“Qué apartamento tan lujoso”. La frase es de Bono, el carismático cantante de la banda de rock U2, y aunque a priori pueda parecer un comentario insulso, sin la menor miga, forma ya parte de la rutilante crónica de Las Vegas. El motivo es muy sencillo: a lo que Bono se refería, ante miles de espectadores, era ni más ni menos que a MSG Sphere, la nueva mega atracción de la Ciudad del Pecado, una colosal esfera de 112 metros de alto y 157 de ancho cubierta de pantallas LED y que aspira a convertirse en un lugar único para celebrar conciertos y citas deportivas.
Ayer U2 se encargó de poner música a su puesta de largo.
¿Qué ha pasado? Que MSG Sphere ha demostrado de que es tan fascinante como parecía. A principios de julio, coincidiendo con la celebración del 4 de julio, sus responsables había dejado ya una primera demostración, un guiño que daba una idea del espectáculo que era capaz de generar con su cubierta, un “lienzo de 360º”, en sus propias palabras, compuesto por 1,2 millones de discos LED, cada uno con 48 diodos LED individuales capaces de un impresionante despliegue de color. Juntos componen una superficie exterior de 53.900 m2 programable.
Aquello fue sin embargo un anticipo, una forma de abrir el apetito. Para su auténtica puesta de largo habría que esperar unos cuantos meses más, hasta ayer, 29 de septiembre, cuando el MSG Sphere cobró vida a lo grande con un concierto de U2. El propio Bono se encargaba hace ya meses de caldear las expectativas: “La mayoría de recintos musicales son deportivos. Se construyen para el deporte. Este edificio se construyó para experiencias inmersivas en cine y espectáculo”.
¿Y cuál ha sido el resultado? Llega con echar un vistazo a las grabaciones e imágenes que han trascendido de la velada para hacerse una idea. Las compartidas a través de la plataforma X por @SphereVegas y la propia cuenta de @U2 muestra un despliegue de diseños, colores y vídeos fascinantes de las que se han hecho eco también de los medios internacionales que han publicado críticas del concierto.
The Telegraph habla de un concierto que “cambiará el entretenimiento en vivo para siempre” y desliza: el espectáculo fue “tan absolutamente extraordinario que casi abrumó a la banda”. The Guardian se hace eco un despliegue “absolutamente asombroso”, The Iris Times recoge las impresiones de algunos fans de la banda de rock que aseguran que “nunca habían experimentado algo así” y The Hollywood Reporter va incluso más allá al describir “una deslumbrante odisea visual”.
Pero… ¿Tan colosal es? Tenemos las imágenes, los vídeos y desde luego los datos de la ficha técnica de MSG Sphere, que la sitúan como un auténtico alarde de arquitectura e ingeniería: la estructura esférica más grande del mundo dotada de la mayor pantalla LED. Veamos. La estructura mide 112 metros de alto por 157 de diámetro y tiene asientos para miles de espectadores, lo que ayer le permitió acoger a alrededor de 18.000 seguidores de la banda de rock irlandesa.
Su cara exterior, bautizada como Exosfera, incorpora alrededor de 1,2 millones de discos LED con diodos capaces de mostrar una combinación asombrosa de colores y dando forma a un exterior programable de casi 54.000 m2. El interior dispone también de un amplio despliegue: una pantalla de alta resolución de 15.000 m2 que, como demostró el concierto de U2, es capaz de ofrece efectos asombrosos.
No hay mejor forma de captar la atención y subrayar mensajes que a golpe de récord. El fabricante sueco de embarcaciones eléctricas Candela lo sabe y por eso acaba de anunciar a bombo y platillo la nueva plusmarca que ha conquistado con su modelo C-8, una futurista lancha de 8,5 m de eslora con la que ha navegado 420 millas náuticas en solo 24 horas, la mayor distancia cubierta hasta la fecha en una jornada con un navío de esas características. Importa el dato. E importa sobre todo el mensaje que Candela quiere transmitir con él: “El transporte rápido y eléctrico por agua a largas distancias es viable ya hoy, no en un futuro lejano”.
Y para quienes lo duden tiene un argumento efectivo: un récord.
¿Qué ha pasado? Que el fabricante de embarcaciones sueco Candela acaba de lograr un récord con su modelo C-8: cubrir 420 millas náuticas, equivalente a unos 778 kilómetros, en solo 24 horas. Según reivindica la compañía, nadie antes había recorrido una distancia similar a los mandos de un navío eléctrico como el suyo y durante una misma jornada. La propio Candela recuerda de hecho que la anterior plusmarca es muy inferior, de solo 79 millas náuticas (146 km) en 20 horas.
¿Cómo lo logró? Gracias a una combinación de factores: la capacidad de la propia Candela C-8, la valiosa ayuda del fabricante de baterías Northvolt y el proveedor de carga Plug y el diseño de la propia prueba. Vayamos por partes.
De todas esas piezas el que acapara el protagonismo es sin duda la C-8, una embarcación eléctrica de 8,5 metros de eslora y 2,5 de manga fabricada con fibra de carbón y dotada de una batería de 69 kWh y motor Cadenla C-Pod (45/50 kW). Su gran peculiaridad es sin embargo cómo se desplaza: el C-8 es una embarcación eléctrica de hidroala pensada para “deslizarse sobre la superficie del agua” en vez de “atravesar las olas”, lo que le permite un contacto mínimo con el agua.
¿Y más allá de Candela C-8? Si bien la capacidad del C-8 ha resultado clave para batir el nuevo récord, Candela no ha sido su única protagonista. En la hazaña han participado otras dos firmas: el fabricante de baterías Northvolt y el proveedor de estaciones de carga Plug, interesadas igualmente en mostrar el potencial de las embarcaciones eléctricas y cómo podrían ser las futuras redes de carga de rápida de CC. Hace meses Candela se asoció también con la firma sueca de vehículos Polestar pensando precisamente en las baterías y la carga del C-8.
