En la actualidad, la higiene diaria es (o debería ser, al menos) algo que asumimos con total normalidad. Pero en los tiempos de la República de Roma, el baño no estaba considerado como una prioridad. La higiene personal consistía en poco más que lavarse los brazos una vez al día y el resto del cuerpo cada nueve o diez días.
A finales del siglo I a.C, una nueva tendencia inspirada en la Grecia clásica fue ganando importancia entre las clases privilegiadas de Roma, que empezaron a construir espacios dedicados a los placeres del baño en sus fastuosas villas. Nacieron los Balnea que rendían culto a la Salutem Per Aquam o salud por medio del agua.
Sumergirse en bañeras de agua a distinta temperatura pasó de ser un mero requisito práctico para lavarse, a algo más lúdico que encajó como un guante con el carácter disfrutón de los patricios y demás clase adinerada.
El reto: conseguir las termas más grandes y lujosas del Imperio
Marco Vipsanio Agripa fue el primer gobernante de Roma al que se le ocurrió construir un enorme Balneum en el Campo de Marte como lugar de encuentro y entretenimiento para los ciudadanos de roma. Sin embargo, a diferencia de los Balneum, que eran privados, estos baños públicos de agua caliente recibirán el nombre de Thermae, llegando a nuestros días como termas.
Agripa, sin saberlo, había iniciado una carrera con sus predecesores en los que cada nuevo gobernante quería dejar su impronta con unas termas más grandes, más lujosas y más ostentosas que las de su antecesor. Trajano, como buen sevillano, conocía los beneficios de un buen baño para refrescarse de los calores y relajarse al final del día, por lo que entró al trapo en la competición construyendo una autentica maravilla arquitectónica y tecnológica del mundo antiguo.
Ruinas de las Termas de Trajano
Si pudiéramos viajar en el tiempo a la antigua Roma, nos encontraríamos con las suntuosas Termas de Trajano. Consideradas como una maravilla arquitectónica entregada al lujo y el bienestar de quienes la visitaban. Estos lugares ofrecían numerosos atractivos para el entretenimiento y la salud de los ciudadanos: saunas, piscinas para el baño, palestras, bibliotecas, pórticos y jardines decorados con todo lujo de detalle.
No obstante, aunque en la mayoría de los casos el coste de la entrada estaba al alcance de la mayoría de ciudadanos de Roma, solo los más adinerados y poderosos podían pagar todos los placeres y el lujo que ofrecían esas instalaciones.
Las termas se inauguraron en la colina del Oppio en el 109 d.C cubriendo el vacío de baños públicos que dejó el incendio de la Domus Aureadel emperador Nerón. Las Termas de Trajano fueron un auténtico despliegue de innovación arquitectónica que integraba lo último en tecnología romana de climatización y opulencia en las decoraciones y mosaicos.
Mosaico con sandalias en unas termas. “Salvom lavisse”, un baño es bueno para ti
En la estructura de su construcción se innovó con el desarrollo de materiales más ligeros para conseguir un hormigon igualmente resistente, pero mucho más ligero y permisivo con el calor basándose en la roca volcánica o tufo giallo. Las estructuras de madera, que sirvieron de combustible para las anteriores termas, se sustituyeron por esbeltos techos abovedados y grandes espacios interiores. El conjunto ocupaba el triple de la superficie que su antecesor con unos 111.000 metros cuadrados de lujo dedicado al culto al cuerpo.
El suministro de agua quedaba garantizado por un complejo acueducto que traía el agua de distintas fuentes del lago Bracciano situado a 40 km de Roma, y se almacenaba en unos enormes depósitos cerca del recinto de las termas con una capacidad de ocho millones de litros de agua.
Planta del complejo termal de Trajano
Disfrutar de un baño en aquel suntuoso templo dedicado a la higiene y la salud era una experiencia lujosa y relajante. El complejo termal estaba diseñado con una arquitectura impresionante y ofrecía una amplia gama de servicios y comodidades para disfrutar.
Al entrar se pasaba junto a la natatio una gran piscina con la que se tenía el primer contacto visual con el agua, pero que se visitaba hasta el final. Antes se debía pasar por los apodyteria o vestidores comunes. Desde ese punto, el visitante pasaba a la palestra totalmente desnudo o untado en aceites esenciales para rendir culto al cuerpo ejercitando los músculos o participando en juegos de pelota. Momento que muchos aprovechaban para conseguir favores políticos o influencias entre la alta sociedad.
Columnas sobre las que descansaba el suelo. Casa de Eustolios. Chipre
Después, el circuito termal continuaba por unas salas calentadas con un elaborado sistema en el que se combinaba la exposición de los rayos del sol a través de unos grandes ventanales dobles, y un sistema de “suelo radiante” levantado sobre una serie de columnas que se calentaba por la circulación de aire caliente bajo el suelo, las paredes y las bóvedas. Los más adinerados podían disfrutar de servicios de masaje con aceites y ungüentos perfumados e incluso depilación corporal ejecutada por esclavos
Las piscinas de agua caliente (caldolarium) y templada (tepidarium) se acondicionaban utilizando las mismas calderas subterráneas con las que se calentaba el aire que aclimataba todo el recinto.
Estas calderas calentaban un gran recipiente de bronce con forma de caparazón de tortuga invertido que entraba en contacto con la base de la bañera del caldolarium y hacía circular el agua caliente por convección hasta que toda la piscina tenía la misma temperatura. Máxima optimización de recursos, con el mismo fuego climatizaban el aire y el agua.
El circuito termal finalizaba con un baño en las cuatro piscinas de agua fría de la enorme basílica central de las Termas de Trajano. En ellas se podía compartir el baño, la conversación (o lo que surja) con el resto de usuarios de las termas, ya estaba permitida la entrada tanto de hombres como de mujeres. El recorrido terminaba en la natatio que daba la bienvenida al visitante. Esta era una piscina al aire libre con una profundidad aproximada de un metro, con la que el visitante salía de su ensoñación de lujo y bienestar para volver a su rutina, que Roma no se hizo en un día.
Lamentablemente, el destino quiso que toda esta maravilla de la Antigua Roma sucumbiera bajo un incendio. De sus cenizas surgió un proyecto todavía mayor: las Termas del emperador Caracalla…pero eso, ya es otra historia.
La idea: convertir oficinas en apartamentos. La escasez de terrenos para construir vivienda y la urgencia de los promotores inmobiliarios por quitarse de encima la patata caliente que supone tener miles de metros cuadrados de oficinas vacías han hecho que ambas partes acuerden llevar a cabo una serie de modificaciones normativas para recalificar los edificios de oficinas vacíos de la ciudad condal como vivienda.
