Sleepy Hollow Farm, también conocido como el lugar “más fotografiado” del estado de Vermont, en EEUU, ha sido desde hace años un destino indiscutible para influencers e instagramers que buscan la foto perfecta del follaje de otoño. Basta con googlear su nombre para maravillarse del precioso paisaje de tono rojizo que se extiende en esta zona durante esta época del año. Un cuento de fantasía hecho realidad.
En TikTok, los vídeos que utilizan el hashtag #sleepyhollowfarm acumulan más de 8 millones de reproducciones, mientras que las fotos en Instagram se cuentan también por miles. A pesar de la existencia de un cartel que señala claramente “Prohibido el paso”, los turistas siguen entrando en la propiedad para posar en fotografías y vídeos. Para disgusto de los vecinos locales.
Sí, los residentes de Pomfret, donde se encuentra este paraje natural, se han hartado de las visitas. Tanto, que han emprendido una campaña para frenar el fenómeno. Y la ciudad les ha escuchado: ha prohibido la entrada a turistas e influencers cuyo propósito sea ese.
En un comunicado del pasado 16 de agosto de su junta selecta, la ciudad señaló que incluso cerraba temporalmente varias carreteras al tráfico de vehículos motorizados del 23 de septiembre al 15 de octubre, incluida Cloudland Road en Pomfret al sur de Barber Hill Road y la totalidad de Cloudland Road en Woodstock.
No sólo eso, la ciudad también ha instituido prohibiciones temporales de estacionamiento, señalización y barreras. “El tráfico en la temporada de follaje en esta área ha aumentado constantemente durante los últimos años, causando importantes problemas de seguridad, ambientales, estéticos y de calidad de vida”, se lee en el memorando.
Cómo morir de éxito, en las redes sociales
Sleepy Hollow Farm es una propiedad privada de 500 metros cuadrados construida a finales del siglo XVIII en Pomfret que cuenta con una clásica casa de campo roja y un antiguo granero ubicado en un sinuoso camino de tierra llamado Cloudland Road. Ver la granja a menudo se considera una actividad de otoño imprescindible en Vermont. Pero, gracias a las redes sociales, la carretera se ha llenado de coches y trípodes.
El actual propietario de la finca la compró por 2,2 millones en 2020 al guitarrista de Aerosmith Joe Perry y su esposa, Billie, quienes hicieron de Sleepy Hollow su refugio en Vermont. La propiedad consta de un estanque, una casa de huéspedes y una cabaña de madera que descansa sobre una colina con fantásticas vistas de los cerros circundantes.
La afluencia de visitantes a lo largo de los años ha sido “abrumadora” para los residentes, explicaba Eric Duffy, director municipal de Woodstock, la ciudad vecina de Pomfret que comparte Cloudland Road, en este artículo de USA Today. Al intentar acercarse lo máximo posible a la granja, los turistas aparcan sus coches a lo largo de la carretera y bloquea el paso rural a los residentes.
La situación ha llevado a los vecinos a abrir un GoFundMe con el objetivo de recaudar dinero y financiar los esfuerzos de las autoridades para hacer cumplir las nuevas medidas de tráfico y mejorar la nueva señalización. “En los últimos años, Cloudland Road (y las pequeñas carreteras adyacentes) han experimentado un aumento sin precedentes de “influencers de viajes” impulsados por Instagram y TikTok, que ganan dinero de los patrocinadores y han monetizado y convertido una casa privada en Cloudland. Camino en un destino fotográfico”, reza la publicación.
Y añade: “Los turistas han dañado las carreteras, han tenido accidentes, han tenido que ser remolcados en zanjas, han pisoteado jardines, han defecado en propiedades privadas, han estacionado en campos y entradas de vehículos y han agredido verbalmente a los residentes”, reza la publicación.
La Junta de Pomfret reconoce que los nuevos esfuerzos de mitigación del tráfico no resolverán completamente los problemas y podrían causar molestias a los residentes e invitados. Pero creen que estas acciones mejorarán significativamente la seguridad y la calidad de vida de los más afectados por la masificación en la temporada otoñal.
Jeff Bezos desarrolló una obsesión casi enfermiza por optimizar el tiempo en las reuniones y Elon Musk no soporta que nadie le lleve la contraria cuando ha tomado una decisión. Bill Gates, por su parte, es conocido por ser especialmente inquisitivo con sus empleados, desarrollando técnicas propias que rallaban lo tóxico para controlar si sus empleados estaban en la oficina o ya se habían ido a casa.
Si el jefe no se va, los empleados tampoco. En 2016, el fundador de Microsoft hizo unas sorprendentes declaraciones en la BBC sobre cómo controlaba qué empleados trabajaban más horas. Una de las cosas que Gates más valoraba cuando dirigía Microsoft era el compromiso y la dedicación de sus empleados. “Por aquel entonces era bastante extremo con el trabajo. Trabajaba los fines de semana. Realmente no creía en las vacaciones” declaró a la cadena británica.
El millonario cuenta con una excelente memoria para los datos, por lo que era capaz de memorizar las matrículas de los coches de sus empleados y relacionarlos con sus dueños para saber quién estaba en las oficinas cuando él llegaba y quién se había ido antes que él. Su socio Paul Allen corroboraba la confesión de Gates en una entrevista a Vanity Fair. “Microsoft era un entorno de mucho estrés porque Bill conducía a los demás tan duro como él mismo. Se estaba convirtiendo en el capataz que merodeaba por el parking los fines de semana para ver quién había llegado”.
Comprobar la poca fiabilidad de ese sistema le sirvió a Gates para reconocer que la presencialidad no es el mejor indicador para medir el rendimiento de un empleado. Un planteamiento que, tal vez, deberían revisar los directivos actuales de algunas empresas a la hora de diseñar las políticas de vuelta a la oficina.
“El incombustible” Gates. Paul Allen cuenta en su entrevista con Vanity Fair una anécdota de Gates con un empleado que había trabajado 81 horas en cuatro días para sacar adelante un proyecto: “Hacia el final de la semana laboral, Gates le preguntó a Greenberg en qué estaría trabajando al día siguiente. Greenberg notificó a Gates que planeaba tomarse el día libre siguiente, a lo que Gates respondió: ‘¿Por qué querrías hacer eso?’ Gates no podía entenderlo. Nunca pareció necesitar recargar las pilas”.
Sin embargo, tal y como el propio Gates reconoció analizando su propia conducta, trabajar muchas horas no tiene nada que ver con ser más productivo. El agotamiento hace mella en la productividad y puede terminar siendo contraproducente para los intereses de su empresa. Además la empresa creció tanto que cada vez era más complicado aprenderse todas las matrículas de los coches. ”Al final, tuve que relajarme cuando la empresa alcanzó un tamaño razonable”.