¿Cómo logró el nuevo récord? La prueba se realizó en un circuito comprendido entre Frihamnen (Estocolmo) y la isla de Tynningö, un tramo de 20 millas náuticas que el Candela C-8 se encargó de recorrer en bucle a lo largo de 24 horas. Cada cierto tiempo la embarcación realizaba paradas para utilizar la carga rápida de CC. CleanTechnica precisa que cada carga requirió 18 minutos, tiempo que permitía a la batería pasar del 13 al 66%. Durante todo el día la embarcación habría estado cargando durante un total de 313 minutos y recibió cerca de 615 kWh, unas cifras que los responsables de la hazaña ponen ahora en valor.
“El récord de 420 millas náuticas costó 120 euros en electricidad, mientras que un barco convencional de combustible fósil habría consumido combustible por valor de unos 1.400 euros”, señala Candela. La compañía destaca además que un buque convencional, impulsado con combustible, habría emitido a lo largo del trayecto de 420 millas náuticas unos 1.785 kilos de dióxido de carbono, mucho, muchísimo más que los 17,4 kg que sus técnicos atribuyen a su modelo eléctrico C8.
¿Tenemos más datos? Sí. La firma sueca asegura que la velocidad media durante el recorrido de 24 horas fue de 17 nudos, marca que incluye las pausas para la carga de la batería. Durante buena parte del tiempo que estuvo en marcha C-8 se desplazó sin embargo a 27 nudos. “Con un corredor de cargadores de CC podríamos haber recorrido las 240 millas náuticas de Estocolmo a Helsinki en 13 horas, tres horas más rápido que el ferry de Finlandia”, reivindica la empresa.
¿Es importante la nueva marca Desde luego Candela no ha tardado en enarbolarla como un ejemplo del potencial de las embarcaciones eléctricas. “Esta hazaña demuestra que el transporte rápido y eléctrico por agua a largas distancias es viable hoy, no en un futuro lejano”, reivindica Gustav Hasselskog, directivo de Candela y que fue uno de los pilotos que se puso a los mandos del C-8.
“Con una inversión relativamente modesta se podrían construir estaciones de carga para electrificar completamente el transporte marítimo en el archipiélago de Estocolmo. Por unos pocos cientos de millones de euros, una red de carga que cubra el transporte costero de pasajeros en Europa sería una realidad”.
Cuando Newton decidió escribir sus Principios matemáticos de la filosofía natural (Philosophiæ naturalis principia mathematica) lo hizo en latín y no en inglés, algo no tan extraño en la época, pero una decisión quizá no muy acertada vista desde el presente. El motivo: puede que llevemos 300 años traduciéndo la obra mal.
El error de traducción sería leve pero habría ocurrido en un punto clave del texto. De todos los lugares donde los traductores podrían haber malinterpretado sus palabras, el posible desliz se habría producido al traducir la primera ley del movimiento, la primera “Ley de Newton”.
Esta posible malinterpretación fue observada por el filósofo de las matemáticas Daniel Hoek, quien recientemente postuló su hipótesis en un artículo en la revista Philosophy of Science. Pero, ¿En qué consiste?
El texto original de Newton, en latín, expone la primera ley del movimiento en los siguientes términos: “Corpus omne perseverare in statu suo quiescendi vel movendi uniformiter in directum, nisi quatenus illud a viribus impressis cogitur statum suum mutare.”
Existen distintas traducciones de esta primera ley, pero una a la que podemos recurrir es la dada por este antiguo curso de física básica de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM). La traducción sería: “Todo cuerpo que no está sometido a ninguna interacción (cuerpo libre o aislado) permanece en reposo o se traslada con velocidad constante.”
El problema es que, en nuestro universo no existen cuerpos que no estén sometidos a ninguna fuerza (interacción en esta traducción). Esto es algo que Newton ya sabía. Hoek explica que existe una traducción alternativa de la oración que tiene en cuenta este detalle.
El investigador sostiene en su trabajo que el término “nisi quatenus”, que en inglés se habría traducido como “unless”, debería haber sido traducido como “insofar”. Recalcando este cambio, la versión en castellano podría traducir como “todo cuerpo, en tanto en cuanto no sea sometido a ninguna interacción (cuerpo libre [que no aislado]) permanece en reposo o se traslada con velocidad constante.”
Se recalcaría así la idea de que no estamos hablando de cuerpos ajenos a toda interacción previa sino cuerpos estables hasta que se les aplica una fuerza adicional. Para Hoek, recuperar la idea original de Newton haría que “uno de los principios fundamentales de la física recuperara su esplendor.”
Los principios de Newton fueron publicados en 1687 pero la traducción al inglés no llegaría hasta 1729. Llevaríamos por tanto cerca de 300 años malinterpretando esta primera ley si Hoek está en lo cierto.
Si Hoek está en lo cierto la duda que surge es ¿cambiará esta reinterpretación algo? Pues lo más probable es que no. Que Newton tuviera una interpretación más literal o metafórica de sus palabras poco tiene que ver con cómo desde la física, la ingeniería y otras disciplinas se interpretan las leyes naturales. No existe en nuestro universo la partícula hipotética ajena a todas las demás así que no importa mucho si Newton estaba pensando en ella o no.
“Algunos consideran mi lectura demasiado salvaje y poco convencional para tomársela en serio”, señalaba Hoek anticipándose a las críticas. “Otros piensan que es tan evidentemente correcto que apenas merece la pena la discusión.”
Debate fútil o deuda pendiente con la historia, lo único que podemos asegurar es que, 296 años después de morir, Isaac Newton aún sigue siendo objeto de debate. Pero eso es algo que ya sabíamos.
Tenemos los vehículos más seguros de la historia pero Europa camina hacia una reducción generalizada de la velocidad en sus carreteras y calles. ¿Seguro? Igual que está sucediendo con Euro 7, algunos países se han revelado contra la tendencia de los organismos europeos.
En República Checa ya han asentado las bases para circular a 150 km/h en algunas carreteras. En Italia están en pleno debate. Alemania, siempre referencia en este sentido, mantiene sus Autobahn sin límite de velocidad en algunos tramos.
Los más seguros. Sí, podemos definir a cualquier coche homologado en Europa como uno de los más seguros de nuestra historia. Las obligaciones en materia de seguridad han impuesto que todos los automóviles nuevos que se vendan en nuestro continente tengan una dotación tecnológica de serie realmente amplia.