El caso de Barcelona no es aislado, en grandes ciudades como Londres, San Francisco o Nueva York ya se están tomando medidas similares para rentabilizar los edificios de oficinas vacíos que, en este momento, tienen muy poca demanda.
El teletrabajo ha vaciado las oficinas. El impacto del teletrabajo en el mercado del alquiler de oficinas es innegable y las políticas de vuelta a la oficina no están devolviendo a los empleados a las oficinas, sino que las empresas apuestan por flexibilizar las jornadas con modelos de trabajo híbrido. El resultado es que las empresas cada vez necesitan menos espacio de oficina.
El informe The Office Property Telescope 2023 elaborado por la consultora EY, revela que Madrid y Barcelona tienen una tasa de desocupación de oficinas del 10% con tendencia a incrementarse en los próximos meses. Según este informe, la ciudad condal tiene en marcha 73 proyectos de nuevas oficinas que debían entregarse en 2023, pero que o no se completarán o se entregarán en 2024 ante la baja demanda del mercado de oficinas en la actualidad.
Allanar el camino con nuevas normas. La normativa de vivienda en Barcelona obliga a los constructores a dedicar el 30% de las nuevas promociones inmobiliarias a vivienda social. En declaraciones a La Vanguardia, Xavier Vilajoana, presidente de la Asociación de Promotores de Cataluña (APCE) afirmaba: “Esta obligación ha frenado toda la actividad promotora en la ciudad, a cambio de aportar solo 52 viviendas sociales desde el 2018”.
Visto que la fórmula no incentiva la creación de nueva vivienda, la comisión de Ecología, Urbanismo, Infraestructuras, Movilidad y Vivienda del Ayuntamiento de Barcelona plantea una reforma del reglamento y propone que los promotores paguen directamente ese 30% al consistorio. Este nuevo impuesto les libera de la obligación de destinar parte de su promoción a ese fin. Los promotores creen que esa imposición contribuirá a elevar todavía más el precio de la vivienda. En 2023 el suelo construido en Barcelona se paga a 4.131 euros el metro cuadrado.
Facilitar los trámites para el cambio de uso. Aunque pueda parecer que cambiar de uso un edificio de oficinas en una vivienda se limita a dividir el espacio de cada planta y ya está, la realidad es que el proceso administrativo es algo más complejo. Ahí es donde los promotores que se dieron cita en el salón del sector inmobiliario The District en Barcelona han pedido al alcalde de Barcelona y autoridades autonómicas un compromiso para flexibilizar y agilizar los trámites de las cédulas de habitabilidad y las licencias de cambio de uso.
Reconversión de las oficinas para encajar el teletrabajo. La intención de los promotores no siempre va orientada a eliminar de forma definitiva el suelo de oficinas disponible en distritos con fuerte presencia empresarial de Barcelona como el 22@, sino más bien replantear el espacio como un lugar en el que vivir y trabajar, con fórmulas de coliving, como las que se están utilizando en los espacios de coworking rural, donde se ofrece alojamiento y un espacio adaptado para el teletrabajo.
De ese modo, al poner en el mercado más vivienda disponible, se pretende rebajar la tensión inmobiliaria que existe en determinados distritos del centro contribuyendo a rebajar los precios de alquiler, sin eliminar por completo la oferta de espacio para oficinas o teletrabajo.
Lo de “oro líquido” nunca le sentó tan bien al aceite de oliva virgen extra. La escalada de precios, azuzada por la sequía, el encarecimiento de los fertilizantes, la inflación y —alerta la OCU— una “clara especulación”, ha convertido las botellas de este ingrediente pilar de la gastronomía mediterránea en casi un bien de lujo para no pocos hogares españoles. “Oro líquido” en toda regla. Resultado: hay quien ha optado por hacer acopio de botellas, quien cruza la frontera para comprarlo en otros países y quien busca la forma de elaborar su propio aceite casero.
Lo que sea para que su consumo no sea un trago amargo.
Un poco de contexto.No, no es impresión tuya. El aceite de oliva se ha encarecido. Y mucho. En Xataka hemos analizado ya la tendencia en detalle, ahondando en las causas, derivadas y consecuencias de un fenómeno bien medido por los consumidores. A finales de agosto la OCU calculaba que el precio del aceite de oliva virgen extra se había encarecido un 15,4% desde la primera quincena de julio y que en algunas marcas se situaba ya por encima de los 12 euros el litro.
No solo eso. Su precio se situaba muy por encima del que se cobraba en países vecinos, como Italia, Francia y sobre todo Portugal, donde —estimaba la OCU a principios de mes— el aceite de marca blanca costaba 6,86 euros/litro, un 27% menos que los 8,21 que se pedían por esas mismas fechas en España.
Si el aceite está por las nubes… Toca buscar soluciones. Eso es lo que han hecho no pocos hogares españoles, que ante el alza de un ingrediente clave en la cocina mediterránea optaron por tirar de ingenio y buscar soluciones para paliar la escalada. Hubo quien se dedicó a hacer acopio de botellas temiendo que los precios se encareciesen aún más con la campaña de 2023, quien cogió el coche para viajar a Portugal y beneficiarse de sus precios y quien buscó sustitutos más económicos. Incluso en los restaurantes volvieron a verse las aceiteras rellenables, desterradas hace varios años de los comedores para garantizar la calidad del producto.
¿Y si preparo mi propio aceite? Esa es otra de las soluciones que se han puesto sobre la mesa. El aumento de precios en los supermercados ha llegado acompañado de un repentino interés por cómo preparar aceite casero, con vídeos, tutoriales, consejos ytiktokersmetidos a artesanos aceiteros. “Sé que no tengo las herramientas adecuadas, pero como dicen en inglés, un buen trabajador nunca culpa a sus herramientas”, explicaba el Reydelacomida en una pieza en la que comparte su experiencia y la conclusión a la que llegaba tras varios horas de trabajo y usar una cantidad imprecisa de aceitunas: “No sé si renta mucho”.
Pero… ¿Cómo se hace? Si decides lanzarte a la aventura y preparar tu propio aceite casero debes seguir algunos pasos básicos, como recuerda la firma Florencio Aguilera: lo primero es disponer de la cantidad de aceituna necesaria, un fruto que en la medida de lo posible no haya sido recolectado hace demasiado tiempo. Con esa materia toca echar mano de un molino, licuadora o incluso un robot de cocina tipo Thermomix para montar “una pequeña almazara”: se retira el hueso, se tritura la fruta, amasa o bate para romper la emulsión de agua y aceite y se usa luego un saco de tela para someter las aceitunas al prensado y empezar la decantación.