Síndrome del trabajador quemado. Sobrecargar de ese modo a los empleados con jornadas eternas supone una de las principales causas de baja por enfermedad y renuncia entre los empleados. La Organización Mundial de la Salud (OMS) incluye el Síndrome de trabajador quemado en su Clasificación Internacional de Enfermedades que este síndrome afecta al 10% de los trabajadores y en sus formas más severas puede ocasionar trastornos más graves a entre el 2% y el 5% de los trabajadores, derivando en cuadros de depresión y ansiedad.
La Guía del mercado laboral de 2022 elaborada por Hays detectó que más del 30% de los trabajadores encuestados aseguró que, tras la pandemia, la sensación de burnout entre los empleados había aumentado, siendo uno de los principales motivos para que muchos de ellos se unieran a la Renuncia silenciosa.
Cuidar a los empleados para mejorar la productividad. La cultura laboral ha evolucionado significativamente desde los tiempos en los que Gates estaba al mando de Microsoft. Las empresas valoran cada vez más el equilibrio entre la vida laboral y personal, y reconocen que los empleados necesitan tiempo para descansar y recargar energías. Incluso el propio Gates ha cambiado su postura sobre las vacaciones, reconociendo la importancia del descanso para la salud mental y física, tal y como declaró en una charla sobre el Alzheimer en su canal de YouTube.
En los últimos años, uno de los sectores económicos con mejores perspectivas de trabajo y de buenos salarios ha sido el tecnológico. Las empresas se han dado codazos y han ofrecido todo lo que estaba de su parte por llevarse a programadores, analistas o técnicos de ciberseguridad. Pero tanto los indicadores disponibles como los expertos consultados coinciden en señalar que la fiesta llega a su fin. Que hay claros síntomas de enfriamiento en el mercado laboral de tecnología en España.
Y algunos avanzan que en 2024 la cosa puede ir incluso a peor.
Una encuesta en la que participaron 350 profesionales españoles llevada a cabo por Circular y Joppy, dos firmas de contratación de informáticos, sugiere que estamos ante un punto de inflexión. Algo más de la mitad de los consultados no descarta un ajuste salarial en 2024. Los informáticos de este país, que tan bien capearon la anterior crisis de la Covid-19, hoy no tienen claro su futuro.
Hoy casi un 50% de los empleados de tecnología reconoce que ha recibido menos ofertas de empleo que el año pasado. Los especialistas en contratación y las firmas de recruitment también creen que hay un parón en el mercado. Y no son pocos los que aventuran que esa caída se mantendrá al año que viene. Aunque a largo plazo son optimistas y creen que la situación se reconducirá.
Los expertos consultados por Xataka para este reportaje hacen un balance inquietante: los informáticos siguen siendo necesarios, pero la oferta disparatada de posiciones con salarios siempre al alza llega a su fin, al menos por el momento. Veamos las causas.
Un fantasma llamado recesión
Pedro Montarelo se convirtió en recruiter hace más de una década y en ese tiempo su empresa ha sido capaz de colocar a más de un millar de profesionales tecnológicos. Montarelo constata que, aunque el año empezó con mucho movimiento, mucha demanda de profesionales y “salarios disparados”, en primavera se empezó a notar una ralentización.
“La guerra [de Ucrania] afecta menos, pero el hecho de que varios países europeos hayan entrado en recesión, sobre todo Alemania, ha llevado a muchas compañías al hiring freeze (término inglés para hablar de congelación de las contrataciones) e incluso a despidos. Lo constato con casi todos los directivos con los que hablo. Solo se contrata en caso de proyectos muy urgentes”. Montarelo tiene clientes europeos y reconoce que su actividad está afectada desde el comienzo del verano. “Hay empresas que han pasado de contratarnos 20 o 30 posiciones a dos o tres”, asegura.
(Emilio García/Unsplash)
Los números de Adecco también se refieren a un enfriamiento del mercado laboral tecnológico en España. Según Óscar Rodríguez, director sectorial TIC de The Adecco Group, desde el segundo trimestre del año hay “una caída significativa del número de vacantes”.
En su opinión, no es un dato demasiado “preocupante” porque entre un 20% y un 30% de las vacantes todavía quedan sin cubrir. Pero sí muestra una ralentización en un sector que sigue siendo “una fuente inagotable de empleo” y que ha experimentado subidas del 10% en el número de posiciones ofertadas durante los últimos años. “A la situación económica en Europa, hay que sumarle también la situación política de nuestro país. Esta situación de incertidumbre también afecta mucho a la toma de decisiones de las empresas a la hora de realizar inversiones”, explica Rodríguez.
Los despidos llegan a los programadores
Xavi Sala, responsable de SEO y contenidos de Prosperity Digital, una firma de colocación especializada en perfiles tecnológicos y con sede en Barcelona, habla también de “cierto parón”. Él recuerda que en abril y mayo fue muy comentado el estallido de la “burbuja de startups” en Silicon Valley. El impás estadounidense puso freno a los planes de financiación de nuevos proyectos en España, lo que extendió los temores y condujo al conservadurismo en las contrataciones de muchas empresas no tecnolócias.
“Era la primera vez, que yo recuerde, que se despedía a programadores en las startupsy en unicornios como Glovo. Esto no había pasado nunca antes”, destaca. Aunque asegura que los perfiles que más han sufrido han sido sobre todo los “no técnicos”, como responsables de ecommerce o de marketing digital, o los diseñadores UX. Y, por edad, el parón se ha cebado más con los juniors que con los seniors. Para Rodríguez ha caído mucho el interés en perfiles relacionados con el CRM (herramientas de gestión de clientes), con lenguajes como PHP o con departamentos de soporte informático (help desk).
Montarelo también alude a los efectos de segunda ronda de los despidos que, a finales del año pasado y principios de este, anunciaron las grandes tecnológicas, como Microsoft, Meta, Amazon, Google o Salesforce, entre otras muchas, y que afectaron en total a más de 100.000 profesionales, en muchos casos con carreras largas y altas retribuciones.
“En España, las filiales de esas compañías también han hecho despidos, y las plantillas han estado y están nerviosas”, explica. Además, está el caso de empresas españolas que han apostado fuertemente por procesos de digitalización para el que han necesitado técnicos y programadores, pero que ahora han congelado sus planes. Y eso también ha frenado el mercado laboral informático. “Hay un parón general de las contrataciones, pero en IT sobre todo. El hiring freeze en el sector además está afectando a todos los perfiles. Quizá ciberseguridad está sufriendo un poco menos”, enfatiza.
Este experto cree que es difícil pronosticar cuánto durará el parón de las contrataciones y asegura que todo dependerá de la evolución de la economía, sobre todo de la alemana. Pero avanza que hasta finales de año o principios del año que viene no habrá buenas noticias.
(Raj Rana/Unsplash)
Montarelo también señala otra tendencia que presiona el mercado laboral de tecnología en España: “Como en este país cada vez cuesta más encontrar talento, como plan b las compañías están abriendo otros hubs de desarrollo en otros países del este de Europa. Bulgaria es uno que suena mucho”. De esta manera, las multinacionales reparten las contrataciones entre España y otros países, y evitan quedar a expensas de lo que ocurra en un solo mercado laboral.