Entre los sistemas que se incluyen en cualquier coche actual encontramos la frenada de emergencia, el sistema de mantenimiento en el carril o, el más polémico, el limitador inteligente de velocidad. Un último sistema que plantea dudas sobre el uso que se le pueda dar en el futuro.
Una Europa más lenta. Si por algo se ha caracterizado Europa en los últimso años es por reducir la velocidad en sus carreteras y calles. Apostando por el proyecto Vision Cero que quiere eliminar los fallecidos en accidentes de tráfico, se han tratado de poner impedimentos para que los vehículos eleven su velocidad.
El sistema inteligente para limitar la velocidad es uno de ellos, poniendo sobre la mesa un futuro donde el vehículo conectado impida acelerar por encima de los límites máximos permitidos. Algunos fabricantes, como es el caso de Ford, proponen soluciones como vallar las ciudades con GPS para que los vehículos no puedan circular por encima del límite máximo marcado.
En las ciudades, Europa está tratando de reducir la velocidad para eliminar (en el mejor de los casos) el riesgo de atropello. Pero en las vías de alta velocidad también lo están consiguiendo, con países como España donde los límites máximos permitidos se han ido reduciendo en los últimos años.
Alemania. Esta tendencia siempre ha chocado frontalmente con Alemania. Los germanos cuentan con la mayor rareza de toda Europa: carreteras sin límites de velocidad. Siempre y cuando se den una serie de condiciones climatológicas y en tramos concretos, los conductores pueden circular a la velocidad que lo prefieran. Toda una experiencia si se tiene la oportunidad de vivirla.
El país, eso sí, lleva años debatiendo sobre si debe o no mantener esta excepción. Generalmente, lo que ha centrado el debate es el gasto en combustible y lo poco sostenible de la norma, por lo que han sido los partidos ecologistas los que más fuerza han hecho para cambiar esta situación. Hace un año, un millonario a bordo de un Bugatti a más de 400 km/h volvió a poner el debate sobre la mesa.
República Checa. No son carreteras sin límite de velocidad pero sí son autopistas en las que se podrá circular a 150 km/h. Aunque el proceso legislativo sigue en marcha, el país ya ha dado un primer paso para situar el límite máximo de velocidad por encima de los 130 km/h actuales. En junio, los diputados aprobaron una nueva Ley de tráfico que contenía en una enmienda la posibilidad de aumentar los límites a 150 km/h cuando sea posible.
De momento, el Senado y el Presidente tienen que dar su visto bueno pero si sigue adelante la proposición, a partir del 1 de enero de 2024, República Checa podría su nuevo límite de velocidad. Este, se especifica en la enmienda, será una excepción y sólo aplicable en aquellas carreteras donde se pueda modificar telemáticamente la velocidad para imponer límites más conservadores si las condiciones meteorológicas o de tráfico así lo recomiendan.
Italia. Una medida muy similar es la que se debate en Italia. Desde hace unos meses, la política italiana lleva hablando de la posibilidad de aumentar los límites de velocidad a 150 km/h en algunas carreteras que, de nuevo, reúnan los requisitos para ello. En este caso, fue Matteo Salvini, ministro de Infraestructuras, el que anunció que la posibilidad está sobre la mesa.
Para que una carretera deje atrás el límite genérico de 130 km/h sería necesario que la vía contara con tres carriles, rectas muy largas y también pudiera controlarse la señalización por vía telemática, para jugar con los límites máximos permitidos en cada momento. En este caso, sería necesario aprobar un nuevo Código de circulación.
A medio camino. Entre medias de Italia y República Checa, que tienen límites actuales de 130 km/h y que buscan aumentar los mismos a 150 km/h en condiciones concretas, Polonia y Bulgaria cuentan con límites de 140 km/h genéricos en sus vías de alta velocidad. A menos que los dos primeros países consigan sacar adelante sus reformas, son los límite máximos de velocidad más altos de Europa después de Alemania.
Primero, una cuestión de seguridad. Los críticos con este tipo de medidas apuntan a los peligros que entraña aumentar la velocidad en las carreteras. A 150 km/h se recorren casi 42 metros por segundo, unos seis metros más que a 130 km/h. Según la DGT, un conductor concentrado tiene un tiempo de reacción de entre 1 y 1,5 segundos. Si marcha distraído por el teléfono móvil, tarda unos ocho segundos. A 150 km/h eso es recorrer 336 metros antes de percatarse de lo que está sucediendo. A 130 km/h el coche recorre 48 metros menos.
Pero, además, en República Checa han puesto sobre la mesa un problema recurrente: las ocasiones en la que los conductores se saltan los límites máximos de velocidad. El nuevo límite de 150 km/h ya se debatió en 2015 y se desechó con argumentos que apuntaban a que si el conductor tiene permitido circular a 150 km/h lo hará a 170 km/h, dado el historial de los conductores del país.
Segundo, una cuestión ecológica. Es el segundo gran argumento de los críticos y también se ha esgrimido en los casos checos e italianos. La asociación de consumidores italiana asegura que elevar la velocidad en 20 km/h supondrá un crecimiento en el gasto en combustible de un 20%. Y aseguran que los coches también expulsarían un 20% más de CO2 a la atmósfera.
La Agencia Federal del Clima alemana cifra en dos millones de toneladas de CO2 lo que el país podría ahorrarse cada año si impusiera unos límites de velocidad máximos de 130 km/h en sus Autobahn. Desde el Instituto de Economía Alemán (IW) en Colonia asegurna que el 77% de los conductores ya se desplazan por debajo de esta velocidad y que sólo el 2% de los conductores de una Autobahn circula por encima de los 160 km/h.
En España tampoco nos hemos librado del debate, a nuestro modo. Con el encarecimiento del precio del combustible en 2022 se volvió a plantear una reducción en los límites máximos de velocidad a 110 km/h, como ya se hizo en 2011. En aquella ocasión se habló que circular a 110 km/h permitiría ahorrar un 15% de gasolina y un 11% de diésel. El ahorro, meses después, se cifró en un 8% para la gasolina y menos aún para el diésel, por lo que se revirtió la medida.