Lo de preparar aceite de oliva en la cocina de casa tiene sin embargo sus propios hándicaps, más allá de las horas y trabajo que haya que invertir en la elaboración del “oro líquido”: el impacto de la sequía en la propia producción de aceitunas. “En una campaña media recogemos en torno a 1.350.000 toneladas, este año prevemos 660.000, igual que el año pasado; es decir, en dos campañas vamos a recoger lo que deberíamos cosechar en una”, reconocía a finales de agosto Cristóbal Cano, vicesecretario general de Acción Sindical Sectorial de UPA, a Newtral.
El ejemplo de Villajoyosa. Lo de disponer de aceitunas resulta menos problemático en Villajoyosa, una villa de Alicante. Hace poco su ayuntamiento lanzó una propuesta que resulta tan llamativa como reveladora del alcance de la “crisis del aceite”: permitirá que sus vecinos recojan las aceitunas de los 532 olivos de propiedad municipal para que puedan elaborar aceite. “La idea es ayudar a los ciudadanos, puesto que pueden conseguir grandes cantidades de aceitunas para consumo propio o fabricar aceite en las almazaras de la zona”, señala a Nius Diario las autoridades del municipio, donde hay censadas cerca de 34.000 personas. Todo mientras el consumo de aceite se desploma precisamente por el alza de precios.
No es el único consistorio español en el que la oliva se ha colado en el orden del día. A unos cuantos cientos de kilómetros de allí, en Fuentelencina, Guadalajara, el Ayuntamiento ha decidido emitir también un bando, aunque con un tono bastante distinto: en un intento por preservar los árboles de la localidad, ha prohibido la recogida de almendras y aceitunas de los árboles municipales sin permiso.
Si quieres crear imágenes de forma sencilla utilizando inteligencia artificial Bing te lo pone fácil. DALL-E3 ya está disponible en su chat, donde podrás utilizarlo de forma intuitiva, sin necesidad de conocimientos de prompt engineer.
Si quieres probarlo tendrás que iniciar sesión, acceder al chat de Bing y pedir la imagen que desees con la máxima claridad posible. Aquí te dejamos dos ejemplos.
El diseño de cabecera de este artículo se ha elaborado con la orden “crea una imagen retro paradisiaca de una playa con el mensaje ‘XATAKA’ escrito entre las palmeras y un ordenador tomando el sol en la playa”; la segunda composición, que se incluye bajo estas líneas, es el resultado de la orden “una imagen de temática espacial en la que se vea con claridad ‘XATAKA’ entre cohetes y planetas”.
En cuestión de segundos, tendrás una respuesta con varias imágenes para que puedas escoger la que más se ajusta a lo que buscas. Sin necesidad de acceder a chats, ni que introduzcas prompts complejos o debas escribir las indicaciones en inglés. El propio chatbot se encargará de hacer sugerencias sobre tu mensaje.
En los dos ejemplos que citábamos antes el chatbot detalla por ejemplo que no ha podido encontrar una imagen exacta que coincida con la descripción, por lo que optó por fondos de pantalla de alta resolución de Microsoft o Freepik.
Hace solo unos días OpenAI presentó DALL-E3, una versión mejorada de su motor de conversión de texto a imágenes que usa ChatGPT para simplificar su uso.
“Cuando se le solicite una idea, ChatGPT generará automáticamente indicaciones detalladas y personalizadas para DALL·E 3 que darán vida a su idea. Si te gusta una imagen en particular, pero no queda del todo bien, puedes pedirle a ChatGPT que haga ajustes con solo unas pocas palabras”, precisa OpenAI.
Desde hace décadas se realizan excavaciones arqueológicas en la antigua ciudad de Boğazköy-Hattusha, en Turquía, muchas de ellas bajo la dirección del Instituto Arqueológico Alemán (DAI). El principal motivo es que decenas de lenguas antiguas abundan en ese lugar, que un día sirvió de capital al imperio hitita que gobernó el centro-norte del país en la Edad del Bronce, entre 1650 y 1200 a.C.
Entre los descubrimientos realizados durante todo un siglo se han encontrado alrededor de 30.000 tablillas de arcilla que detallan las costumbres y cómo era la sociedad de aquella Anatolia tan lejana en el tiempo. Debido a todo ese patrimonio histórico, el lugar fue designado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1986.
La mayoría de estas tablillas contenían inscripciones en hitita, la lengua indoeuropea más antigua registrada (y el árbol lingüístico a través del cual se originó el inglés y muchas otras lenguas europeas), también otras lenguas regionales como el luvita, el palaico o el hatic. Sin embargo, hace unas semanas, las investigaciones en este enclave arqueológico descubrieron algo inesperado: un nuevo lenguaje desconocido.
Sí, un nuevo idioma que hasta ahora nadie sabe descifrar.
Fue descubierto escondido junto a otro texto de culto (en hitita) inscrito en una tablilla en el mencionado sitio de Hattusha. Ese texto concretamente pertenece a un idioma de la tierra de Kalašma, un área que se localizaba al noroeste de la frontera del imperio hitita, donde hoy se encuentran las ciudades de Bolu o Gerede en el norte de Turquía. Y junto a ese antiguo texto para rituales en particular estaba una pequeña recitación de un idioma misterioso.
Proviene de la “madre” de casi todas las lenguas
Lo que dice la inscripción todavía es un enigma sin resolver, aunque según la Julius-Maximilians-Universität Würzburg (JMU) en Alemania, una universidad pública de investigación, la lengua pertenece a la familia indoeuropea de Anatolia, la que muchos llaman la lengua “madre”. Y es que, tal y como sugiere su nombre, las lenguas indoeuropeas constituyen una gran familia que abarca muchos países modernos de Europa, la meseta iraní y el subcontinente indio.
De hecho, casi la mitad de la población mundial habla una lengua indoeuropea, que incluye el inglés, el hindi, el español, el francés, el ruso, el portugués, el alemán, el punjabi y el bengalí. Los historiadores creen que esta lengua se originó alrededor del Mar Negro, en lo que hoy es el sur de Ucrania.
Volviendo a la tablilla misteriosa, los expertos creen que, aunque el descubrimiento supone un hito, era de esperar que se encontraran nuevos idiomas antiguos en el lugar, ya que los hititas se esforzaron por preservar muchas lenguas.
“Los hititas estaban especialmente interesados en registrar rituales en idiomas extranjeros”, dijo en un comunicado Daniel Schwemer, director de la Cátedra de Estudios del Antiguo Cercano Oriente de la JMU.
Además, este nuevo descubrimiento podría revelar en el futuro nuevos datos sobre la civilización hitita, un pueblo de Anatolia que dominó gran parte de lo que hoy es Turquía en el segundo milenio a.C. y que se menciona con frecuencia en la Biblia hebrea. Lo cierto es que fue toda una potencia económica que dejó una huella cultural inmensa en todo el mundo.