La evolución de los salarios
En cuanto a la repercusión de este hiring freezing en los salarios, las opiniones son diversas. Montarelo dice que aún no está repercutiendo en las retribuciones. La lógica es la siguiente: en un entorno más complicado como el actual, el profesional que se cambia de trabajo “pide más dinero”, o si no, permanece donde está.
En este punto recuerda que cambiar de trabajo en España es un riesgo porque si un empleado no pasa el periodo de prueba en su nueva compañía (de seis meses, según la ley), no tiene ni siquiera derecho a cobrar el paro: “Hoy cambiar supone más riesgo que antes, y por eso los que asumen el cambio piden incluso más dinero”.
Sin embargo, Sala considera que en los últimos tiempos las nóminas crecían “el 15% o 20% anual”, y que en algunas posiciones llegaban a avanzar un 25%. Son cifras de verdadera burbuja salarial, según él. En 2022 la retribución ya sufrió un parón y la media salarial del sector subió solo un 6%. Y en 2023 la tónica es parecida.
En cualquier caso, Sala sí es optimista y pronostica que este punto de inflexión que vive el empleo en el sector tecnológico se notará poco si se abre el ángulo de visión y se mira a los próximos diez años: “El crecimiento de ofertas de empleo en el sector TIC sigue estando por encima del de otros sectores porque sigue habiendo una gran necesidad de digitalización, con muchas industrias yendo al cloud y la economía de los datos”.
Ese optimismo lo comparte Rodriguez, de Adecco, que señala que la explosión de la IA generativa y su aplicación a áreas como atención al cliente, recursos humanos o marketing van a aumentar las inversiones en tecnología y la demanda de profesionales.
El teletrabajo: fuente de tensión
El teletrabajo fue una constante durante la pandemia y desde ese momento ha ido cayendo lentamente en España. No obstante, al día de hoy, y según datos de una macroencuesta de InfoJobs, todavía un 22% de las personas ocupadas trabaja desde su domicilio, total o parcialmente. El sector informático es uno de los que más ofrece esta posibilidad.
Ofertas de empleo de analista, desarrollador de backend o ingeniero frontend casi siempre llevan aparejada la posibilidad del trabajo en remoto. Las empresas de contratación tienen claro que el teletrabajo es el beneficio más valorado por los profesionales. Y creen que en 2024 seguirá siendo clave para atraer talento.
(Andrew Neel/Unsplash)
Para Pedro Torrecillas, CEO y cofundador de Circular, el modelo de trabajo perfecto sería “aquel que ofreciera una cultura remote first, pero que diera a los empleados la opción de ir a la oficina si lo desean (…) Es importante que las empresas organicen jornadas presenciales o actos sociales que les animen a asistir en persona, pero la clave está en que sientan que puedan elegir y no estén obligados a desplazarse si no quieren”.
Sin embargo, la preferencia de los trabajadores empieza a chocar con los deseos de los empresarios en el último año, que en muchos casos están pidiendo, de forma más o menos explícita, y por requerimiento de las casas matrices, como la de Apple o Google, un regreso total o mayoritario a las oficinas.
“Las compañías con las que hablo quieren menos teletrabajo, y eso es un problema porque los candidatos siguen agarrándose al teletrabajo. Algunos procesos que tenemos abiertos nos están costando porque la compañía ofrece uno o dos días a lo sumo de trabajo en remoto, y los candidatos, sobre todo desarrolladores, piden más, tres o cuatro días“, dice Montarelo.
“Con los despidos y el freno de las contrataciones, las empresas han recuperado un poco el control. Antes estábamos en un mercado donde los candidatos tenían todo el poder de negociación, y ahora la situación vuelve a equilibrarse”, asegura por su parte Sala. “Se sigue viendo flexibilidad en las ofertas, pero ya no hay tantas con trabajo remoto todo el tiempo”, añade.
Montarelo asegura que los profesionales más jóvenes se han acostumbrado al teletrabajo y no conciben un esquema donde no haya flexibilidad, y mucho menos una dinámica de cinco días de oficina, y de 9 a 6. Y matiza que son los perfiles “más maduros” los que, por temor a perder su empleo, son menos exigentes en este aspecto. En cualquier caso, la última macroencuesta de Infojobs asegura que en España todavía hoy una de cada dos empresas da la opción de teletrabajar a sus empleados: un 38% de ellas con una fórmula híbrida, y un 13% de manera totalmente remota.
El tamaño importa a la hora de elegir televisor. Cuando nos vamos a comprar una nueva tele, es quizás la primera pregunta que debemos hacernos. ¿Cuántas pulgadas debería tener? ¿Cuál es el tamaño recomendado para nuestro salón o habitación? Aquí os explicamos qué debéis tener en cuenta y cómo elegir el tamaño ideal del televisor.
Porque no es lo mismo un gran salón donde nos quepa una gigantesca tele de 98 pulgadas que una pequeña sala donde la veremos a poco más de un metro. Precisamente este es el primer factor a tener en cuenta: la distancia a la que tendremos el televisor. Si la colocamos muy cerca será molesto, pero si estamos muy lejos y faltan pulgadas, tampoco es lo ideal.
El segundo factor a tener en cuenta es la resolución. A más resolución, más píxeles. Y por ello, un televisor 4K se ve más nítido que un televisor FullHD. Hoy no hablaremos de calidad de color o brillo, pero la resolución sí es importante a la hora de decidir el tamaño del televisor.
Que un televisor sea más grande no significa que vaya a verse mejor. Por eso es tan importante elegir el tamaño apropiado. Si compramos un televisor demasiado grande y estamos muy cerca, veremos la imagen pixelada. En cambio, si elegimos un televisor muy pequeño no veremos todos los detalles que el televisor puede llegar a brindarnos.
De qué depende la distancia óptima
Cada persona tiene un nivel de agudeza visual concreta, pero hay una serie de parámetros generalizados que permiten calcular cuál debe ser el tamaño ideal para nuestra tele. El más determinante es el ángulo de visión.
La distancia ideal es aquella donde estemos colocados de tal modo que coincida con lo que vería la cámara con la que fueron tomadas las imágenes. Si estamos más cerca, tendremos un ángulo de visión más amplio. Si nos alejamos, tendremos un ángulo más estrecho.
Ejemplo con un televisor de 55 pulgadas
¿Y cuál es entonces el ángulo ideal? Pues aquí depende de lo que vayamos a ver. La recomendación de la Society of Motion Picture & Television Engineers (SMPTE) es que la pantalla ocupe 30 grados de nuestro campo de visión.
Sin embargo, según la empresa THX, conocida por la certificación para salas de cine, la recomendación para contenido de cine en 4K y tener una inmersión total es que el ángulo de visión sea de 40 grados.
