“¡No sabe ni freír un huevo!”. Menuda frase. Pese a que hacer el ‘huevo frito perfecto’ es un poco más complicado de lo que parece, es la típica frase que se usa para indicar que alguien no tiene ni idea de cocina. Porque, en fin, todos somos muy valientes a la hora de hacer un huevo frito… pero si la frase fuera “¡No sabe ni conservar un huevo correctamente!” la cosa normalmente no está tan clara.
Y no porque no sepamos a ciencia cierta cómo debemos conservar los huevos, sino porque esa conservación es algo contraintuitiva (y, todo sea dicho, cambia de país a país).
La culpa es de la cáscara, claro. La cáscara no solo es el recubrimiento exterior del huevo, es un elemento clave para mantener su integridad física y química dado que actúa como barrera bacteriológica. Suena muy complejo, sí; porque lo es: la cáscara del huevo “está atravesada por numerosos poros que forman túneles entre los cristales minerales y permiten el intercambio gaseoso entre el interior y el exterior”.
Estamos hablando de una matriz cálcica con aportaciones de otros minerales como el sodio, el magnesio o el cinc estructurada por entre 7.000 y 15.000 canales porosos especialmente concentrados en la “zona del polo ancho”, justo donde se crea una pequeña cámara de aire.
Porosa, sí; pero lo justo. Porque, para evitar problemas, de forma natural, en el proceso de puesta, la cáscara se recubre con un líquido viscoso que se convierte en una especie de membrana o cutícula protectora.
La primera gran diferencia de los huevos del mundo. Hay cuatro grandes formas de evitar el riesgo de salmonela: consumirlos cuanto antes (para que las bacterias no tengan tiempo de proliferar); limpiarlos y ‘sanitanizarlos’; mantenerlos lo más secos posible; o evitar los cambios de temperatura para impedir la condensación interior. El problema es que las cuatro no son compatibles.
Por eso, en países como EEUU, optan por limpiarlos a nivel industrial y mantenerlos siempre refrigerados. Eso amplía su ‘fecha de consumo preferente’ en condiciones óptimas, pero los hace más vulnerables a la contaminación (porque se elimina la cutícula protectora en el proceso).
En España, el resto de Europa y la mayoría de países del mundo, no se lavan los huevos: se opta por mantener la cutícula (que los aísla mejor), pero a costa de reducir su vida útil. En este sentido, como la cutícula lo permite, se venden sin refrigerar para evitar los cambios bruscos de temperatura.
¿Entonces hay que mantenerlos fuera del frigorífico? Es decir, como en el supermercado. Pues no. Aquí viene lo (relativamente) contraintuitivo. La idea es muy simple: el lugar con la temperatura más estable de la casa es la nevera y, al estar en frío, los posibles riesgos que pudiera entrañar el proceso de refrigeración se ven reducidos por el hecho de que, en frío, las bacterias proliferan mucho menos.
Consejos rápidos para conservar los huevos correctamente: En España, eso sí.
Como decía, los huevos deben refrigerarse inmediatamente al llegar con ellos a casa.
Nunca se deben lavar antes de guardarlos (porque podemos destruir la cutícula protectora y reducir su vida útil). Si los huevos están muy manchados con tierra, suciedad o plumas, pueden cepillarse o frotarse suavemente en seco con un cepillo. En cambio, sí se pueden lavar los huevos en el momento en el que los vayamos a usar.
Si encontramos un huevo roto o agrietado lo mejor es desecharlo y asegurarnos de que no ha contaminado a los demás
Adoro la música. Y me gusta escucharla con la máxima calidad posible porque para mí esta es la estrategia más eficaz al alcance de los melómanos que anhelamos recrear en la intimidad de nuestro hogar toda su capacidad emocional. De esto se trata. Todo lo demás, la tecnología, la innovación o las grabaciones audiófilas, solo son un vehículo que puede ayudarnos a disfrutar más nuestra música.
Nuestros ordenadores son una fuente de sonido extraordinaria por su versatilidad, su potencia, y también por lo fácil que es transformarlos en el centro neurálgico de un equipo de alta fidelidad. Además, nos permiten encontrar sin esfuerzo la opción que encaja mejor con las exigencias y el presupuesto de cada usuario. De hecho, una tarjeta de sonido competente y unos auriculares de cierta calidad bastan para que disfrutemos mucho nuestra música.
Por otro lado, algunos fabricantes de periféricos para PC, como Creative, Logitech, Razer o Edifier, entre otros, nos proponen altavoces apetecibles y de precio abordable. Aun así, he seguido otro camino. Mi plan desde un principio era extraer de mi PC la señal de audio en el dominio digital para entregársela a un DAC de cierta calidad. De la amplificación debía encargarse una etapa solvente, y, por último, las cajas acústicas tenían necesariamente que ser unos monitores competentes. Esto es lo que he montado.