No es el único idioma perdido descubierto recientemente. A principios de este año, los investigadores anunciaron que habían logrado descifrar una escritura antigua que nadie había podido llegar a comprender durante décadas. En este estudio publicado en la revista Transactions of the Philological Society, los científicos detallan cómo lograron esta hazaña: entender un antiguo sistema de escritura desconocido que alguna vez se usó en Asia central entre el 200 a.C. y 700 d.C.
Imágenes: Andreas Schachner (Instituto Arqueológico Alemán)
Escribió Emilia Pardo Bazán, de cuyo fallecimiento se cumplieron 100 años no hace mucho, que la ingenuidad suele parecerse al descaro. Esa frase se me vino a la cabeza cuando tuve que acudir de urgencia a un peluquero que no era mi habitual. Una peluquería de barrio regentada por un chico de mi edad que al acabar el corte me comentó (más informándome que pidiéndome permiso) que me iba a hacer una foto para subirla a la cuenta de Instagram de su negocio.
Me pareció ingenuo usar imágenes de sus clientes para promocionar su barbería a pelo (nunca mejor dicho) en tiempos de la LOPD, la RGPD y otras siglas que custodian un poco nuestra privacidad. Pero definitivamente me pareció un descaro que se lo tomara como un trámite más, como algo inherente al degradado, sin darme la posibilidad de negarme. Le dije que ni hablar, que nada de fotos, aboné los diez euros y me marché pensando “…y precisamente a Instagram“.
De las casillas de los datos a tu cara en su Instagram
Esa fue la primera de varias. Salió el tema hablando un domingo de paella y una familiar me dijo que lo mismo le sucedió en un centro de belleza: acudió a hacerse un tratamiento facial y la persona que le atendió le hizo una foto pidiéndole permiso (al menos tuvo esa deferencia) para publicarla en el Instagram de la empresa.
En la intersección de las empresas con el entorno digital se ha normalizado la aceptación de prácticas que solo van en su beneficio, no en el de los clientes
La última vez que me ha ocurrido algo así fue en una academia de baile, donde fui tratado estupendamente y en la última clase, con la cámara de un móvil apuntando hacia mí, escuché “¿no os importa que os grabe, verdad?”. Repliqué que “no, siempre y cuando no lo publiques en ningún sitio ni lo enseñes a nadie”. “¿Entonces para qué lo quiero?”, me replicó decepcionada. “¿Y yo para qué quiero que me publiques?”, pensé hasta los mismísimos.
Como ocurrió con la horrible normalización de firmar casillas de autorización de datos personales, como un automatismo más, como si fuesen necesarias para darnos un servicio que en su esencia no la requieren; que los negocios nos usen a nosotros, sus clientes, como reclamo publicitario gratuito, se ha ido haciendo costumbre. A qué mala hora.
Esos negocios nos dan un servicio, un corte de pelo, un tatuaje, una limpieza de cutis o unas clases de baile. A cambio, pagamos lo que nos piden. Con el auge de las redes sociales, parece que eso no es suficiente y tenemos que dejar que nos exhiban gratuitamente en ellas, como si estuviesen montando el Necronomicón de Podología Samuel, como si eso nos aportara un beneficio a nosotros. Solo se lo aporta al negocio.
Puedo llegar a entender a quien al menos tiene la deferencia de pedirlo de una forma humilde, sin dar por supuesto nada, y acepta una negativa sin malas caras ni reproches. Pero torcernos el morro o cambiar la forma de tratarnos —ni hablemos de actuar a las bravas sin consultarlo— por no querer formar parte del numerito social es, como se dice ahora, una red flag en toda regla.
Podemos entender propuestas humildes que comprendan nuestras negativas, pero no es lo que siempre encontramos
Uno, por la edad o por lo que sea, ya se hace una idea de las implicaciones de dejar que cualquiera sepa qué hacemos y dónde, y no tiene problema alguno en decir “no, no quiero” tantas veces como sea necesario, aunque sea a costa de poner cara de funcionario con el sueldo recién congelado. Otras personas, por ser demasiado jóvenes, o demasiado mayores, o demasiado tímidas, o por haberle pillado a destiempo el auge de Instagram y no comprender bien de qué va la vaina, quizás no tengan la capacidad de negarse.
Ahora añoramos los tiempos en los que las únicas señales del Apocalipsis que también nos traería Internet —no todo van a ser las cosas buenas— eran las webs hechas con Frontpage y decenas de GIFs con efecto purpurina. En aquella época Internet era algo que empezaba a escapar al entendimiento a los treintañeros y cuarentañeros y los más jóvenes asumíamos con naturalidad generacional. Quizás los mismos que ahora sentimos que esto empieza a escapar a nuestro entendimiento. Caballero, solo quería un degradado discreto, no que fotografiaran mi cara de póker para publicarla en abierto.
Cosas de la geopolítica. Y de la historia. Uno de los capítulos más vibrantes de la crónica espacial se escribió durante la convulsa guerra fría que mantuvo a medio mundo dividido entre dos bloques liderados por Washington y Moscú. En 1957 la URSS lanzó el Sputnik 1, el primer satélite puesto con éxito en órbita alrededor de la Tierra, cuatro años después se logró otro hito con Vostok 1 y en el 69 se alcanzó el que seguramente haya sido el mayor logro de aquella desenfrenada carrera con el Apolo 11 y el famoso paseo lunar de Neil Armstrong. Hoy el escenario es muy distinto. O no. La Unión Soviética es ya historia, pero se mantiene otra pugna espacial con dos poderosos contendientes en lid: EEUU y China.
Lo suyo es una carrera espacial… y de talonarios.
Una nueva carrera espacial. Acaba de reconocerlo abiertamente el administrador de la NASA, Bill Nelson. Durante una entrevista con la BBC el directivo, cabeza visible de la agencia, ha admitido abiertamente que Estados Unidos está “en una carrera espacial con China para volver a la Luna”.
Y claro está, su propósito es poner todos los medios para asegurarse de que la nación norteamericana “llega primero”. Sus palabras recuerdan a la pugna de los años 60 y 70 del siglo pasado, si bien con algunas diferencias importantes que van mucho más allá de que el contrincante sea ahora Pekín en vez de Moscú. Y sobre todo llegan acompañadas de un ingente inversión desde ambos lados.