Polémica. Reducir o aumentar la velocidad máxima en la carretera sigue siendo una medida polémica en la mayoría de los países. En el diario la Republica recogían que la mayor parte de los conductores italianos era partidario de aumentar los límites máximos de velocidad a 150 km/h. Sin embargo, la encuesta se realizaba en AutoScout24, un espacio especializado en motor, donde es fácil que los conductores se muestren más favorables con este tipo de medida.
En España, RACE recogía en 2015 que el 80% de los conductores estaría a favor de elevar el límite de velocidad a 130 km/h. Pero, de nuevo, estamos ante una encuesta con un sesgo claro. En Alemania, ADAC, que podría tener un sesgo similar, asegura que el 54% de sus socios están a favor de imponer un límite genérico en las autopistas, mientras que el 41% de ellos está en contra.
La pregunta es bastante sencilla. Su respuesta no tanto. Si salimos a la calle y preguntamos a la primera persona con la que nos crucemos cuántos continentes tiene este nuestro planeta tal vez nos conteste que siete, seis, cinco o puede incluso que cuatro. Lo más curioso es que, a su manera, todas las respuestas tienen lógica. Probablemente la más común sea la primera, que incluye una lista de siete: África, Asia, Norteamérica, Sudamérica, Europa, la Antártida y Australia u Oceanía. Hay sin embargo quien agrupa toda América en un único continente, quien aplica un razonamiento similar con Europa y Asia o incluso quien añade África a estas dos últimas y habla de un “supercontienente” bautizado como Eurafrasia.
Te convenza más una u otra opción, quizás debas añadir al listado de continentes un nuevo y peculiar integrante que descansa bajo el océano: Zelandia.
¿Qué es Zelandia Una amplia masa de corteza continental casi totalmente sumergida bajo el océano, al sureste de Australia, que a menudo se señala como el “octavo continente”. El GNS, una institución neozelandesa que se ha encargado de estudiarlo en detalle, precisa que Zelandia tiene una superficie de alrededor de 4,9 millones de kilómetros cuadrados (km2), aunque la inmensa mayoría de esa vasta extensión, un 94%, se encuentra oculta bajo las aguas del océano. El 6% restante se correspondería con lo que vemos de Nueva Zelanda y las islas circundantes.
Topografía de Zelandia.
¿Y por qué es noticia ahora Zelandia no es del todo nueva. De hecho ya os hemos hablado de ella en alguna ocasión. A mediados de los 90 el oceanógrafo Bruce Luyendyk sugirió el concepto y nombre y tiempo después, en 2017, GSA Today publicó un detallado estudio sobre “el continente oculto”. Una cosa es sin embargo saber de su existencia y otra avanzar en su estudio, adentrarse en los secretos de un continente de 4,9 millones de km2 casi totalmente sumergido.
Eso es precisamente lo que acaban de hacer ahora un grupo internacional de investigadores. Su aportación resulta especialmente valiosa porque nos ayuda a conocer mejor cómo es y ha surgido el apodado como “octavo continente”.
¿Qué aportación es esa Lo que han hecho Nick Mortimer y el resto de investigadores con los que firma un artículo en la revista académica Tectonicses, ni más ni menos, elaborar los mapas más detallados hasta la fecha de Zelandia, un amplio estudio sobre la región submarina y su geología. Y dado el vasto tamaño del continente y que la mayor parte descansa bajo el océano, la tarea ha resultado todo un desafío. Los científicos han tenido que analizar rocas y sedimentos extraídos del Pacífico Sur, que pertenecen al borde septentrional del continente. Para ahondar en su conocimiento, también midieron las anomalías magnéticas del fondo.
“Nuestros nuevos datos sobre la edad y composición de [la región de] Fairway Ridge, junto con un mapa de anomalías magnéticas continentales, sirven para extrapolar unidades geológicas terrestres de alto nivel de Nueva Zelanda y Nueva Caledonia a todo el norte de Zelandia”, concluye la investigación: “El nuevo mapa geológico de Zelandia Septentrional que se presenta en este artículo complementa un mapa geológico anterior de Zelandia Meridional. Así el marco geológico del basamento y la base sedimentaria de todo el continente ha sido esbozado”.
¿Para qué nos sirve? Para conocer mejor este continente fascinante. Gracias a las muestras de rocas que tomaron del fondo marino Mortimer y sus compañeros han podido hacer algo más que avanzar en la cartografía de Zelandia; les ha permitido también analizar la geología de sus dos tercios septentrionales.
“Este trabajo completa el mapeo geológico de reconocimiento marino de todo el continente de Zelanda”, explican los investigadores en declaraciones recogidas por Popular Mechanics. Durante su trabajo se toparon con basaltos de 40 millones de años, arenisca de 95 millones y una mezcla de granito y guijarros volcánicos aún más antiguos, del Cretánico Inferior, con hasta 130 millones de años.
¿Cuál es el origen de Zelandia Se cree que sus orígenes están directamente relacionados con Gondwana, un antiguo y enorme supercontinente que aglutinaba Australia y Antártida, entre otros territorios actuales. Los científicos calculan que se ensambló totalmente hace alrededor de 600 millones de años, durante el Precámbrico Tardío, y empezó a desintegrarse hace 180 millones de años.
Zelandia se habría separado de él tiempo después, hace unos 80 millones de años, pero a diferencia de otros continentes gran parte de su extensión quedó sumergida. El estudio del equipo de Mortimer nos ayuda ahora a entender mejor cómo fue ese proceso, durante el que Zelandia se estiró, adelgazó a lo largo de varias etapas y rompió por fuerzas tectónicas hasta crear la corteza oceánica que vemos hoy.
Cada cierto tiempo Amazon nos sorprende con descuentazos en todo tipo de productos y un ejemplo de ello fue el pasado Prime Day del mes de julio. Igualmente, si no llegaste a tiempo y no quieres esperar al ansiado Black Friday para comprar todo lo que tienes en mente, durante los próximos días 10 y 11 de octubre tendrás una gran oportunidad para hacerlo en la Fiesta de ofertas Prime de Amazon.
