Tres tristes hitos. A principios de la semana pasada, las Fuerzas de Defensa de Israel interceptaron un misil iraní sobre la ciudad de Eilat. Los rebeldes hutíes de Yemen se atribuyeron la responsabilidad del ataque, lo que implica que el misil viajó más de 1.600 kilómetros hasta la ciudad portuaria del mar Rojo, donde finalmente fue interceptado por el sistema antimisiles Arrow 2 de Israel.
El evento marca el disparo de mayor alcance para un misil balístico suborbital lanzado desde una batería terrestre, así como el debut operativo del sistema de defensa Arrow 2, que utilizó sus interceptores hipersónicos para destruir por primera vez un misil balístico enemigo. Lo más insólito del evento, sin embargo, es que ocurrió fuera de la atmósfera terrestre.
La guerra cruza la frontera del espacio. El misil fue destruido por encima de la línea Kármán, considerada la frontera del espacio a 100 kilómetros sobre el nivel del mar. Nunca antes se había interceptado un misil enemigo fuera de la atmósfera terrestre, por lo que Israel y la milicia de los insurgentes hutíes acaban de librar la primera batalla espacial.
Según Haaretz, el proyectil disparado desde Yemen era un Qader, la versión mejorada del misil iraní Shahab 3 que el sistema Arrow fue diseñado para combatir cuando comenzó su desarrollo en 1991, tras la Guerra del Golfo. El interceptor israelí era un Arrow 2 Block-4 series. Los fragmentos ocasionados por el impacto no afectaron a satélites ni astronautas, que se encuentran a mayor altitud.
Sin precedentes. Ha habido muchos casos de interceptación de misiles sobre la línea de Kármán, pero todos con fines de prueba, explicó a Gizmodo el astrónomo experto en lanzamientos Jonathan McDowell. Este es el primer caso en el que un misil intercepta con éxito un misil adversario en el espacio.
Parece mentira, dada la tensión que ha existido en el espacio desde la Guerra Fría, pero incluso las armas antisatélite, con las que Estados Unidos, Rusia, China e India han demostrado su capacidad de destruir satélites en órbita, se han disparado siempre en un contexto de prueba, incluida la más reciente de Rusia, que obligó a los astronautas de la Estación Espacial Internacional a refugiarse por el riesgo de colisión con los fragmentos resultantes y llevó a Estados Unidos a desistir de las pruebas antisatélite por el peligro que conllevan.
No se violaron los tratados espaciales. Aunque el sistema Arrow se considera un arma contraespacial por su capacidad de realizar interceptaciones de gran altitud, su reciente desempeño en el espacio no incumple el Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre, que prohíbe el uso de armas de destrucción masiva en la órbita terrestre.
Los misiles no alcanzaron la órbita, y el acuerdo no prohíbe explícitamente las armas convencionales, ni aborda la interceptación de misiles en el espacio. “Hasta donde yo sé, no viola ningún tratado”, afirma McDowell. Es más, el tratado del espacio especifica que las partes actuarán “de conformidad con el derecho internacional, incluida la Carta de las Naciones Unidas”, que establece el derecho a la propia defensa.
La primera batalla en el espacio ha ocurrido, y ha sido legal según el derecho internacional. Una forma más optimista de tomarse esta noticia es que tuvo lugar más de 100 km por encima del horror que se vive en Oriente Medio, por lo que no se ha cobrado ninguna vida adicional.
Imagen | Ministerio de Defensa de Israel
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La noticia Acabamos de ser testigos de la primera batalla en el espacio: Israel interceptó un misil enemigo fuera de la atmósfera terrestre fue publicada originalmente en Xataka por Matías S. Zavia .