Con la vista puesta en la Luna… y el bolsillo. Nadie dijo que conquistar el espacio fuese sencillo. Ni barato. En su pugna tanto Washington como Pekín han tenido que abrir el grifo de la inversión. Las tablas de Statista reflejan que el año pasado el gasto gubernamental de EEUU en programas espaciales rozó los 62.000 millones de dólares, mientras que China sumó 12.000 millones, sensiblemente por encima de Japón (4.900), Francia (4.200), Rusia (3.400), Alemania (2.500) o la India (1.900). A nivel global, el gasto alcanzó en 2022 un récord de 103.000 millones, lo que supera con holgura los 92.400 registrados en 2021.
¿Hay más datos? Sí. Y nos sirven para entender el alcance y evolución de la apuesta en cada uno de los países. Se prevé que la inversión destinada por la NASA a su ambicioso programa Artemis, con el que quiere llevar a la primera mujer y el próximo hombre a la Luna y avanzar en la exploración del polo sur lunar, alcance los 93.000 millones de dólares para 2025. Cada lanzamiento del Space Launch System (SLS) y la cápsula Orión costaría más de 4.000 millones de dólares.
Space.com aporta una cifra que ayuda a contextualizar esa inversión: el presupuesto del programa Apolo acabó ascendiendo en 1973 a un total de 23.600 millones de dólares, suma que equivaldría a más de 136.000 millones a día de hoy. Por entonces, en plena efervescencia espacial y en pugna con URSS, el gasto de la NASA acaparó un máximo de casi el 4,5% del presupuesto federal (1966), valor que fue disminuyendo con el tiempo hasta quedarse en el 1% ya en 1975.
¿Y en China China tiene sus propias aspiraciones espaciales, hoja de ruta e inversiones. Todo con el propósito de convertirse en la segunda nación que envía humanos a la Luna. Este mismo verano, durante una cumbre celebrada en Wuhan, el ingeniero jefe adjunto de la Agencia Espacial Tripulada de China (CMSA) reveló algunas claves de los planes del país para impulsar una misión lunar tripulada ya a corto o medio plazo: antes de 2030. El objetivo es ir más allá del alunizaje.
A lo que aspira China a es a crear un puesto de investigación a lo largo de la próxima década, un objetivo ambicioso y similar al de la agencia estadounidense, que incluye en Artemis el establecimiento de una base lunar. El empeño chino llega acompañado de su propio despliegue de fondos: aunque no hay cifras oficiales, la consultora Euroconsult estima que la inversión de Pekín en exploración espacial llegó a 5.800 millones de dólares en 2019. Sus cálculo para 2022 es aún mayor.
Una carrera similar, pero no igual. Así es. La nueva carrea espacial, abiertamente reconocida por Bill Nelson, quizás tenga reminiscencias de la protagonizada por Washington y Moscú en la segunda mitad del siglo XX, pero desde luego no es igual. Primero porque en el tablero hay más actores. Acaban de demostrarlo Rusia e India en su empeño por llegar a la Luna, una aventura que se saldó eso sí con resultados dispares en uno y otro país: mientras Rusia fracasó en su primer intento por regresar al satélite en 47 años, la agencia india lograba a finales de agosto depositar el módulo Vikram cerca del polo sur lunar.
EEUU y China destacan sin embargo en la nueva pugna espacial por varias razones: su importante flujo inversor en programas espaciales, bien reflejado en las tablas de Statista, y el hecho de que China ha alcanzado ya hitos importantes, como enviar a la Tierra con éxito muestras de la Luna o disponer de su estación espacial. Ambas potencias globales mantienen además una tensa relación que va más allá de la carrera espacial. “Lo que me preocupa es que encontremos agua en el polo sur de la Luna, China llegue allí y diga es nuestra zona”, zanja Nelson.
De la mano de las empresas. Otra peculiaridad importante de la carrera espacial del siglo XXI, como admite también Nelson, es que el sector privado ha asumido un papel crucial que permiten a la NASA compartir los pesados costes de la exploración espacial y aprovecharse de “la creatividad de los empresarios del sector privado”. Buen ejemplo son SpaceX, que ha desarrollado Starship y en 2021 logró con un jugoso contrato de casi 3.000 millones para construir un módulo de aterrizaje; o Blue Origin, que también ha recibido un generoso pellizco.
Las dos firmas, impulsadas por Elon Musk y Jeff Bezos, respectivamente, son quizás las más visibles del pujante sector espacial, pero ni mucho menos son las únicas que han puesto la vista en él ni tampoco en recibir fondos de la NASA. La cadena BBC asegura que durante el año que transcurrió hasta septiembre de 2021 el gasto de la agencia en la economía estadounidense ascendía a aproximadamente 71.200 millones de dólares, un 10,7% más que durante el período anterior.
No mires a Estados Unidos, ni China, mira mejor a Oriente Medio. Allí, en un territorio cada vez más aficionado a la hipérbole arquitectónica se alza desde hace años el mayor parking robotizado del mundo, una mole con más de 2.300 plazas y capaz de mover 245 coches cada hora que presta servicio a un complejo judicial. El país que acoge la estructura es en este caso Kuwait, que se suma a Emiratos Árabes o Arabia Saudí en su apuesta por las mega construcciones XXXL. Lo más curioso no es sin embargo la capacidad o tamaño del aparcamiento, sino que en Kuwait están embarcados ya en otro proyecto para estrenar uno aún mayor.
Si es que no importe su tipo, enfoque o los usos que se le quieran dar, cuando de titánicas construcciones se trata lo más lógico es mirar a Oriente Medio.
¿Problemas para aparcar? Si de lo que hablamos es del complejo de tribunales de Al Jahra, en Kuwait, la pregunta tiene un matiz especial, casi irónico. Y la razón es sencilla: sus promotores han querido dotar al edificio de un enorme parking con cientos de plazas convencionales y, sobre todo, un aún mayor espacio gestionado de forma robotizada. Tan grande es el recinto que a principios de 2018 el World Guinness Records lo reconoció como el mayor parking automatizado del mundo, mérito con el que todavía hoy sigue figurando en la web de la institución.
Pero… ¿Tan grande es? A las cifras nos remitimos. Según Robotic Parking Systems, compañía que se encargó del diseño, la maquinaria y automatización del parking de Al Jahra, el recinto suma 2.314 plazas robotizadas que se reparten a lo largo de la parte superior de un amplio edificio. No son las únicas.
El inmueble dispone de otras 684 plazas para estacionar coches de la forma tradicional, en una rampa de hormigón. La más que considerable diferencia entre ambas secciones sirve a la compañía para subrayar las bondades de los sistemas automatizados a la hora de aprovechar el espacio de aparcamiento: “El robotizado aporta 3,5 veces más plazas en aproximadamente el mismo volumen”.