Y es que, en el caso de que estés planteándote comprar un dispositivo portátil para estudiar, trabajar o entretenimiento a buen precio, a continuación vamos a repasar las cinco tablets más recomendadas por nuestros expertos de Xataka en este sector (Iván Linares, Ricardo Aguilar y Alex Alcolea), las cuales pueden convertirse en una auténtica ganga si Amazon las rebaja.
iPad de 10ª generación (2022)
Una de las mejores tablets que puedes encontrar en el mercado actual es el iPad de 10ª generación (719 euros), la cual se caracteriza por ofrecernos una pantalla LED IPS Retina de 10,9 pulgadas con una resolución de 2.360 x 1.640 píxeles, una tasa de 60 Hz, un brillo máximo de 500 nits y una tecnología True Tone para adaptar los colores que muestra la pantalla según el entorno.
En su interior monta un chip A14 Bionic, una memoria RAM de 4 GB y un amplio almacenamiento de 256 GB (el cual puede variar junto al precio según el modelo que elijas). Asimismo, su batería de 28,6 WHr es capaz de brindarnos hasta 10 horas de navegación por internet.
Y en cuanto a su apartado fotográfico, dispone de una cámara trasera con un sensor de 12 MP para grabar vídeos a una resolución máxima de 4K a 60 fps, mientras que la cámara frontal es de 12 MP. También incluye un sensor de huella Touch ID en el botón lateral de bloqueo, es compatible con el Apple Pencil de 1ª generación y soporta el actual sistema operativo iPadOS 17.
* Algún precio puede haber cambiado desde la última revisión
Samsung Galaxy Tab S9
Otra tablet muy interesante que hace competencia directa al iPad es la Samsung Galaxy Tab S9 (899 euros). Esta incorpora una pantalla Dynamic AMOLED 2X de 11 pulgadas con resolución de 1.600 x 2.560 píxeles, una tasa de hasta 120 Hz y protección Corning Gorilla Glass, además de que es compatible con HDR10+.
Pasando a hablar sobre su potencia, viene impulsada por un procesador Snapdragon 8 Gen 2, una memoria RAM de 8 GB y un almacenamiento de 128 GB que se puede expandir con una MicroSD. Y con respecto a su autonomía, viene con una batería de 8.400 mAh que soporta una carga rápida de 45 W. Cabe destacar que incluye Samsung Knox, el S-Pen para dar rienda suelta a nuestra creatividad y un sistema operativo One UI 5.1 basado en Android 13.
* Algún precio puede haber cambiado desde la última revisión
Xiaomi Pad 6
En esta lista tampoco podía faltar la nueva Xiaomi Pad 6 (403,23 euros), un modelo que sobresale por su diseño metálico y por contar con un panel LCD de 11 pulgadas capaz de ofrecernos una sorprendente resolución de 2,8K, una tasa de 144 Hz, un brillo de 550 nits, protección Gorilla Glass 3 y compatibilidad conDolby Vision para disfrutar de una gran calidad de imagen.
A todo ello hay que sumarle que en su interior nos encontramos con un potente procesador Qualcomm Snapdragon 870, una memoria RAM de 6 GB, un almacenamiento de 128 GB y una batería de 8.840 mAh con carga rápida de 33 W. También lleva una cámara trasera de 13 MP, una frontal de 8 MP, unos altavoces que soportan audio Dolby Atmos y utiliza un sistema operativo MIUI Pad basado en Android 13.
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Samsung Galaxy Tab S7 FE
Una alternativa más económica de la mano de Samsung es esta Galaxy Tab S7 FE (468 euros), la cual incorpora una pantalla TFT de 12,4 pulgadascon resolución WQXGA. Asimismo, apuesta por un procesador Snapdragon 750G, una memoria RAM de 4 GB y un almacenamiento de 64 GB.
Otro de sus puntos fuertes es la autonomía, pues cuenta con una batería de 10.090 mAh y carga rápida 45 W. Y con respecto a su apartado fotográfico, dispone de una cámara trasera de 8 MP y una frontal de 5 MP. Además, se acompaña del característico S-Pen y funciona bajo un sistema operativo OneUI 3.1 basado en Android 11 que se puede actualizar a la versión más reciente.
SAMSUNG Galaxy Tab S7 FE – Tablet de 12.4" (WiFi, RAM de 4GB, Almacenamiento de 64GB, Android) – Color Negro [Versión española]
* Algún precio puede haber cambiado desde la última revisión
Xiaomi Redmi Pad
Otra gran opción en relación calidad precio es la Xiaomi Redmi Pad (294,99 euros), un dispositivo que posee varios puntos fuertes como su pantalla IPS LCD de 10,61 pulgadas con una resolución de 2.000 x 1.200 píxeles, tasa de 90 Hz y brillo de 400 nits. En el interior trae instalado un procesador MediaTek Helio G99, una RAM de 4 GB, un almacenamiento de 128 GB y una batería de 8.000 mAh con carga rápida de 18W.
Otras características a resaltar son su cámara frontal y delantera de 8 MP, sus cuatro altavoces compatibles con Dolby Atmos y su sistema operativo MIUI basado en Android 12. Todo ello con un cuerpo unibody de metal y un ligero peso de 445 gramos.
Redmi Pad – Tablet con Pantalla 2K de 10.61”, 128 GB, 4 GB RAM, Helio G99, 8000 mAh, Gris
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Desde que salieron a la venta una de las críticas que más ha circulado sobre los iPhone 15 Pro y Pro Max son sus problemas de sobrecalentamiento, queja que algunos usuarios han llegado a relacionar con una de las grandes novedades de los nuevos modelos: el uso de titanio en el marco. Apple ha salido ahora al paso de esas quejas para aclar que los posibles problemas con la temperatura se deben en a factores que poco tienen que ver con el harwdare y apunta principalmente un bug en el sistema iOS 17 y las actualizaciones de algunas apps de terceros.
Después de que circularan mensajes y vídeos que muestran cómo los nuevos dispositivos se sobrecalientan en ciertas circunstancias —también hay usuarios que han publicado tuits reivindicando que no han notado nada raro en sus iPhone—, los de Cupertino han reconocido el problema y garantizan que ya están trabajando para solucionarlo. “Hemos identificado algunas condiciones que pueden hacer que el iPhone se caliente más de lo esperado”, señala Apple a CNET y Forbes.
¿Qué condiciones son esas? La compañía explica que el dispositivo puede percibirse más caliente durante los primeros días, tras su configuración o restauración, debido al aumento de la actividad del dispositivo en segundo plano.