Anteriormente, con el FullHD, la recomendación era que con un ángulo de visión de 20 grados era suficiente.
Por tanto, para calcular la distancia ideal de nuestro televisor deberemos tener en cuenta qué criterio nos interesa, si el más conservador de los 30 grados o el de cine inmersivo con 40 grados. Con el primero nos saldrá que el tamaño recomendado es más pequeño, mientras que con el segundo nos saldrá un televisor más grande para tener una experiencia de cine mejor.
El ratio
¿Cómo se traduce esto de los grados en distancia y pulgadas? Aquí es donde entra la sencilla fórmula del ratio. La regla mágica es multiplicar el número de pulgadas por el ratio y nos saldrá la distancia ideal.
Aquí cada fabricante recomienda un ratio distinto, pero podemos simplificarlo en tres números.
Ratio 1,2: equivalente a un ángulo de visión de 40º
Ratio 1,6: equivalente a un ángulo de visión de 30º
Ratio 2,5: equivalente a un ángulo de visión de 20º
Os ponemos un ejemplo. Supongamos que nos ha gustado mucho un televisor de 65 pulgadas y queremos saber cuál es la distancia ideal para verlo. Lo que hay que elegir es el ratio que nos encaja. En este caso pongamos que lo queremos para ver cine en 4K. Por tanto, multiplicaremos por 1,2.
65 pulgadas x 1,2 = 78 pulgadas. Convertido en centímetros, son 198. Es decir, dos metros.
A continuación os dejamos con una tabla con los tamaños más populares y cuál es la distancia ideal. Con tres columnas, en función del ratio elegido. Recordamos que se trata de la distancia ideal de visionado. Si colocamos la tele más cerca probablemente veamos demasiados píxeles. Y si la colocamos más lejos, no estaremos apreciando todos los detalles.
Ratio 1,2 (cine 4K – 40º)
ratio 1,6 (4k – 30º)
ratio 2,5 (1080p – 20º)
40″
1,2 metros
1,6 metros
2,5 metros
43″
1,3 metros
1,7 metros
2,7 metros
50″
1,5 metros
2 metros
3,1 metros
55″
1,7 metros
2,3 metros
3,5 metros
65″
2,0 metros
2,6 metros
4,1 metros
75″
2,3 metros
3 metros
4,7 metros
85″
2,6 metros
3,4 metros
5,4 metros
98″
3 metros
4 metros
6,2 metros
Qué dicen los fabricantes
Los distintos fabricantes tienen su propia recomendación, pero la mayoría coinciden con los ratios comentados anteriormente. En los últimos años estamos viendo que la tendencia es ir hacia televisores cada vez más grandes.
Esto se traduce en que algunas marcas ya hablan de que el ratio ideal es “entre 1 y 1,5”. Es el caso de fabricantes como TCL, Sony o Panasonic. Otras marcas como Samsung se basan en la recomendación de THX y abogan por el ratio de 1,2, cada vez más extendido como el patrón ideal para elegir un televisor 4K para ver cine en casa.
Imagen: Rtings
El gráfico superior de Rtings engloba las conclusiones sobre la distancia ideal del televisor, en función del tamaño y la resolución. Para hoy en día, donde la resolución Ultra HD 4K es la más común, recomendamos fijarnos en la franja azul clara.
Si por ejemplo tenemos 3 metros hasta el televisor. Podríamos optar por un televisor 1080p de entre 55 y 70″, pero si ya nos vamos a 75″ deberá ser 4K. De nuevo se repite la idea de que la resolución 4K permite comprarnos televisores más grandes.
Siguiendo los resultados de las distancias ideales, es momento de ver qué tamaño máximo de televisor es el recomendable según la distancia que tenemos en casa. Ya os anticipamos que, según la industria, es recomendable tener teles realmente grandes. Otro asunto es que económicamente nos lo podamos permitir o que el mobiliario de nuestro salón encaje con un televisor así.
Si tenemos poca distancia, por ejemplo menos de 1,5 metros. No se recomienda comprar un televisor de más de 55 pulgadas. Y eso teniendo en cuenta el ratio de cine inmersivo.
En cambio, si tenemos entre 2 y 3 metros, la recomendación estándar es como máximo un 75″. Sin embargo, si lo queremos para cine 4K podríamos optar por modelos todavía más grandes. Obviamente la elección está en tus manos.
Hace unos años, en su búsqueda de crear un escudo contra la radiación para proteger las naves espaciales tripuladas en misiones al espacio, la NASA publicó un sorprendente anuncio en el que buscaba expertos en una disciplina poco común: el arte del origami.
Querían crear un dispositivo que estuviera lo suficientemente plegado y compacto para que cuando aterrizara en un planeta pudiera expandirse y proporcionar la máxima eficiencia y protección. “El origami encaja naturalmente con muchos problemas relacionados con la capacidad de despliegue en el espacio”, señaló Robert J. Lang, artista de origami y ex físico de la NASA.
Tras el anuncio, la gente aficionada a las figuras de papel empezó a mandar solicitudes acompañadas de sus diseños para poder formar parte del proyecto. Pero esta no iba a ser la primera ni la última que los ingenieros espaciales recurrieran al arte japonés en busca de inspiración. Entre otros proyectos anteriores, la NASA anunció también que junto a la Universidad Brigham Young estaba creando un radiador plegable inspirado en origami que permitiera controlar la tasa de pérdida de calor cambiando su forma.
Pero este arte centenario de doblar papel tiene muchas aplicaciones científicas más allá del espacio. La ciencia detrás de los patrones de pliegue ha abierto posibilidades sorprendentes para manipular la forma, el movimiento y las propiedades de todo tipo de materiales: filtros de máscaras faciales, bolsas de aire de los automóviles, robots, endoprótesis vasculares y hasta células vivas.
El arte del origami existe en Japón desde el siglo XVII, aunque hay estudios que establecen su origen mucho antes. Al principio, los modelos eran muy simples y, como el papel era demasiado caro, sólo se usaban para celebraciones importantes, como las mariposas de papel que adornan las botellas de sake en las bodas sintoístas. A medida que los precios del papel fueron bajando, los usos del origami se extendieron a otros usos como juguetes o para lecciones de geometría para niños.
Pero a mediados del siglo XX, el maestro del origami Akira Yoshizawa transformó esta disciplina en un arte, dando vida a diferentes diseños de animales, como gorilas, grullas o elefantes. Con la publicación de su primer libro en 1954, Yoshizawa hizo que esta forma de arte fuera más accesible, estableciendo un lenguaje comprensible de líneas de puntos, guiones y flechas que contribuyeron a los sistemas que todavía se utilizan en la actualidad.
Pero lo que más nos interesa hoy no es tanto su parte artística como la manera en la que el origami aprovecha patrones de pliegue que en realidad existen en todo el universo, en la naturaleza, como pueden ser hojas emergiendo de un capullo o insectos doblando sus alas. Sin embargo, para que estos pliegues sean científicamente útiles, los investigadores no sólo deben descubrir los patrones sino también comprender cómo funcionan.