Un amplificador integrado chino y unos altavoces daneses lo dan todo por mi PC
El corazón del equipo de sonido de mi ordenador es un amplificador integrado CS-55A fabricado por la empresa china Cayin. Como podéis ver en algunas de las fotografías que ilustran este artículo, este dispositivo entrega la responsabilidad de amplificar la señal de audio a dos parejas de válvulas de vacío KT88 que trabajan en clase AB, aunque quien lo prefiera puede reemplazarlas por válvulas termoiónicas EL34. Una peculiaridad muy interesante de este amplificador integrado consiste en que la etapa de salida puede trabajar en modo triodo o ultralineal, como prefiramos.
Eso sí, la potencia que entrega varía dependiendo del modo de operación por el que nos decantemos. En modo triodo entrega 22 vatios por canal, y en modo ultralineal esta cifra se incrementa hasta rozar los 40 vatios por canal (con válvulas EL34 estas potencias de salida se reducen ligeramente).
Este CS-55A no es un amplificador lujoso, pero está bien construido. De hecho, pesa 17 kg, una cifra que refleja que este fabricante asiático ha prestado a los transformadores de salida la atención que merecen. En las últimas líneas de este artículo describiré brevemente cómo es su sonido.
El CS-55A pesa 17 kg. Cayin ha prestado a los transformadores de salida la atención que merecen
Antes de que indaguemos en las cajas acústicas que he elegido para mi PC merece la pena que nos detengamos en el DAC que incorpora este amplificador integrado. Puede procesar señales codificadas con una resolución máxima de 32 bits y una frecuencia de muestreo de hasta 384 kHz. Nada que objetar hasta aquí. Cayin ha resuelto la conexión con nuestros ordenadores utilizando una entrada USB de tipo B estándar, por lo que entregarle el tren de datos de audio desde un PC es pan comido.
Lo he probado tanto con macOS como con Windows 11, y ambos sistemas operativos identifican sin problema el dispositivo. Funciona correctamente y sin contratiempos. De hecho, no he tenido que instalar expresamente los controladores en ninguna de las dos plataformas. Esto debería ser lo normal, pero, desafortunadamente, en ocasiones los DAC son más pejigueros de lo que sería deseable.
Por fin, llegamos a las cajas acústicas. Las que he elegido son unas Opticon 2 de primera generación fabricadas por la firma danesa DALI. Son unos monitores bass reflex de dos vías relativamente compactos que incorporan un tweeter de cúpula textil de 28 mm y el característico woofer de fibra de madera para medios y graves de esta marca. Este último altavoz tiene un diámetro de 6,5 pulgadas.
La respuesta en frecuencia de estas cajas acústicas se extiende, según el fabricante, entre 59 Hz y 27 kHz (+/-3 dB)
La respuesta en frecuencia de estas cajas acústicas se extiende, según el fabricante, entre 59 Hz y 27 kHz (+/-3 dB). Tienen una impedancia nominal de 4 ohmios y una sensibilidad de 87 dB, por lo que la sección de amplificación del Cayin CS-55A consigue excitarlas con solvencia. En mi opinión este amplificador integrado y estas cajas acústicas hacen una buena pareja.
Antes de concluir este artículo tengo que cumplir la promesa que os he hecho unas líneas más arriba. El sonido que nos entregan el amplificador integrado de Cayin y las Opticon 2 de DALI es detallado y dinámico. El grave que el CS-55A consigue extraer del altavoz de fibra de madera de estas cajas acústicas tiene una pegada imponente, y la escena sonora que restituyen es amplia, aunque no me parece demasiado precisa.
Aun así, estoy razonablemente satisfecho con el sonido de este equipo. Hay opciones más económicas que nos entregan una experiencia fantástica, y también soluciones más ambiciosas y caras que superan con holgura las prestaciones de la combinación que he elegido. En cualquier caso, yo me planto aquí. Confío en que mi experiencia os ayude a sacar más partido al sonido de vuestro ordenador y os anime a seguir el camino que encaja mejor con vuestro presupuesto.
Te traemos una guía con todo lo que debes saber si quieres ampliar la memoria RAM de tu ordenador. De esta manera, si nunca has ampliado esta capacidad vas a tener toda la información, desde una descripción de qué es y qué hace este tipo de memoria hasta otras cosas que debes tener en cuenta para elegir bien lo que vas a comprar.
Como esto es Xataka Basics, vamos a intentar darte explicaciones básicas y simplificadas, sin entrar en tecnicismos. La idea no es la de informarte menos, sino que cualquier usuario sin conocimientos pueda tener las ideas generales que le ayuden en este procedimiento.