Otra clave puede estar en la carga y los adaptadores de corriente. Según recoge CNT, la compañía asegura que el iPhone 15 Pro y Pro Max son compatibles con cualquier adaptador USB-C que cumpla el estándar USB-C, incluido USB Power Delivery, y que el dispositivo se regula para limitar la carga a un máximo de 27W. Si se usa un cargador de 20 W o más podría calentarse de forma temporal.
Lo más interesante de su explicación apunta sin embargo a otras dos claves del dispositivo: su sistema operativo y el uso de ciertas aplicaciones.
“Encontramos un error en iOS 17 que está afectando a algunos usuarios y se solucionará en una actualización de software —explican los de Cupertino—. Otro problema tiene que ver con algunas actualizaciones recientes de apps de terceros que hacen que se sobrecargue el sistema”. La compañía californiana asegura que es consciente del problema y ya está trabajando con los desarrolladores de las apps para crear correcciones que “están en proceso de implementación”.
Tanto CNET como Forbes citan actualizaciones para iOS17 de algunas apps populares, como Instagram, Asphalt 9 o Uber que sobrecargarían la CPU del chip A17 Pro y sobrecalientan el móvil. Precisamente con ese telón de fondo Instagram habría lanzado una actualización con la versión 302 hace solo unos días. Apple no ha concretado cuándo lanzará una solución exactamente, pero Forbes desliza que iOS 17.1 se encuentra ya en versión beta y no prevé una reducción de rendimiento para solucionar los problemas de temperatura.
Otro mensaje que ha lanzado la firma es que el sobrecalentamiento no está relacionado con el uso de titanio en el marco o la subestructura de aluminio. De hecho sostiene que disipan el calor de forma más eficiente que el acero inoxidable de los modelos Pro anteriores. Algunos usuarios se han quejado también de la temperatura en iPhone 15 y iPhone 15 Plus, que no incorporan titanio.
Teniendo en cuenta que debió pasar hacer casi 20 años, lo recuerdo muy vivamente. Casi demasiado. Era una de esas tardes de los primeros fines de semana de otoño. Acaba de llover, el suelo estaba aún mojado y el aire tenía esa cosa que se le pone a veces de estar recién estrenado.
Ella apareció con media melena rizada, oscurísima (se había cortado el pelo y no me había dicho nada), con un jersey ancho y verde a juego con sus ojos anchos y verdes; tan verdes que se podía oír el mar. Y aunque la había visto un par de veces a la semana durante, no sé, los últimos cinco años… me pareció que no la había visto nunca; que era nueva, otra; que estaba distinta.
Ahora sé que aquella sensación (que me dejó colgado de alero durante muchas semanas) fue un ‘jamais vu’.
¿Tiene algo que ver con el ‘déjà vu’? Es, de hecho, justo lo contrario. Un ‘déjà vu’ es un tipo de paramnesia (una distorsión de los recuerdos) que hace que una experiencia se sienta como si se hubiera vivido previamente. Es algo muy conocido y muy experimentado. De hecho, desde que Émile Boirac acuñara el término en 1876, los ‘déjà vu’ se han convertido en un elemento más de la cultura popular.
Pero yo hablo de lo contrario: de experiencias comunes, cosas que estamos seguros de haber hecho una y otra vez, pero que de repente nos parecen completamente nuevas.
Pero… ¿esto es serio? La verdad es que hace unos meses no hubiera sabido si era un fenómeno real o un mito urbano. Sobre todo, porque no sabíamos mucho del ‘jamais vu’. Pero en los últimos años cada vez tenemos más investigación y una de ella, de hecho, acaba de ganar un ig nobel.
El experimento. Para estudiar este fenómeno, los investigadores buscaron una forma de crear ‘jamais vu’s en el laboratorio. Y la idea básica es muy sencillo: que si le pides a alguien que repita algo un número suficiente de veces, lo que en un principio parecía claro y sencillo se volverá confuso y falto de sentido.
Para ponerlo a prueba, cogieron a 94 estudiantes universitarios y los pusieron a escribir repetidamente (y lo más rápido posible) la misma palabra. Lo hicieron con doce palabras diferentes y solo les permitieron dejar de hacerlo si se sentían raros, aburridos o les dolía la mano.
Lo curioso es que la mayor parte de las personas que se pararon lo hizo porque “las cosas se ponían raras”. El 70% de los participantes manifestaron haber sentido algo que podríamos definir como ‘jamais vu’ y, recordemos, lo que estaban haciendo era escribir palabras relativamente comunes.
De hecho, según se recoge en la investigación, las palabras “perdían su significado cuanto más las miraban”, los participantes “parecían perder el control de la mano” y algunos llegaban a pensar que “alguien los estaba engañado para hacerles pensar que eran palabras, pero no lo eran”.
Por supuesto, no era una novedad. A principio del siglo XX ya había investigadores que habían estudiado los intrincados mecanismos de escribir repetidamente. Sin embargo, en estos años hemos avanzado mucho y el trabajo va a permitir entender mejor cosas como los trastornos obsesivos compulsivos o las experiencias de extrañamiento.
Por no hablar de los mecanismos de la memoria, claro. No hace falta recordar que aún hoy en día, la memoria tiene un papel social clave. Cómo cambiarían las cosas si, en línea con lo que proponen estos investigadores, un exceso o sobrecarga de una representación puede volverla absurda.
Todos recordamos ALF, ¿verdad? Una de las series más emblemáticas de los ochenta, una sitcom que hoy sigue resultando divertidísima (posiblemente por el filo no-para todos-los-públicos que a veces tenía su humor: al parecer lo mejor de la serie estaba en los chistes que no pasaban el corte final o que directamente quedaban como ideas en la mesa de guionistas) acerca de un alienígena peludo que convive con una familia terrestre.
Su éxito se prolongó durante cuatro temporadas y algo más de cien episodios, y ALF se convirtió en un icono pop. Y no solo en Estados Unidos: en Alemania, el actor que doblaba a ALF llegó a grabar dos discos dando vida al extraterrestre. La popularidad se multiplicó en productos derivados como dos series de animación (‘ALF’ y ‘Los cuentos de ALF’), un curioso talk show (¡en 2004!), una película (la fallida ‘Proyecto ALF’) y un par de proyectos que no salieron (una nueva película ya en el nuevo siglo y un reboot para Warner hace no mucho, en 2018.
