna de la Janda y el cerro de Torrejosa. Para ser más precisos señalan la zona del río Almodóvar, el lugar que consideran “más ajustado” a lo que relatan las fuentes primarias sobre la geografía, las vías de comunicación e incluso la forma de combatir del siglo VII.
No solo eso. Gran parte de su argumentario se basa en el testimonio de la que, recuerdan los expertos, es la única fuente contemporánea de lo que sucedió en aquella batalla épica de hace ya trece siglos: la Crónica mozárabe de 754. En su relato se deja claro que la contiende se dirimió en los Transductinis Promonturiis. El desafío residía por lo tanto en ubicar de forma correcta esa referencia.
¿Qué les ha motivado? Los investigadores reconocen que a lo largo de los años se han propuesta diferentes hipótesis sobre dónde se situaba realmente el campo de batalla del verano de 711, pero lamentan que “olvidan o marginan” la referencia de la crónica de 754. “Al dejar de lado la crucial importancia de los Transductinis Promonturiis a la hora de identificar el campo de batalla no pueden poner en valor los elementos geográficos aportados por las fuentes árabes más antiguas y seguras. Dicho de otro modo, los descontextualizan geográficamente”, recoge el artículo.
¿Y qué proponen ellos? Ese punto débil de las teorías anteriores —sumado a otros— animó a los expertos a emprender su propio estudio, en el que empiezan por arrojar luz sobre Transductinis Promonturiis. ¿Su conclusión? Tras estudiar las fuentes de la época, los investigadores descartan que pueda relacionarse con Gibraltar, Algeciras, Bolonia o cualquier otro promontorio del Estrecho y miran a las sierras que forman un arco que protege la bahía de Algeciras del interior.
“Un cinturón de montes, no muy alto, pero sí muy quebrado, que se alzaba como un muro entre las tierras bajas de la bahía de Algeciras y las marismas de la laguna de La Janda y el Barbate”, enfatizan. Con ese punto de partida fueron cerrando el foco apoyándose en lo que sabemos sobre las rutas de la época hasta centrarse en un punto concreto: los campos que se extendían entre La Janda y Torrejosa.
¿De dónde viene el error? Los expertos no se limitan a señalar el entorno del río Almodóvar como “el más ajustado” a lo que relatan las fuentes. En su artículo van más allá e indagan en cuál puede ser la causa de que la batalla se haya ubicado hasta ahora en Guadalete. Para ello tiran de otro hilo: el filológico, muy marcado, aseguran, por la “confusión promovida por la ausencia de vocales y la dificultad de la grafía árabe del momento”. En concreto señalan una “maraña de hidrónimos” que, con el paso de los siglos, ha transformado el Wadi Lakko (Río del lago) original en Wadi Lakka, Vedalec, Vadalac, Guadalec y Guadalet.
“No ha de ser por tanto en Guadalete donde se haya de buscar”, remarcan, y a modo de prueba recuerdan que este último río desagua en la bahía o golfo de Cádiz y no en un lago, como sugiere el nombre Wadi Lakko. No es su único argumento. Los expertos aseguran que el lugar en el que habitualmente se ubica la contienda, cerca de Arcos de la Frontera, no se sitúa en la ruta clave entre Córdoba y Algeciras y que incluso hay “poderosas razones militares” que complican que el enfrentamiento pudiese desarrollarse en el entorno del Guadalete.
¿Un nuevo escenario para la historia Eso es lo que reivindican los investigadores, que ya compartían sus avances hace meses con el diario La Voz de Cádiz. “La batalla tuvo lugar al pie del cerro de Torrejosa, en Tarifa, a 100 km de donde se ubicó erróneamente. Al pie de ese cerro hay un llano junto al Almodóvar, que desembocaría en la laguna de La Janda, actualmente desecada. Encontramos un monte, un río y un lago, tal y como recoge la fuente original, la islámica, la más antigua”, resaltaba en junio José Soto, medievalista y coautor del estudio.
Imagen de portada: Wikipedia
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La noticia El punto exacto en el que los musulmanes vencieron a los visigodos en el 711 siempre había sido un misterio. Hasta hoy fue publicada originalmente en Xataka por Carlos Prego .