Son precisamente estos principios matemáticos los que lo hacen aplicable a la ciencia y la industria. Por ejemplo, la capacidad de plegar estructuras bidimensionales en formas tridimensionales complejas pero compactas es especialmente valiosa para las misiones espaciales, donde es esencial mantener las cargas útiles pequeñas.
Un equipo de investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Lausana de Suiza diseñó un robot inspirado en origami llamado Mori3 que podía transformarse en casi cualquier objeto 3D. Los autores señalaron que necesitaban que fuera modular y permitiera a los astronautas usarlo para una variedad de propósitos en los viajes espaciales.”Nuestro objetivo con Mori3 es crear un robot similar a un origami, que pueda ensamblarse y desmontarse a voluntad dependiendo del entorno y la tarea”, dijo el equipo.
En la misma línea, también se han inspirado en origamis los paneles de los satélites, que deben poder plegarse en formas compactas para poder meterse en un cohete estrecho. y sólo desplegarse una vez que el cohete ha despegado hacia el espacio exterior. Se cree que el primer panel solar de origami fue empaquetado en una nave espacial japonesa que se lanzó en 1995. Esto se logró utilizando el pliegue Miura, un método para doblar una superficie plana en un área más pequeña y que lleva el nombre del astrofísico Koryo Miura.
Ahora, las aplicaciones del origami están dando incluso forma a dispositivos médicos. Ryan Geiser, quien perdió a su abuela a causa de Alzheimer, junto a investigadores del Centro de Enfermedades de Plegamiento Erróneo de la Universidad de Cambridge, están utilizando inteligencia artificial para comprender mejor el plegamiento de proteínas que podrían revelar secretos sobre la enfermedad de Alzheimer.
Lo hacen comparando las proteínas con el origami. “Así como el papel debe doblarse en una estructura particular para crear una forma de origami específica, en una célula se supone que las proteínas se pliegan de una manera específica, por lo que cada proteína puede llevar a cabo una función determinada, con puntos pegajosos dentro de la proteína que sostienen la estructura”, explica Geiser.
Y también en el campo de la biomedicina. Un equipo del Laboratorio de Inteligencia Artificial y Ciencias de la Computación del Instituto Tecnológico de Massachusetts ha desarrollado un robot que puede plegarse para caber en una cápsula de pastilla. Una vez ingerida, el robot se despliega y puede dirigirse por el sistema digestivo mediante campos magnéticos programables. “Imagínese un futuro de cirugías sin incisiones, sin dolor y sin riesgo de infección”, comentaba el equipo. Ya tiene un uso claro: extraer del estómago las pilas de botón ingeridas, un peligro mortal que experimentan miles de niños cada año.
Hay una infinidad de relojes deportivos en el mercado para los más aventureros que quieren monitorizar todo el deporte que hagan al aire libre. Como no es posible probar todos los modelos del mundo, una guía muy útil es leer lo que los compradores comentan en sus valoraciones, aunque el reloj que más tiene de lejos en Amazon es el Garmin Instict Solar, que está por 248,58 euros.
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Comprar el Garmin Instict Solar al mejor precio
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Este reloj deportivo cuenta con una pantalla redonda monocroma de 1,1 pulgadas y de resolución de 176 x 176 píxeles. Incluye una lente ultrarresistente y transflectiva, que se hace visible a la luz del sol en todo momento y que tiene memoria de píxeles. Resiste la presión del agua hasta 10 ATM.
A nivel de funciones, dispone sensor de temperatura, barómetro, altímetro, sensor de oxígeno en sangre, acelerómetro y de frecuencia cardiaca. También viene con función fitness, monitorización del sueño, del ciclo menstrual, seguimiento de hidratación, de estrés o de calorías. Además, permite hacer pagos con contactless gracias a Garmin Pay.
Integra GPS, GLONASS y Galileo, así como Bluetooth y ANT+ para conectividad y transferencia de datos. Su batería promete una duración de 60 horas en modo GPS, llegando a las 145 horas con su carga solar.
Comentario más positivo
Sorprendido gratamente. Por Nacho, con 5 estrellas.
Después de haber tenido un Polar FT7 que sólo te medía las pulsaciones con banda pectoral, un Polar V800 (en su día el tope de gama) también de banda pectoral y un Amazfit barato bastante bueno para su precio, me decidí a saltar a Garmin. Habiendo sido cliente de este tipo de productos, me tomé mi tiempo para investigar (que si el Venu, que si el Vivoactive) y encontré éste.
Del mismo modo que Dacia decía que vendía coches para la gente que quería un coche, este Instinct es un reloj deportivo para la gente que quiere un gran reloj de Garmin deportivo. Cómodo, ligero, estética ochentera estilo Casio G-Shock y con todo lo que necesitas y más. Sin detalles para mí irrelevantes como coloritos en la pantalla, pantalla táctil, musiquitas o pagar con el reloj. Tienes la opción de activar las notificaciones, pero yo tampoco uso eso.
Es una pena que no tenga una widget específica para la recuperación después del entrenamiento y el descanso y cómo evitar sobreentrenar. Supongo que no hay reloj perfecto porque si lo hubiera no habría actualizaciones y versiones diferentes y más avanzadas. Me quedo con él y muy satisfecho. Si tenéis algún problemilla, antes de devolverlo le metéis un reseteo y a lo mejor os dais cuenta, como me pasó a mí, de que os encanta.
Comentario más crítico
Bastante decepcionado. Por Cliente Amazon, con 3 estrellas.
Durante 7 meses he estado usando un Garmin Forerunner 55, que es de la gama baja de Garmin pero me ha dado resultados excepcionales a la hora de hacer seguimiento de los entrenamientos, pulsómetro, VOmax, posicionamiento excelente y duración de batería de casi dos semanas con 10 salidas a ejercitar de 1h cada una.
Decidí probar el Garmin Instinct Solar por ser de gama más alta, las buenas reseñas y haber una buena oferta (198€). Después de una semana de uso con varios ejercicios, puedo decir que no supera en nada al Forerunner 55 y en muchos de esos puntos que he comentado anteriormente se queda muy por detrás.
Posicionamiento, he probado con todas las posibilidades. GPS+Glonass, GPS+Galileo y GPS sólo y en todos los casos hay excursiones de estimación muy fuera de la trayectoria real.
Batería, cargado a tope inicialmente marca 19 días de autonomía, pero me ha durado 5 días, después de tres salidas. Muy lamentable, más incluso teniendo en cuenta la supuesta carga solar.
Por decir algo positivo, está bien el barómetro y el termómetro, pero son totalmente prescindibles para lo que yo lo quiero.
Es probable que para ejercitarme vuelva al Forerunner 55.