Y, por supuesto, los cómics de Marvel. Durante cuatro años, la editorial publicó 50 números (y tres anuales) del personaje bajo su sello Star Comics. En este sello, Marvel publicaba cabeceras orientadas al público infantil, a menudo basadas en series de animación o franquicias de juguetes. Los más populares fueron tuvieron como protagonistas a Spider-Ham (la parodia de Spider-Man de nuevo de moda gracias a ‘Spider-Man: Un nuevo universo‘), Heatcliff, las series de Star Wars ‘Ewoks’ y ‘Droids, los Osos Amorosos, Los Pequeñecos y muchos otros.
‘ALF’ fue una de las series más longevas (llegó a durar 50 números, prolongándose dos años más allá que la serie de televisión) y tenía un equipo creativo muy interesante (lo que acercaba a estos cómics más a una parodia al estilo ‘MAD’ que a los cómics más sencillos e infantiles del resto de la línea): Michael Gallagher como guionista (que, de hecho, estuvo en ‘MAD’ y en cómics Marvel más desenfadados, como ‘Guardianes de la Galaxia’), Dave Manak como dibujante (otro histórico de Star Comics y tebeos paródicos varios), y como entintadora y colorista, la gran Marie Severin.
Que ALF fuera un personaje Marvel gracias a los vericuetos de las licencias televisivas no debería extrañarle a nadie, mucho menos en un sello donde compartía espacio con saturday morning cartoons y personajes de ‘Star Wars’. Lo que es más raro es que Marvel decidiera incluirlo en su sartenada de eventos de crossovers, que por aquella época eran monstruosos y obligaban a incluir a todo el catálogo de la editorial. Por aquel entonces, una saga como ‘Secret Wars II’, por ejemplo, hacía que absolutamente todos los personajes de la casa se encontraran, cada uno en su colección, con el Todopoderoso.
ALF en la guerra (de la Evolución)
Marvel se dio cuenta de que esas cosas podían llegar a ser excesivas y en 1988, en su evento de la Guerra de la Evolución, intentó limitar la aparición del Alto Evolucionador (recordaréis su versión en el MCU en ‘Guardianes de la Galaxia Vol. 3‘) a los números anuales de cada colección. Y le tocó a ALF, aunque lo cierto es que el argumento de la Guerra de la Evolución encajaba bien con su naturaleza.
El plan del Alto Evolucionador, uno de los mejores genetistas del mundo, es el de crear seres hiperevolucionados para descubrir los misterios de la existencia. Su último plan es hacer evolucionar a la especie humana para convertirla en suprema, eliminando para ello las que considera amenazas para la pureza genética. Un plan que, para poder encajar en series tan dispares como X-Men o El Castigador, se ramificaba de forma imposible con no menos imposibles temáticas.
En 1988, ALF tuvo su propio anual en su colección, así que tuvo que plegarse a las exigencias de Marvel: la quinta historia del cómic nos cuenta el encuentro del simpático alienígena con el Alto Evolucionador. Éste contacta con ALF cuando el extraterrestre intenta rescatar a su amigo Brian, el pequeño de la familia con la que vive, de un campamento de verano, donde erróneamente piensa que ha ido en contra de su voluntad.
El Alto Evolucionador quiere interrogar a ALF sobre su planeta natal, Melmac, pero el alienígena le comenta que fue destruido, tal y como es canónico en el lore del personaje. El Alto Evolucionador hace una deducción aún más alucinante, cruzando ALF con los X-Men: la resposable de esa destrucción ha sido nada menos que Fénix Oscura. El Alto Evolucionador abandona entonces su contacto con ALF, advirtiéndole que no interfiera en su propósito de hiperevolucionar a los humanos.
ALF se despierta en la última viñeta (con un estilo que recuerda al estupendo plagiete de ‘MAD’ que Marvel publicaba por la época, ‘What The–?!’) rodeado de los anuales de La Guerra de la Evolución. Se ha empachado de cross-overs como quien se empacha de fabada, y ha tenido una pesadilla. Unos años más tarde, sin embargo, el Official Handbook of the Marvel Universe confirmaría que la experiencia fue auténtica, sumergiendo definitivamente a ALF en la continuidad Marvel. Menudo viaje.
Los cinéfilos que continuamos acudiendo con asiduidad a las salas de cine estamos de enhorabuena. Muchas salas de exhibición están haciendo un esfuerzo importante para reinventarse y convencernos de que la experiencia que nos proponen no puede ser igualada en nuestras casas por muy buenos que sean nuestro televisor (o proyector) y nuestro equipo de sonido.
En este ámbito no hay una verdad irrebatible. La opinión de cada aficionado es absolutamente respetable, pero de una cosa no cabe duda: algunas salas de cine son ahora mucho mejores desde un punto de vista estrictamente técnico que antes de la pandemia.
Los nuevos cines Odeon del centro comercial Gran Plaza 2 de Majadahonda, en Madrid, encajan a pies juntillas en esta premisa. Y es que sus seis salas han sido diseñadas para reunir las tecnologías más avanzadas disponibles en imagen y sonido. Cuando estén listas, y según sus responsables lo estarán muy pronto, pelearán de tú a tú con los mejores cines del planeta.
Esta no es una afirmación gratuita. No lo defienden los propietarios de los cines Odeon; lo creemos nosotros. Viajo con frecuencia al extranjero por mi trabajo en Xataka y suelo intentar visitar las mejores salas de cine de las ciudades que exploro. Con total honestidad: estos cines van a competir sin complejos en la primera división.
Las pantallas Miraclass son en gran medida las responsables de la calidad de estas salas
Cuando este cine esté terminado será el único de Europa que apuesta en todas sus salas por pantallas LED. La solución que han elegido los responsables de los cines Odeon son los paneles Miraclass LDAA025 de LG, unas matrices de diodos LED SMD de hasta 10,2 metros de base y 5,4 metros de altura.