¿Hay más datos? Sí, pinceladas sobre su funcionamiento que Robotic Parking Systems usa para ahondar en la misma idea. La compañía detalla que el complejo dispone de 12 puntos de entrada y salida a través de los que es capaz de mover 425 vehículos por hora. “¡Supone capacidad para entregar casi siete automóviles cada minuto!”, resalta la firma, que reivindica además que su marca está certificada. El estacionamiento dispone de más de una decena de niveles e incorpora más de 1.293 toneladas de maquinaria, incluida la electrónica y los equipos.
Otra de las firmas que participaron en el proyecto, Mohamed Abdulmohsin Al-Kharafi & Sons asegura que el estacionamiento automatizado ocupa 14 plantas y rebaja ligeramente su capacidad: señala que suma 2.280 plazas, además de otras 646 de estacionamiento convencional. En total calcula que el bloque reservado a aparcamiento alcanza una superficie construida total de casi 104.900 m2.
Vista exterior del proyecto del complejo de Al Jahra, con el edificio juidicial y el destinado a parking.
Esquema del parking de Al Jahra.
Infografía del Nuevo Palacio de Justicia, Kuwait.
De récord en récord. El parking del Tribunal de Al Jahra resulta sorprendente por su tamaño, capacidades y operativa, pero quizás tan o más curioso es que no es el primer estacionamiento robotizado de récord en Oriente Medio. Y tampoco será el último. La propia Robotic Parking Systems se había encargado ya de diseñar un aparcamiento similar para Emirates Financial Towers, en Dubái, con 1.191 espacios para vehículos. Gracias a esa considerable capacidad pudo ostentar durante un tiempo el récord de “estacionamiento automatizado más grande”.
¿Y habrá más? Eso parece. Tanto el parking de las Emirates Financial Towers como el de Al Jahra se quedarán pequeños si se comparan con el del Nuevo Palacio de Justicia de Kuwait, concebido para convertirse en uno de los mayores edificios judiciales del planeta. Y semejante aspiración tenía que llegar acompañada, claro está, de un aparcamiento moderno y a la altura. En su web Robotic Parking explica que está construyendo un recinto que dispondrá de 2.433 espacios robotizados, con lo que, una vez terminado, arrebatará el Guinness al Al Jahra.
“El proyecto está situado en un lugar privilegiado de la ciudad de Kuwait, en una parcela de 34.500 m2. El edificio tendrá una superficie de 356.189 m2 y contará con 141 salas de vistas y oficinas en 25 plantas. Además, tanto el aparcamiento convencional como el automatizado ofrecerán 2.741 plazas”, asegura el estudio de arquitectura Pace, que señala que el proyecto aún está en curso. En noviembre de 2020 las obras estaban al 42% y el pasado marzo la Ramsey Stone Consultants anunciaba que había sido seleccionada para los trabajos con piedra.
Cuando llega el fin de semana, además de ser los días de descanso para la mayoría de la gente, también son jornadas para repasar todos los descuentos en tecnología que prepara El Corte Inglés durante sus campañas. Vamos a repasar las mejores ofertas en los Tecnoprecios, que acaban el próximo día 4 de octubre.
LG 65QNED916
una smart TV LG de su colección de 2023, que tiene una pantalla QNED de 65 pulgadas con resolución 4K, hasta 120 Hz y compatible con contenidos HDR10 y Dolby Digital Plus. El sistema está manejado por la interfaz webOS23.
Dispone de WiFi 5, Bluetooth 5.0, Ethernet, dos puertos HDMI 2.1, dos puertos HDMI 2.0 y salida óptica de audio. Además de estar rebajado hasta los 1.599 euros, viene con una smart TV LG 32LQ630B6LA totalmente gratis.
TV QNED MiniLED 164 cm (65") LG 65QNED916 4K, Dolby Vision, Dolby Atmos, Smart TV, webOS22 + LG 32LQ630B6LA
* Algún precio puede haber cambiado desde la última revisión
MSI Modern 15 B7M-040ES
Este portátil de MSI que pesa 1,7 kg cuenta con una pantalla de 15,6 pulgadas y de resolución Full HD. Integra dos altavoces con 4 W de potencia total y una cámara frontal HD.
En el interior, monta el procesador AMD Ryzen 5 7530U, 16 GB de RAM y 512 GB de almacenamiento SSD. Viene con tarjeta gráfica integrada, Windows 11 y dispone de HDMI, USB 3.2 o lector de microSD. Su precio baja de los 749 a los 699 euros, precio mínimo.
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Barra de Sonido LG MERIDIAN 2022 S95QR
Este modelo de LG perteneciente a la alta gama cuenta con una potencia nominal de 810 W, soporte para Dolby Atmos y DTS:X, además de sonido Hi-Res. Es compatible de forma inalámbrica con Alexa, Google Assistant, Airplay2 y Spotify gracias a su conexión Bluetooth 5.0 y WiFi.
Es ideal para televisores de 55 pulgadas o superior, con puerto HDMI de salida 4K, dos entradas HDMI, salida óptica de audio y puerto USB. De 999 euros pasa a los 899 euros con esta oferta.
Barra de Sonido LG MERIDIAN 2022 S95QR Dolby Atmos
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Samsung Galaxy Tab A8
Una tablet económica con pantalla de 10,5 pulgadas TFT con resolución Full HD, además de cuatro altavoces con Dolby Atmos. Cuenta con dos cámaras, una trasera de 8 megapíxeles y otra delantera de 5 megapíxeles. También incluye Bluetooth 5.0, Wi-Fi 5, GPS, GLONASS y jack de 3,5 mm para los auriculares.
En el interior, tiene un procesador octa-core Unisoc Tiger T618, acompañado de 3 GB de RAM y de 32 GB de almacenamiento ampliables con microSD. En cuanto a la batería, incluye 7.040 mAh aparte de una carga rápida de hasta 15 W. Su precio es de 169 euros.
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Sony WF-1000XM4
Como ocurre en este tipo de auriculares, cuenta con controles táctiles para el volumen y tres micrófonos por auricular. Por supuesto, incluye cancelación de ruido activa, con soporte LDAC, Hi-Res Audio y Speak-to-Chat que deja pasar el sonido ambiente al hablar por llamada.
Además, cuenta con Bluetooth 5.2 y Google Fast Pair. En cuanto a la autonomía, con la cancelación de ruido activada pueden llegar hasta las 8 horas de duración, ampliándose hasta las 24 horas con el estuche de carga. Ahora cuesta 149,90 euros.
Auriculares de botón Sony WF-1000XM4 True Wireless con Noise Cancelling plata
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Samsung Galaxy Tab S9 Ultra, análisis: un dispositivo espectacular que todavía busca su sitio
Hace ya unas generaciones que los tablets de gama alta buscan su lugar en un mercado donde como elemento de consumo de contenidos resultan excesivamente caros mientras que como elementos de producción están todavía algo limitados frente a los portátiles ligeros. Pero no precisamente por su diagonal de pantalla en algunas familias como la Tan S Ultra de Samsung.