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Parece razonable que quien más dinero tiene aporte un mayor porcentaje a la sociedad en la que vive para corregir las desigualdades y contribuir a un reparto de la riqueza más justo. Sin embargo, cosas de los sistemas fiscales, los milmillonarios de Estados Unidos en 1960 soportaban una tasa impositiva del 91% frente al 37% que de media soportan en 2023.
Hace ya más de una década, Warren Buffett apuntaba desde el New York Times, que los ultrarricos como él estaban pagando menos impuestos que sus propios empleados y pedía medidas regulatorias más solidarias para las grandes fortunas. El esquema fiscal no ha cambiado en exceso, lo que ha provocado una mayor brecha entre los más ricos y el resto de la población.
Milmillonarios soportando menor carga impositiva que los más pobres. Puede sonar impresionante que un millonario de Estados Unidos pague cientos de millones de dólares en concepto de impuestos. Sin embargo, no lo es tanto si se tiene en cuenta que, la tasa impositiva aplicada a las 400 mayores fortunas de Estados Unidos era, de media, del 23%, frente al 24,2% de media que pagan los ciudadanos más empobrecidos, tal y como apuntan en The Washington Post.
Según datos del Congreso de Estados Unidos, aplicar la propuesta de Warren Buffett de establecer una tasa impositiva mínima del 30% para los ultrarricos garantizaría que una gran fortuna nunca pague menos impuestos que un empleado y recaudaría unos 72.000 millones de dólares en 10 años.
Esta desigualdad no siempre ha sido así. En 1960, las grandes fortunas pagaban hasta el 91% de sus ingresos en concepto de impuestos. En 2023, ese porcentaje ha bajado hasta un rango medio del 37% según datos de Americans for Tax Fairness (ATF). Todo ello mientras, según datos de Oxfam, el 1% de la población que corresponde a los ultrarricos ha acaparado el 50% del total de la nueva riqueza generada durante la última década.
Desigualdad a golpe de reforma fiscal. El principal motivo de esta reducción en la presión fiscal a los ultrarricos han sido las constantes reformas fiscales que se han ido aprobando en los últimos 30 años, que han generado lagunas jurídicas que permiten a los milmillonarios reducir su carga fiscal. Por ejemplo, una gran hipoteca para cubrir la compra de una mansión de centenares de millones de dólares, tendría una deducción fiscal mucho mayor sobre los intereses, que la que obtiene una familia de clase media sobre los intereses de su hipoteca para una casa de dos dormitorios.
Las sucesivas reformas han intentado que las fortunas medias no se vean perjudicadas, pero en su empeño han creado un escenario en el que los milmillonarios se benefician de forma desproporcionada creando una brecha importante hasta extremos como el que publicaba la BBC, en el que se hacía eco de que Jeff Bezos no había pagado nada de impuestos entre 2007 y 2011. A Elon Musk el saldo de impuestos le salió a cero en 2018, mientras millones de trabajadores tuvieron que cumplir con sus obligaciones fiscales.
El impuesto al patrimonio no funciona con los ultrarricos. La imposición de un impuesto al patrimonio es una medida que se ha planteado en muchos gobiernos, para intentar equilibrar esas desigualdades. De hecho, España es uno de los pocos países de Europa junto a Noruega y Suiza, en el que se aplica, aunque algunas autonomías lo tienen bonificado.
Aunque este impuesto puede resultar útil para las pequeñas fortunas que basan su patrimonio en propiedades. Pero es del todo ineficaz cuando se trata de aplicar a una fortuna de miles de millones y la mayor parte de ella está invertida en activos de bolsa que suben como la espuma, pero también caen a la misma velocidad. Eso hace que, a menudo hablemos de grandes ganancias millonarias y enormes pérdidas que, como en el caso del gato de Schrödinger, no se sabe si está muerto o vivo hasta que no se abre la caja y hacen efectivas. A esto le sumamos que muchos de los fundadores de estas empresas no perciben un salario mensual (o es simbólico) por lo que su fortuna no proviene de rendimientos del trabajo.
Hasta los millonarios piden pagar más impuestos. Un grupo de 200 millonarios de todo el mundo ha remitido una carta abierta a los máximos representantes políticos reunidos en el último World Economic Forum (WEF) celebrado en Davos. En la misiva, los millonarios pedían una mayor presión fiscal sobre las grandes fortunas para reducir la extrema desigualdad que se está creando entre los ultrarricos y el resto de la población.
Millonarios de todo el mundo han exigido sentido común a los gobernantes e inversiones para un futuro mejor y más justo para todos. “como millonarios queremos contribuir a esa inversión” aseguran en su carta. El problema es que los sistemas fiscales de la mayoría de países no grava la riqueza, sino las rentas que obtienen por ella.
Ningún millonario español firma la petición. Los firmantes de la petición de Davos proceden de distintos países destacando nombres de Estados Unidos como el actor Mark Ruffalo, herederos del imperio Disney o de fundadores de grandes corporaciones como BASF. Ningún español se encuentra entre los firmantes y lo cierto es que no es extraño dado que, en proporción, España se sitúa muy por debajo en la tabla por número de millonarios. EE.UU es el país con más milmillonarios registrados con 735, seguido por China con 495, India con 169.
En Europa, el país con más milmillonarios es Alemania con 126, Italia con 64, Reino Unido con 52 y Francia con 43. Según Forbes, en España había en 2022 solo 28 personas con una fortuna por encima de los 1.000 millones de euros. Desde hace más de una década, esa lista de milmillonarios españoles está encabezada por Amancio Ortega con una fortuna de 77.300 millones de dólares, y su hija Sandra Ortega Mera con 6.900 millones de dólares.
El último estudio sobre el Ozempic no lo ha impulsado un asociación de endocrinos, un colegio médico o un grupo de pacientes con diabetes. No. Lo firma ni más ni menos que Walmart, la cadena estadounidense de hipermercados con 10.500 establecimientos repartidos por una veintena de países. Y es interesante tanto por lo que muestra como por lo que sugiere: tras analizar las cestas de sus clientes ha concluido que quienes usan Ozempic o Wegovy acaban comprando menos comida, la enésima muestra de las mil derivadas de estos fármacos.
Nos explicamos.
¿Qué ha pasado? Que los responsables de la cadena de venta minorista Walmart se han hecho una pregunta peculiar: ¿influyen los medicamentos que se consumen para la pérdida de peso en la compra de comida Y si es así, ¿en qué medida Para salir de dudas realizaron un sencillo estudio que muestra que aquellos clientes que incluyen en su cesta agonistas del GLP-1, una familia de fármacos comercializada con marcas como Ozempic o Wegoy, se van de sus tiendas con menos comida.
“Vemos un ligero cambio en comparación con la población total, un ligero retroceso en la cesta de la compra general”, explica a Bloomberg John Furner, presidente y consejero delegado de operaciones de Walmart en EEUU. El directivo no habría entrado en detalles y durante la entrevista se limitó a apuntar a “menos unidades” y “ligeramente menos calorías”, pero sus palabras resultan interesantes. Y buena prueba es que nada más hacerse públicas parecen haber afectado ya a la cotización de firmas dedicadas a producir bebidas azucaradas y aperitivos.