Tienen un pixel pitch de 2,5 mm, una resolución de hasta 4.096 x 2.160 puntos y una capacidad de entrega de brillo típica de 300 nits. Un apunte antes de seguir adelante: el pixel pitch mide la distancia en milímetros que hay entre el centro geométrico de dos subpíxeles del panel que reproducen el mismo color primario.
Tres de las seis salas de estos cines incorporan una pantalla de 5 metros de base y resolución Full HD, mientras que las tres restantes nos proponen pantallas de 10,2 metros y resolución 4K.
Como podéis ver en la fotografía que publicamos debajo de estas líneas, hemos tenido la oportunidad de visitar estas instalaciones antes de que estén listas del todo, por lo que hemos podido ver con detalle cómo es la instalación tanto de las matrices LED de LG como del ambicioso sistema de sonido envolvente implementado por los responsables de la cadena Odeon.
Las pantallas Miraclass trabajan con un procesado del color que tiene una precisión de 24 bits, lo que, según LG, les permite restituir 68.700 millones de colores. En la práctica esta prestación les permite cubrir el 86,9% del espacio de color DCI-P3.
Además merece la pena que no pasemos por alto que estas matrices de diodos LED tienen naturaleza autoemisiva, por lo que su relación de contraste nativo es, sobre el papel, infinita, y sus negros son absolutos, dos prestaciones con las que los usuarios nos hemos familiarizado gracias a los televisores OLED. Curiosamente en las especificaciones de las matrices LDAA025 LG anuncia una relación de contraste conservadora (≥4.000:1).
Otro detalle de índole técnica que merece la pena que no pasemos por alto es que estas pantallas LED tienen una gran uniformidad cromática. Además, pueden reproducir sin problema señales de vídeo con una cadencia de 24, 25, 30, 48, 50, 60 y 144 Hz, por lo que pueden lidiar sin problema con las películas HFR (High Frame Rate), y también con el cine en 3D.
Las pantallas LED Miraclass tienen una gran uniformidad cromática y su vida útil roza las 100.000 horas
Sus prestaciones, como cabe esperar, les permiten reproducir contenidos HDR. De hecho, aunque su entrega de brillo típica es, como he mencionado más arriba, 300 nits, pueden entregar picos de hasta 1.000 nits. No obstante, en una sala que carece completamente de luz ambiental no es en absoluto necesario entregar tanto brillo. Bastan 300 nits, e, incluso, 260, 130, 100 o 48 nits para que nuestra experiencia sea óptima.
En las dos fotografías que publicamos encima de estas líneas podemos ver qué aspecto tienen tanto la estructura metálica que sostiene las pantallas Miraclass como el panel posterior de estas matrices. Los responsables de los cines Odeon me contaron que los elementos del bastidor que garantiza la estabilidad estructural de las pantallas están soldados, y no atornillados, para que no se vean afectados por las intensas vibraciones que desencadenan los subwoofers instalados en estas salas.
Y me parece razonable porque lo cierto es que la pegada de estas cajas acústicas es monumental. Tanto, de hecho, que las butacas vibran y notas el impacto de las ondas de presión sonora en el pecho en las secuencias más agresivas desde un punto de vista acústico. Varias salas de estos cines ya están terminadas completamente, y pude disfrutar en una de ellas varias demostraciones y algunos tráileres de películas que llegarán a los cines muy pronto, como ‘Wonka’ o ‘Napoleón’.
Los responsables de estas salas aseguran que han cuidado el sonido tanto como la calidad de imagen. Las cajas acústicas por las que se han decantado pertenecen a la línea LS2C de la compañía de origen californiano Christie. La dotación de altavoces varía de unos modelos a otros de estas cajas acústicas, pero todas ellas incorporan varios transductores con diafragma de papel y kevlar para reproducir la gama media de frecuencias, y también varios altavoces de cinta con diafragma de kapton para restituir los agudos.
Los técnicos de los cines Odeon han tuneado las cajas acústicas de Christie para dotarlas de iluminación RGB
El modelo LA4C, por ejemplo, aglutina 8 altavoces de medios de 6,5 pulgadas y otros tantos altavoces de cinta de 6 pulgadas. Esta caja acústica es capaz de alcanzar un nivel de presión sonora máximo continuo de 130 dB y su respuesta en frecuencia se extiende desde los 60 Hz hasta los 20 kHz. Un apunte interesante: su recinto ligeramente curvado le permite alcanzar una dispersión horizontal de 120 grados y vertical de 100 grados. Los técnicos de los cines Odeon han “tuneado” estas cajas acústicas para dotarlas de iluminación RGB, pero durante la reproducción de las películas las luces de los altavoces se apagan para que no molesten a los espectadores. El sonido de estas salas es Dolby Atmos, como cabe esperar.
Lo que más me impactó durante esta primera toma de contacto con las pantallas Miraclass de LG fue la percepción subjetiva que tenemos los espectadores acerca de su capacidad de entrega de brillo. Dejando a un lado lo que nos dicen las cifras su naturaleza autoemisiva provoca que nos dé la sensación de que son perceptiblemente más luminosas que las imágenes que nos entrega un muy buen proyector cinematográfico. Esto juega claramente a su favor, y no solo en este escenario de uso; también permite utilizar estas pantallas en eventos en los que es necesario tener luz ambiental, como conferencias o reuniones de empresas.
En lo que se refiere a su capacidad de reproducción del color no tengo en absoluto nada que objetar. En ‘Aquaman y el reino perdido’ y ‘Wonka’ nos entregan una colorimetría muy rica y con un nivel de saturación perfecto. Estoy seguro de que estas pantallas han sido minuciosamente calibradas por los técnicos de LG y los cines Odeon, pero, en cualquier caso, basta observarlas durante unos minutos con contenido cinematográfico mínimamente cuidado para darte cuenta de que su rendimiento en este terreno es sobresaliente.
Antes de concluir este artículo me parece importante no pasar por alto el nivel de detalle que son capaces de recuperar las pantallas Miraclass, y también lo respetuosa que es esta tecnología con las preferencias estéticas de los directores de fotografía. Algunas secuencias de ‘Napoleón’, la película biográfica dirigida por Ridley Scott que llegará a los cines españoles el próximo 22 de noviembre, tienen un sabor a celuloide que a este filme le sienta de maravilla.