El Samsung Galaxy Tab S9 Ultra es un nuevo intento del fabricante coreano por convencer a un cliente concreto de que un Android vitaminado por teclado, S-Pen y sobre todo una enorme pantalla, es una elección fiable y lógica para dedicarnos a trabajar con él. ¿Será éste quizás el año en que lo consigan?
* Algún precio puede haber cambiado desde la última revisión
Manteniendo la esencia de los Galaxy Tab S de gama alta
Los dos grandes animadores de siempre del sector de los tablets de gama alta, Apple y Samsung, apuestan desde hace generaciones por una continuidad en su línea de diseño que a ambas marcas no les ha venido del todo mal.
A los Samsung Galaxy Tab S de alta se les reconoce gracias al sentido de la vista pero también del tacto. Es una familia donde prima ante todo la delgadez, los buenos acabados y el poco peso. En el caso de los modelos de referencia de la gama Ultra de Samsung, hay que añadir a la ecuación el adjetivo de “inmensos”.
El Samsung Galaxy Tab S9 Ultra es el renovado modelo de dicha familia. El nuevo miembro llega con las mínimas actualizaciones que justifiquen el cambio de nombre. Se dan básicamente en el procesador y memoria, en ambos casos mejores que en la generación anterior.
La única novedad en el diseño del Samsung Galaxy Tab S9 Ultra es el aumento de resistencia para evitar sustos con salpicaduras de líquidos así como la mejorada carga del S-Pen
El diseño se mantiene prácticamente intacto. Es ahora un modelo con resistencia IP68, que para este tipo de dispositivo significa básicamente tranquilidad ante un posible derrame de líquido encima.
El S-Pen sigue cargándose en la parte trasera, lo que impide situarlo sobre una mesa y que se cargue al mismo tiempo
La otra novedad queda del lado del S-Pen, que ahora no tiene que orientarse de manera concreta para que se produzca su carga tras colocarlo en la zona magnética junto al módulo de cámara. Pero me sigue pareciendo que tiene más sentido que la carga ser realice cuando lo tenemos colocado en el borde (donde también queda acoplado magnéticamente) y no en la parte trasera, situación mucho más artificial.
Lo demás permanece intacto. El acabado es en aluminio, el grosor más reducido imposible, y el peso, de algo más de 700 gramos, también el mínimo que podemos esperar de un dispositivo con este tamaño de pantalla.
Pese a ese grosor tan reducido y el relativo poco peso del tablet, sus dimensiones no lo dejan en buen lugar para ser manejado del modo tradicional de un tablet. Nos genera bastante inseguridad a nivel de riesgo de que acabe por caer de nuestras manos (pese al buen agarre de su terminación) y por otro lado seguimos echando en falta un stand integrado en la propia carcasa (y no dependiente de una funda) porque pocas veces no estamos pensando mentalmente en dejarlo correctamente apoyado sobre la mesa.
Sin funda resulta extraño sostener el tablet con las dos manos y que no haya bisagra integrada para poder dejarla en modo stand sobre una mesa con toda tranquilidad
Del apartado de identificación biométrica, este Samsung Galaxy Tab S9 Ultra opta por ofrece tanto la identificación por rostro como la lectura de nuestra huella. Sin botón de inicio ni espacio para colocarlo en un lateral, el sensor biométrico solo tenía un destino posible: la pantalla.
El Samsung Tab S9 Ultra opta por uno de tipo ultrasónico en el lado derecho del tablet, a la altura del puerto USB-C y a una distancia del marco muy bien pensada, justo donde de manera natural cae nuestro pulgar al sujetar de la forma habitual en apaisado el tablet. Es rápido y fiable.
Pantalla (y sonido) para disfrutar todo el tiempo
Como pasa con casi cada producto de gama alta de Samsung, la pantalla es uno de sus puntos fuertes sin discusión. En este Samsung Galaxy Tab S9 Ultra el fabricante coreano lleva esa idea a la máxima expresión porque los marcos reducidos y un notch muy pequeño dejan todo el camino libre para el lucimiento de un inmenso panel AMOLED de 14.6 pulgadas a 120 Hz.
El panel luce espectacular, tanto en nitidez (resolución de 1848×2960 píxeles) como en reproducción de color, brillo (más de 550 nits y HDR10+) y por supuesto el refresco de 120 Hz que tan bien le sienta a la interfaz del tablet.
Esa frecuencia de refresco podemos escoger que sea adaptable o mantenerla fija a 60 Hz, lo que ciertamente no merece la pena por el poco impacto que tiene en la autonomía respecto al total.
El panel tiene un formato 16:10 que se queda a medio camino de dos ámbitos de uso: el plenamente productivo y el exclusivamente ocioso. No es mala opción como término medio para cuadrar con más potenciales usuarios satisfechos de la experiencia.
El sonido es otro factor diferenciado en los tablets de gama alta de Samsung. Y con esta fabulosa pantalla, no podía ser menos en el caso del Galaxy Tab S9 Ultra.
Contamos con cuatro altavoces muy potentes situados en las esquinas del dispositivo. Vienen firmados por AKG y suenan muy bien cuando los tenemos colocados frente a nosotros. El sonido resulta envolvente (compatibilidad con Dolby Atmos), con correcto refuerzo de graves pero seguimos bloqueando parte del sonido cuando agarramos el dispositivo con las dos manos.
Samsung sigue ofreciendo la mejor experiencia en un tablet Android
El Samsung Galaxy Tab S9 Ultra llega al mercado español bajo Android 13 y con la capa Samsung One UI 5.1 sobre el sistema operativo del buscador.
El fabricante asiático sigue siendo el que mejor trata el mundo Android en tablets, tanto por cantidad de aplicaciones, ayudas y mejoras como por la continuidad de su idea generación tras generación.
Lo que más se disfruta en la enorme pantalla del Samsung Galaxy Tab S9 Ultra es la posibilidad de tener hasta tres aplicaciones al mismo tiempo en pantalla dividida
En este Samsung Galaxy Tab S9 Ultra no encontramos apenas diferencia en One UI respecto a tablets de menos diagonal. Podemos hacer uso de hasta tres aplicaciones a “pantalla dividida” sin renunciar a una cuarta opción pero ya como ventana flotante. Dependerá de la compatibilidad de cada una de ellas.
La integración de este Samsung Galaxy Tab S9 Ultra con el resto de ecosistema de equipos Samsung es completa. Tenemos la opción de compartir periféricos como teclados y ratones además de poder usar el tablet gigante coreano como segunda pantalla de un Samsung Galaxy Book.