¿Cómo ha podido hacer el cálculo? Gracias a su posición privilegiada. En la extensa lista de productos comercializados por Walmart se incluye comida, ropa, libros… y fármacos. Para determinar si la venta de medicamentos de semaglutida —compuesto en el que se basa el Ozempic o de Wegovy— estaba influyendo en la de otros productos, como alimentos, se limitó a comparar el comportamiento de los clientes que recogen estos fármacos de sus locales y los de otros con un perfil similar pero que no acuden a Walmart con una receta médica en la mano. La información era anónima y con ella la cadena buscaba patrones de compra.
¿Caen todas las ventas? No exactamente. Quizás la multinacional esté percibiendo un retroceso en la compra de alimentos por parte de ciertos clientes, pero “el efecto semaglutida” no afecta del mismo modo a todos sus departamentos. Su éxito han aumentado las ventas en las farmacias minoristas y la propia Walmart reconocía hace unos meses sus esperanzas de que ayudasen a impulsar sus ventas durante el resto de 2023. “Esperamos que la alimentación, consumibles y salud y bienestar, principalmente debido a la popularidad de algunos medicamentos GLP-1, crezcan como porcentaje total en la segunda mitad”, comentaba un directivo.
Queda, eso sí, la duda de cuál es el beneficio efectivo para los vendedores, más allá del volumen de facturación. “Se empieza a escuchar a los minoristas hablar sobre estos fármacos. Pero no diría que son necesariamente beneficiarios de la creciente popularidad”, reconoce a la CNBC Arun Sundaram, de CFRA Research: “No están obteniendo muchas ganancias con los medicamentos. Por lo tanto, en realidad es sólo un generador de tráfico y no una fuente de ganancias para ellos”.
¿Disponemos de más datos? Sí. Especialmente interesantes son por ejemplo los datos de ventas publicados hace poco por Trilliant Health, que muestran cómo los proveedores de atención médica en EEUU han emitido más de nueve millones de recetas de Ozempic, Wegovy y fármacos similares para la diabetes y obesidad durante los últimos tres meses de 2022. El dato representa un alza del 300% entre principios de 2020 y finales de 2022. Gran parte de ese pastel fue para Ozempic, de Novo Nordisk, con más del 65% de las prescripciones a finales de 2022.
¿Y por qué es interesante? El estudio de Walmart es interesante por la tendencia que sugiere. Como señala a la NBC Steve Cahillane, director ejecutivo del fabricante de aperitivos Kellanova, es pronto aún para determinar si Ozempic llegará a suponer “un viento en contra”, pero en el sector de la alimentación hay quien ya sigue el fenómeno con atención. Axios deja algunas pinceladas que dan una idea aproximada de hasta qué punto los inversores le prestan atención.
En un informe elaborado en verano un equipo de analistas ligados a Morgan Stanley analizaron cómo el fármaco podría alterar el “ecosistema alimentario”. Y más allá de las valoraciones o reflexiones, deja sobre la mesa algunos porcentajes especialmente interesantes. Sobre todo si se tiene en cuenta que, aunque se esté recetando para la pérdida de peso, el Ozempic fue aprobado en 2017 por la FDA para tratar la diabetes tipo 2. Caso distinto es el de Wegovy, aprobado hace dos años por el mismo organismo para el control del peso en ciertos adultos.
¿Y qué dicen los datos? Según el dossier publicado por Axios, los analistas, estrategas y asociados de Morgan Stanley calculan que a lo largo de la próxima década el 7% de la población estadounidense podría estar ingiriendo fármacos para la obesidad. El dato es relevante para el sector de la alimentación y en concreto los fabricantes de comida rica en grasas o azúcares porque, abunda, quienes recurren a los medicamentos probablemente consumirán un 20% menos de calorías.
Un informe de Barclays apunta en una línea similar y alerta de que los fármacos usados para bajar peso suponen un riesgo real para compañías de comida rápida.
TSMC y Samsung mantienen un pulso peculiar. Uno al que quiere unirse Intel en 2025. Estas tres compañías son los mayores fabricantes de semiconductores del planeta, aunque durante los últimos años la taiwanesa TSMC y la surcoreana Samsung han aventajado a Intel con mucha contundencia gracias a la mayor sofisticación de sus litografías de vanguardia. Para estas dos empresas tener los nodos más avanzados es importante porque este hito atrae clientes, y tradicionalmente TSMC ha liderado el mercado en este ámbito.
Samsung parece estar decidida a dar la vuelta a la situación. Ambas compañías iniciaron la producción a gran escala de chips de 3 nm el año pasado, y sabemos desde hace tiempo que, como cabía esperar, están enfrascadas en el desarrollo de su litografía de 2 nm. De hecho, Intel también lo está. A principios del pasado mes de febrero Wang Rui, la presidenta de la filial de Intel en China, afirmó que sus ingenieros ya han completado el desarrollo de sus tecnologías de integración de 2 y 1,8 nm.
En cualquier caso, Samsung quiere liderar el mercado de los nodos litográficos de vanguardia. Y para lograrlo su estrategia no pasa por ampliar el alcance de sus nodos de 3 nm; según los medios asiáticos su propósito es adoptar lo antes posible su litografía de 2 nm. Este plan está alineado con las declaraciones de Kye Hyun Kyung, el director general de la división de semiconductores de Samsung, en las que ha predicho que su compañía superará a TSMC y sus otros competidores (en clara alusión a Intel) durante los próximos cinco años.
La litografía de 2 nm no es tan bonita como la pintan los fabricantes de chips
Las declaraciones de Kye Hyun Kyung a priori podrían parecernos una bravuconada. Pat Gelsinger, el director general de Intel, ha pronosticado esencialmente lo mismo, pero, como es lógico, a favor de su propia empresa. Sea como sea es interesante conocer qué planean estas compañías y qué pretenden hacer para liderar una industria en la que durante los últimos años ha reinado TSMC sin inmutarse lo más mínimo. Curiosamente, esta última compañía, que lidera el mercado con rotundidad, es la que ha adoptado una postura menos agresiva. Es evidente que su relativamente cómoda situación se lo permite.
Los nanómetros ya no reflejan fielmente la longitud de las puertas lógicas u otro parámetro físico
No obstante, a los usuarios nos interesa ir más allá de lo que nos dicen los fabricantes de circuitos integrados, y para hacerlo es importante que no pasemos por alto dos factores muy relevantes. El primero es que los nanómetros ya no reflejan fielmente la longitud de las puertas lógicas u otro parámetro físico, como la distancia entre los transistores. Cada fabricante de chips los maneja con mucha libertad, lo que a los usuarios nos impide comparar directamente las litografías que intentan “vendernos”. Lo ideal sería que dejasen de hablar de nanómetros o ángstroms y empezasen a describir sus tecnologías de integración recurriendo a un parámetro objetivo, como la dimensión crítica.
