Siguen las curvas en Twitter. La nueva etapa de la plataforma se llena de incertidumbres, sobre todo tras los despidos y dimisiones masivas, pero también debido a las últimas decisiones de Musk.
Libertad de expresión y Trump. Antes de la compra Musk se había comprometido a eliminar los bots que según él inundaban Twitter, pero también se autocalificó como un “absolutista” de la libertad de expresión que se plantearía reabrir las puertas a usuarios que habían sido baneados. El primero de esos usuarios, uno de los más ilustres, fue Trump. Hace apenas una semana Twitter reabrió su cuenta.
Amnistía general. El expresidente de los EEUU fue admitido gracias (en parte) a una ajustada encuesta lanzada por Musk en Twitter. Poco después lanzó otra preguntando si debería haber una amnistía general para los usuarios baneados. El resultado en ese caso fue mucho más concluyente a favor de reabrir las puertas a todos, y Musk confirmó que esta semana comenzarían a reabrir cuentas baneadas. “La gente ha hablado”, comentó. “Vox Populi, Vox Dei”.
Peligro con Apple y Google. Según algunos expertos, estos movimientos ponen en peligro a Twitter. Alejandra Caraballo, experta en ciberleyes en Harvard, comentaba en The Washington Post cómo Apple y Google deberían comenzar a considerar “seriamente” la posibilidad de expulsar a Twitter de sus plataformas, la App Store y Google Play Store. Estas últimas decisiones, explicaba Caraballo, convierten en peligrosa a la red social y podrían reactivar los discursos de odio, el acoso o la “celebración de la violencia”.
I certainly hope it does not come to that, but, yes, if there is no other choice, I will make an alternative phone
— Elon Musk (@elonmusk) November 25, 2022
Cyberphone a la vista. La periodista Liz Wheeler planteó precisamente esa pregunta a Musk en Twitter y sugirió una solución: si la banean, “Musk debería producir su propio smartphone”, explicaba. El multimillonario respondía poco después: “ciertamente espero que no lleguemos a eso, pero sí, si no hay otra opción, haré un teléfono alternativo”. El diseñador Jonas Daehnert ya creó algunos modelos inspirados en el Cybertruck en 2019, y puede que Elon tuviese en cuenta esa idea.
(Mucho) más fácil hacerlo que decirlo. Parece improbable que se llegue a tales extremos, pero Musk desde luego se enfrentaría a un problema colosal. Hacer un móvil alternativo es realmente complejo, y ninguna gran empresa ha triunfado hasta la fecha. No lo hizo Microsoft con sus Windows Phone, y tampoco intentos más modestos como los de Firefox OS, Ubuntu for Phones o Jolla (aunque estos dos proyectos siguen teniendo algo de actividad).
Hay un precedente. De hecho, tenemos un ejemplo claro de una empresa que tuvo que hacer su “teléfono alternativo” recientemente. Se trata de Huawei, que al ser vetada por Google comenzó a lanzar sus (estupendos) móviles sin esos servicios y aplicaciones. El resultado ha sido terrible para Huawei, que de vender más que nadie ha pasado a ser un fabricante que pocos eligen precisamente por la incomodidad de no poder acceder de forma nativa a una plataforma que domina absolutamente el mercado.
Starlink. Lo cierto es que Musk tiene algunas cartas a su favor. El proyecto AOSP en el que se basa LineageOS permitiría tener una base sólida para esa alternativa, pero además Elon Musk podría contar con un apoyo como Starlink para ofrecer una conectividad satelital nativa (¿y exclusiva) en el móvil, lo que quizás sirviese como argumento de venta adicional.
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La noticia Musk ya prevé que Apple y Google baneen a Twitter. Si sucede, tiene un plan: su propio teléfono fue publicada originalmente en Xataka por Javier Pastor .