Qué es la memoria RAM
La memoria RAM es un tipo de memoria de almacenamiento que tienen los dispositivos. Sus siglas significan Random Access Memory, lo que traducido al español sería Memoria de Acceso Aleatorio, y es un tipo de memoria que te puedes encontrar en cualquier dispositivo, desde ordenadores de sobremesa hasta teléfonos móviles.
En tu dispositivo te vas a encontrar con dos tipos de memoria, la memoria ROM y la RAM. La memoria ROM es esa en la que los datos se quedan permanentemente guardados cuando reinicias el ordenador o el móvil, es la memoria que utilizan los discos duros que tienes en él.
Mientras, en la memoria RAM los datos sólo se almacenan de forma temporal. Esto quiere decir que cada vez que reinicies o apagues tu ordenador, lo normal es que los datos que haya almacenados en la RAM se pierdan. Además, sy velocidad es mucho mayor que la de los discos duros.
La memoria RAM se utiliza para gestionar los datos que utilizan tus aplicaciones y programas. Cuando utilizas una aplicación, esta suele tener datos efímeros que se guardan en la memoria RAM hasta reiniciar, mientras que en los discos duros solo guarda una pequeña parte de información, la tuya de usuario o la de cosas que guardes para volver a utilizarlas después.
Es por esto que la cantidad que tengas afecta directamente al rendimiento de tu dispositivo. Cuanta más RAM tengas más aplicaciones podrás gestionar a la vez, y si en algún momento tuvieras más aplicaciones funcionando de las que puede soportar tu cantidad de memoria RAM, entonces el ordenador puede ir lento y tendrás que cerrar aplicaciones o ampliar la RAM.
A lo que te sueles referir como memoria RAM cuando estás hablando de ella como un componente físico es a unas tarjetas que van conectadas directamente a la placa base de tu ordenador. Estas tarjetas tienen diferentes módulos de memoria integrada que están conectados entre sí
En un ordenador, sueles encontrarte con un número determinado de ranuras de memoria RAM para que puedas montar las que quieras con distintos tamaños. Por ejemplo, si quieres que tu PC tenga 32 GB de RAM puedes tener dos tarjetas de 16, o cuatro tarjetas de 8 GB de RAM. Todo depende de las ranuras que tengas y de cómo las quieras configurar.
En los teléfonos móviles, tabletas o dispositivos conectados al televisor normalmente no sueles ver las ranuras de la RAM ni poder cambiarla, pero es un tipo de memoria que también está ahí. De hecho, es prácticamente el tipo de memoria más importarte.
Un dispositivo como un móvil o un ordenador no ejecutan las aplicaciones directamente desde el disco duro, ya que si hicieran esto tardarían demasiado y todo iría muy lento. Por eso, se utiliza un tipo de memoria más rápida para realizar tareas inmediatas.
Esta es la memoria RAM, y en ella se almacenan cosas como las instrucciones de la CPU o los datos que las aplicaciones necesitan constantemente. Estas instrucciones quedan allí hasta que se apague el ordenador o hasta que se sustituyan por otros nuevos.
Imagínate que estás trabajando en tu escritorio. En él, tus cajones son el disco duro, que es donde guardas todo lo que puedes utilizar. Sin embargo, luego tienes el propio escritorio, que es donde tienes las herramientas y archivos que estás usando ahora. Pues bien, la memoria RAM sería como ese escritorio, donde tienes a mano lo que necesitas sin tener que estar abriendo y cerrando cajones.
La memoria RAM puede ser utilizada por los programas y las aplicaciones de varias maneras. Por ejemplo, si utilizas un navegador, todos los datos de las webs que visitas suelen estar en la RAM para que cuando accedas a ellos los tengas preparados ahí y no tengan que cargar de nuevo. Por eso los navegadores suelen ocupar mucha memoria RAM.
Además, las aplicaciones abiertas se quedan almacenadas en la RAM, de forma que si necesitas volver a usarlas no tengan que cargar desde cero de nuevo, y que carguen rápidamente si tener que estar escribiendo siempre en el disco duro. Por eso, cuantas más memoria RAM tienes más aplicaciones puedes utilizar a la vez, lo que afecta a la multifunción de tu dispositivo.
Qué tipos de memoria RAM existen
Existen varios tipos de memoria RAM. Las memorias de tipo DDR (Double Data Rate) se caracterizan por ser capaces de llevar a cabo dos operaciones en cada ciclo de reloj, a diferencia de las de tipo SDR (Single Data Rate), que solo ejecutan una operación de lectura o escritura. Para hacerlo posible los chips DDR se activan dos veces en cada ciclo de la señal de reloj, bien por nivel (alto o bajo), bien por flanco (de subida o bajada).
