En los últimos meses hemos asistido a un fenómeno extraordinario para los consumidores: mientras casi todo sube de precio y el aceite de oliva se convierte en un lujo, las unidades SSD no han parado de bajar de precio a lo bestia.
Esas caídas han hecho que estos días comprar por ejemplo una unidad SSD como la Crucial P3 M.2 NVMe de 500 GB cueste 39 euros, cuando hace un año costaba 75. Para una Crucial MX500 SATA de 2 TB el descenso ha sido igual de pronunciado: hoy cuesta 99,99 euros, pero hace un año su precio rondaba los 200 y si nos remontamos a marzo de 2018 el coste era asombroso: casi 500 euros.
¿Por qué han bajado tanto? Hay varias razones. Por un lado, los problemas asociados a la pandemia que provocaron parada de máquinas en fábricas de todo el mundo, incluidas las de los chips 3D NAND en las que se basan estas unidades. Por otro, la caída de las ventas de PCs y componentes tras la COVID-19, que hizo que los fabricantes vieran sus almacenes con el inventario a tope y sin que hubiera salida fácil para esas unidades.
Los analistas de TrendForce ya avisaban en junio de que los ingresos habían caído un 16,1%, lo que provocó caídas aún más pronunciadas en los precios de estas unidades. Malas noticias para los fabricantes, buenas para los consumidores, que veían cómo el precio por GB no paraba de caer. ¿Cuánto?
Según análisis como el que realizó Tom’s Hardware, el precio medio por GB se sitúa en 0,06 dólares. La cifra hace 10 años era unas 12 veces superior, pero lógicamente el avance de esta tecnología ha sido asombroso y eso ha ayudado a que el coste por GB se acerque más que nunca al de los discos duros tradicionales.
Precisamente es ahí donde hemos detectado una situación muy diferente: los discos duros apenas han bajado de precio en los últimos meses. Una búsqueda rápida de unidades HDD de diversas capacidades y su comparación con algunos modelos de SSD —con la evolución de precios en Amazon reflejada vía CamelCamelCamel— deja las cosas claras:
Como se ven en la parte izquierda, la evolución de los precios en el caso de las unidades de disco duro tradicionales es curiosa: salvo picos ocasionales, los precios no solo no bajan, sino que llegan a subir. En cambio en el caso de las unidades SSD la tendencia es claramente descendente, aunque en algunos casos ha habido algún repunte poco significativo.
¿Qué está ocurriendo? ¿Por qué los SSD bajan tanto y los HDD no? Aquí hay varios factores. En primer lugar, que los problemas de demanda de SSD no han sido tan acusados en el caso de las unidades HDD.
En segundo, que las ventas de HDDs se han visto muy perjudicadas por los SSD, que las han relegado en un segundo plano. Según datos de Statista, el descenso ha sido pronunciado desde que en 2010 se vendieran 651 millones de unidades. ¿Sabéis cuántas se vendieron en 2022? 166 millones.
Tampoco ayuda que el mercado de fabricantes de discos duros tradicionales se haya convertido en un oligopolio de facto. Tres empresas —Western Digital, Seagate y (en menor medida) Toshiba— se reparten el pastel mundial, mientras que en el ámbito de los SSDs tanto la fabricación como la venta está mucho más repartida: Samsung, WD, Kingston, Micron/Crucial, Kioxia/Toshiba o SK Hynix, entre otros, animan un mercado especialmente competitivo.
Eso ha provocado que los precios por gigabyte se estanquen en el caso de los discos duros tradicionales. Tenemos una buena prueba de ello en el análisis de precios que realizaron hace un año en BackBlaze. En los HDD el precio medio por gigabyte es de 0,14 dólares, algo más del doble del que protagonizan las unidades SSD.
Esta empresa de servicios de almacenamiento en la nube compra y gestiona miles de unidades de disco, y los informes que comparte con la comunidad son valiosas herramientas para entender el estado de este segmento. Según sus datos, el coste por gigabyte ha bajado un 56,36% desde 2017 hasta nuestros días, pero en realidad la mayor parte de esa caída se produjo antes de 2020: desde entonces los precios se han mantenido sospechosamente estables.
Eso ha hecho que hoy en día salga muy barato comprar una unidad SSD para tu PC, pero que la cosa no parezca tan ventajosa en el caso de los discos duros tradicionales: quienes quieren —o necesitan— grandes cantidades de almacenamiento están obligados a recurrir a los discos duros tradicionales, y ahí el coste por gigabyte, aunque fantástico en comparación a hace una década, no se mueve como uno hubiera inferido a juzgar por la caída de precios de los SSD.
Imagen | Andrey Matveev
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La noticia Los precios de los SSD no paran de bajar a lo bestia. Lamentablemente eso no ocurre con los discos duros fue publicada originalmente en Xataka por Javier Pastor .