Por otro lado, los fabricantes de chips en general, y TSMC y Samsung en particular, llevan con relativa discreción uno de los principales desafíos a los que se enfrentan: el rendimiento por oblea de sus litografías más avanzadas es manifiestamente mejorable. A estas dos compañías les está costando mucho alcanzar un rendimiento de al menos el 70% en sus nodos de 3 nm, una cifra que aseguraría la rentabilidad de esta tecnología de integración y atraería a más clientes.
Ahora mismo se mueven entre el 50 y el 60%, por lo que buena parte de los núcleos de cada oblea son inservibles. Está muy bien que estas empresas se esfuercen para tener la mejor litografía y ser más competitivas, pero este hito les servirá de muy poco si por el camino no maximizan su rendimiento por oblea. Y para nosotros los consumidores esta ineficiencia es un problema debido a que tiene un impacto directo en el precio de los chips que incorporan los dispositivos que compramos. Este es el meollo del asunto.
Si quiere ser realmente “sostenible” y presumir con todas las de la ley de esa etiqueta, a la eólica no le llega con facilitarnos energía libre de carbono. Necesita también afrontar otros desafíos clave. Por ejemplo, cómo reciclar las palas de sus aerogeneradores cuando toca jubilarlas, resolver el impacto de las instalaciones offshore en los ecosistemas marinos y la pesca o evitar que sus molinos acaben cada año con la vida de cientos y cientos de miles de pájaros que se cruzan en su camino. En Noruega están trabajando ya en una solución para este último reto.
Su propuesta: crear aerogeneradores más “inteligentes”.
Con todos ustedes, SKARV. Así se llama la tecnología en la que trabaja un grupo de investigadores noruegos. La palabra tiene más enjundia de lo que parece porque “Skarv” significa cormorán en el idioma nórdico y al mismo tiempo recoge las siglas en inglés de “prevención de colisiones de aves mediante el control activo de turbinas eólicas”, una descripción bastante precisa de lo que quieren conseguir sus creadores. Su propuesta pasa por dotar a los molinos de “ojos” y un “cerebro” que les permitan ver con antelación los pájaros y evitar colisiones.
Gráfico que muestra el funcionamiento de SKARV.
¿Y cómo lo consigue? Su propuesta es sencilla y se apoya básicamente en cámaras, sistemas de radar y un software. El objetivo es que los aerogeneradores puedan identificar aquellos pájaros que van a colisionar contra las palas con una antelación de cinco segundos o, al menos, una distancia de 100 a 200 metros. Una vez detectado el software se encarga de calcular la trayectoria más probable y, en caso de que concluya que hay riesgo de choque, altera la velocidad de rotación.
“Si hay peligro de colisión, envía señales de control que provocan un pequeño ajuste de la velocidad de rotación de las palas. Esto se consigue ajustando el generador y el giro”, explica Paula García Rosa, una de las investigadoras del SINTEF que están trabajando en el proyecto. De momento han puesto a prueba su sistema con simulaciones y los resultados son esperanzadores: sus autores creen que SKARV ayuda a reducir hasta en un 80% las colisiones mortales.
El reto de anticiparse a los pájaros. Si bien el porcentaje que manejan García Rosa y sus colegas de SINTEF es contundente, SKARV no es una solución infalible. Su tecnología no puede hacer nada para evitar que los pájaros choquen contra la cabeza del rotor o cuando se aproximan volando desde un lateral o a lo largo del plano por el que las palas cortan el aire. Al trabajar con estimaciones, la eficacia del sistema también depende en gran medida de cómo de predecible sea el animal.
“Es difícil predecir la trayectoria de un pájaro y el nuevo sistema no resolverá el problema del todo”, admite García Rosa: “Si un ave joven e inexperta se acerca a una turbina y muestra un comportamiento de vuelo errático no será posible predecir exactamente dónde estará unos segundos después. La predicción es también más difícil si se acercan varios a la vez”. En caso de que la turbina detecte una bandada puede activar una parada de emergencia, pero SINTEF precisa que un dispositivo de 10 MW necesita entre 15 y 20 segundos para dejar de girar.
Las zonas coloreadas indican el punto donde se estima que estará el ave al cruzar el plano del rotor. El círculo rojo muestra una posible colisión que se evita reduciendo la velocidad de la turbina. El azul, la zona por la que acaba pasando el pájaro, entre las palas.
El salto de la teoría a la práctica.El equipo ha trabajado con simulaciones, pero le queda aún trabajo por delante. “SKARV es una tecnología prometedora, pero hasta el momento sabemos muy poco sobre su eficacia en la práctica”, señala Roel May, del Instituto Noruego de Investigación de la Naturaleza (NINA). García Rosa reconoce que deberán seguir perfilando su propuesta antes de ofrecer una demostración práctica, pero confía en que SKARV esté disponible en cinco años.
Por lo pronto, sus impulsores aseguran que la tecnología puede adaptarse a cualquier turbina con velocidades de rotación variables y controlables. También que su impacto en la generación será muy reducido. “Dado que la velocidad solo se modifica en una pequeña cantidad, ya sea con un aumento o disminución, no hay pérdida significativa en la producción de energía”, desliza García Rosa.
Pero… ¿Tan grave es el problema Que los aerogeneradores son a la vez grandes aliados energéticos y enemigos de las aves es una de las verdades más incómodas que afronta el sector. Y quizás también la que más artículos, polémica e investigación ha alentado a lo largo de los últimos años. Aunque resulta muy difícil calcular con precisión cuántas aves mueren cada ejercicio entre las palas de los aerogeneradores, los datos de los que sí disponemos son elocuentes.
Según American Bird Conservancy, en 2012 las turbinas estuvieron detrás de la muerte de 366.000 aves en EEUU. Y eso hace más de una década. Al valorar el crecimiento del sector a lo largo de los últimos años, el colectivo calculaba que en 2021 el saldo podía ser ya de 681.000, si bien reconocía que la estimación quizás “subestima” el alcance real. Otros estudios sitúan el balance muy por encima del millón de aves anuales en EEUU. En España un análisis reciente muestra que las turbinas acaban aproximadamente con entre 100.000 y 200.000 murciélagos.
Un desafío complejo, no nuevo. La estimación está muy por debajo del saldo de aves que acaban estampándose cada año contra cables del tendido eléctricos y las cristaleras de los edificios o los que perecen entre las garras de gatos, pero es lo suficientemente abultada como para haber llevado al sector a buscar soluciones.
A lo largo de los últimos años ha probado diferentes estrategias para atajar el problema, a cada cual más imaginativa: desde pintar las palas, a incorporar señales sonoras o incluso replantearse el diseño de las turbinas. En Noruega se plantean un enfoque distinto y que sea el molino el que se adapte a las aves, no al revés.