También se mantiene la idea detrás de Samsung DeX, una gran idea si tu zona de confort al usar un tablet cabe en aplicaciones del tipo navegador, ocio, redes sociales y no mucho más.
La experiencia tanto en este modo de escritorio ampliado en pantalla externa (donde el tablet puede ser usado como touchpad si es necesario) como en el tablet del modo tradicional es perfecta a nivel de fluidez y rendimiento bruto.
A nivel de rendimiento del Samsung Galaxy Tab S9 Ultra hay que destacar la fluidez de funcionamiento en modo multitarea y varias pantallas, refrendado con las cifras de los benchmarks
El Samsung Galaxy Tab S9 Ultra se mueve bajo el SoC Snapdragon 8 Gen 2 acompañado de hasta 16 GB de memoria RAM en combinación con memoria interna de 1 TB ampliable vía tarjetas microSD. Únele los 120 Hz de la pantalla y todo fluye sin tirones ni sensación de no ir desahogado a nivel de potencia bruta. Además, la capa de Samsung tiene ya suficiente madurez para asegurarnos una experiencia satisfactoria.
En nuestros test sintéticos de rendimiento obtuvimos más de 3900 puntos en la prueba gráfica Wild Life Extreme así como casi 5700 y 2150 puntos en los test Multi y Single de GeekBench o los 16500 puntos en PCMark Work 3.0, cifra que supera en 3000 puntos los resultados del modelo de la generación anterior. Especialmente relevante es la mejora de rendimiento en modo multinúcleo, lo que le viene genial al modo de uso de este tablet productivo.
El Samsung Galaxy Tab S9 Ultra ofrece un comportamiento excelente a nivel de gestión del calor. El rendimiento no se reduce cuando le exigimos de manera continuada y además solo una pequeña superficie alrededor del módulo de cámara tiende a calentarse. Insignificante para el agarre fiable, cómodo y seguro del tablet.
S-Pen: un indispensable en los tablets Samsung
Más allá de que Samsung siga sin darle el lugar físico que merece al S-Pen (imanes más potentes en la zona de carga, cambiar esta última a los bordes y no a la trasera, además de buscarle un lugar de almacenaje integrado en el diseño y no solo en la funda que se vende separada), este accesorio es un “must” es el Galaxy Tab S9 Ultra al igual que lo es en los modelos de familias más discretas a nivel de tamaño de pantalla.
El S-Pen sigue sin tener su espacio físico en el diseño del tablet pero viene de serie cuando compramos el Samsung Galaxy Tab S9 Ultra, todo un acierto
El S-Pen se mantiene idéntico al de la generación anterior y eso es una buena noticia. Es muy ligero, manejable, preciso y disfruta de una integración completa y directa en el ecosistema del tablet Android de Samsung.
Admite gestos que debemos aprender pero luego resultan muy cómodos, y viene listo para sacar de la caja (el tablet no se vende sin él). Podemos usarlo para el manejo/control del propio tablet, como elemento de escritura y lógicamente como punta de lanza de nuestra creatividad con las aplicaciones adecuadas.
En este aspecto, el S-Pen sigue mejorando en apartados de software además de hardware (punta más sensible y cuerpo resistente con perfil IP68 como el tablet), y por ejemplo la experiencia de escritura y dibujo sobre papel virtual está a un excelente nivel, detectando tanto la presión como la inclinación del S-Pen.
Doble cámara frontal y secundaria
Ligeras modificaciones nos encontramos en las cámaras del Samsung Galaxy Tan S9 Ultra. Se mantiene la cuádruple cámara, dos a cada lado.
De las cuatro cámaras que aporta el Samsung Galaxy Tab S9 Ultra, nos quedamos con las dos secundarias de 12 MP que resultan ideales para videollamadas de calidad
Las dos principales, de 13 y 8 MP (ésta última es de tipo gran angular), admiten grabación de vídeo hasta 4K/60fps, y sirven para lo justo. No tanto por calidad, correcta, como por comodidad de uso.
Más sentido le vemos a las dos secundarias, ambas de 12 MP (una gran angular), que nos dan muchas posibilidades cuando recurrimos a las videollamadas, tanto por software (seguimiento) como en nitidez y validez de uso cuando la luz entra en escenarios complicados. Al igual que en la generación anterior, los resultados nos gustan más que en la mayoría de los portátiles del mercado, ya sean de gama media o incluso alta.
Autonomía a la estela del tablet clásico
El Samsung Galaxy Tab S9 Ultra alberga en su fino interior una batería de 11200 mAh, suficiente para compensar el extra de pantalla y potencia de este formato, además de los 120 Hz de su panel.
El resultado, según nuestras pruebas de estas semanas trabajando y disfrutando del ocio con él, lo podemos situar en la línea de otros tablets de gama alta. En términos globales hablamos de unas 9-10 horas de uso de manera escalonada en varios días, cifra que se reduce a unas 7 horas si recurrimos a periféricos externos y uso intensivo de manera continuada.
Para la carga hay que recurrir a un cargador USB-C de 45 W (carga rápida) que no viene en la caja. En el paquete que podemos comprar en tiendas el tablet solo de acompaña del S-Pen y un cable de carga USB-C.
La carga con un adaptador de 45 W se completa en más o menos 100 minutos.
Samsung Galaxy Tab S9 Ultra, la opinión y nota de Xataka
Lejos de aparcar el experimento de ofrecer un tablet con diagonal de más tamaño que muchos de los portátiles y ultrabooks del mercado, Samsung repite historia con su nuevo Galaxy Tab S9 Ultra.
El tercero en discordia dentro de la nueva familia Tab S9 de 2023 mantiene la esencia de lo que uno espera de los tablets de gama alta de Samsung (calidad de pantalla, diseño, potencia…) a la espera de que sostener una pantalla de más de 14 pulgadas pueda resultar práctico.
Del nuevo Samsung Galaxy Tab S9 Ultra nos quedamos con la experiencia multimedia total que ofrece, incluida la creatividad con ayuda del S-Pen, así como su potencia bruta para, con ayuda de un teclado externo, poder recurrir al modo de trabajo Dex de Samsung si así lo deseamos.
9,1
Diseño 9,25
Pantalla 9,5
Rendimiento 9,5
Software 8,25
Autonomía 8,75
A favor
La experiencia multimedia que ofrece la combinación de audio y panel
Rendimiento hardware y software
Ahora tanto tablet como S-Pen son resistentes a salpicaduras
En contra
Tienes que tener muy claro el tipo de aplicaciones que buscas usar en un tablet Android
En formato tablet es un dispositivo demasiado grande para que resulte cómodo de usar
Sin funda ni teclado de serie, el gasto para completarlo es mayor