Una cosa es lanzar un cohete desechable y otra desechar partes de un cohete antes de lanzar. Especialmente si esas partes ya no se fabrican y son necesarias para poner en órbita un satélite de tu cliente principal.
Aunque todavía está a tiempo de solucionarlo, Avio podría pasar a los anales de la industria por uno de los errores más absurdos en la historia de la exploración espacial. La compañía italiana, que fabrica cohetes para la Agencia Espacial Europea, perdió dos tanques de combustible del que iba a ser el último cohete Vega antes de su jubilación.
Según cuenta European Spaceflight, dos de los cuatro tanques necesarios para impulsar la etapa superior del Vega desaparecieron hace varios meses de una planta en Colleferro, al este de Roma. La fábrica había sido objeto de unas obras de renovación, y Avio no descubrió que los depósitos faltaban hasta terminada la reforma.
Resulta que nadie había ingresado los tanques en el sistema de gestión de activos que rastrea la ubicación de componentes dentro de Avio. Si bien la empresa emprendió una búsqueda frenética y una investigación, los equipos terminaron corriendo en círculos porque no sabían dónde buscar.
Al final, los tanques aparecieron en un vertedero junto a un montón de desechos de metal. La mala noticia es que estaban abollados, y ya no se podían aprovechar para el lanzamiento. Para colmo, no se fabrican nuevos tanques (al fin y al cabo, iban a ser los últimos en utilizarse), y Avio no tiene forma de adquirir otros nuevos para la misión.
Dos posibles soluciones
El último Vega debía volar en abril (o al menos, durante la primera mitad de 2024) para poner en órbita una misión de la Agencia Espacial Europea: el satélite de observación de la Tierra ‘Biomass’, que costó 229 millones de euros.
Avio está explorando dos opciones para salvar la misión. Una es utilizar los cuatro tanques de prueba que se usaron para certificar el cohete antes de su vuelo inaugural de 2012, pero estos tanques han estado almacenados sin uso durante más de una década, y no hay forma de garantizar al 100% su integridad.
El plan alternativo sería cambiar la cuarta etapa del Vega por la del cohete Vega-C, su sucesor. El Vega-C voló por primera y segunda vez en 2022 y está aparcado desde entonces por un fallo que destruyó los satélites Pléiades-Neo 5 y Pléiades-Neo 6. Se espera que reanude sus vuelos en 2024 y sustituya definitivamente al Vega.
El tema es que sus etapas superiores no son iguales. La cuarta etapa del Vega se llama AVUM. En el Vega-C, ha sido sustituida por AVUM+ con varias mejoras, como una estructura tipo sándwich de revestimiento compuesto, mayor capacidad de carga de propelentes y nuevas opciones de reencendido del motor principal, fabricado por la compañía ucraniana PA Yuzhmash.
Sea cual sea la elección, probablemente suponga el retraso del vuelo final del Vega y un riesgo adicional para el satélite de la ESA. Las consecuencias para la imagen del programa Vega son aún peores, ya que este cohete también ha tenido un par de fallos recientes en pleno vuelo, uno de los cuales causó la pérdida del satélite español Ingenio.
Imagen | Etapa AVUM del cohete Vega con sus depósitos esféricos (ESA)
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La noticia El último cohete Vega iba a volar en abril, pero Avio tiró dos de sus tanques a la basura por error y ya no se fabrican fue publicada originalmente en Xataka por Matías S. Zavia .