Esta forma de funcionar es la misma, como por ejemplo en los estándares DDR3, DDR4, DDR5 o el DDR6 que se encuentra ya en desarrollo. Sin embargo, cuanto más moderno es el estándar que estás utilizando mayor será la velocidad a la que puede operar. Esto quiere decir que no es lo mismo tener una DDR4 con una tasa de datos de 3,2 GB/s y una tasa de transferencia máxima de 25,6 GB/s que una DDR5 con 6,4 GB/s y 51,2 GB/s respectivamente.
Esto quiere decir que las nuevas generaciones de RAM tienen un mayor rendimiento que sus predecesores, así como una mayor escalabilidad y eficiencia energética. De ahí que si quieres un mayor rendimiento pueda ser interesante actualizar. Sin embargo, como te diremos enseguida, si tienes que actualizar la RAM no es suficiente con ponerle a tu ordenador el tipo más moderno que haya.
Por último, también debes saber que los módulos de RAM pueden tener un disipador, que es una especie de capucha de plástico. Normalmente, los módulos que lo llevan suelen ser más modernos y tener un mejor rendimiento, y aunque este disipador no siempre mejora la RAM, uno que lo lleva suele tener mejores chips internos que los que no, por lo menos en las memorias para ordenadores domésticos.
Ampliar la memoria RAM no es algo demasiado complicado, aunque hay algunas cosas que debes tener en cuenta antes de lanzarte. Porque no es tan fácil como comprar la más moderna que haya y listo, hay algunas cosas en las que debes fijarte primero.
Comprueba tu tipo de memoria RAM
El tipo de memoria RAM que puedes usar depende de la placa base de tu ordenador. Las placas base son donde instalas todos los componentes que forman un PC, y es donde vas a encontrar las ranuras de memoria RAM.
El problema es que los distintos módulos de RAM son físicamente diferentes, y no solo tienen diferente cantidad de contactos y dientes en su conector, sino que también tienen su muesca en una posición diferente. Esto quiere decir que las ranuras también son diferentes, y que en una que ha sido diseñada para DDR4 no vas a poder instalar una RAM DDR5.
Por eso, antes de ponerte a comprar nuevos módulos de memoria RAM conviene saber cuál es la que usa tu PC. En primer lugar, tienes que identificar cuál es su formato de tamaño, ya que puede ser DIMM y SODIMM. La memoria DIMM es la común, la alargada, mientras que la SODIMM es un tipo mucho más pequeño que podemos encontrar en algunos portátiles, así como impresoras, networks y otros dispositivos más pequeños.
Y una vez hayas identificado su formato de tamaño, tienes que identificar el estándar de tu memoria RAM. Para saber tu memoria RAM, lo recomendable es recurrir a una aplicación llamada CPU-Z, y que se caracteriza por detallar todos los componentes internos que tiene tu ordenador. Es gratuita, y cuando la instales y lances tendrás una pestaña Memory donde te dirá el tipo que tienes.
Aquí, te voy a dar otra mala noticia. Si tienes un ordenador antiguo con un tipo de memoria RAM más antiguo, comprar nuevos módulos posiblemente te saldrá más caro que con el estándar más reciente. Esto es así porque si ya te has quedado una o dos generaciones atrás, los recambios no son tan comunes y pueden ser más caros.
Cuánta necesitas y cómo repartirla
La cantidad máxima de memoria RAM que puedes instalar en tu ordenador viene determinada por la placa base. Aquí, lo que tendrás que hacer es averiguar el modelo exacto que tienes en la factura o con el CPU-Z, y luego mirar en su documentación para ver el máximo.
Sin embargo, lo normal es que no necesites más de 32 GB de memoria RAM en un ordenador. Con 16 GB deberías tener suficiente, y con 32 GB tendrás de sobra prácticamente para todos los usos que le des. En algunos casos extremos, si haces tareas muy pesadas y exigentes como edición de vídeo podrías necesitar más, pero para un uso cotidiano a día de hoy serían entre 16 y 32 GB de memoria.
Otro de los límites a la hora de ampliar la memoria RAM de tu PC o portátil es el número de ranuras que tenga tu dispositivo, algo que también depende de la placa base. Por lo tanto, si abres tu PC y ves que tienes cuatro ranuras, pues ya sabes la cantidad máxima de módulos que puedes instalar.
Y luego viene otra decisión a tener en cuenta, en cuántos módulos repartir la memoria RAM que quieres. Imagínate que tu PC tiene ranuras DDR4, que tiene módulos de hasta 16 GB de RAM, tienes cuatro ranuras disponibles y quieres conseguir 32 GB de RAM. Podrías utilizar dos módulos de 16 GB u 4 módulos de 8 GB.
Aquí, debes saber que en rasgos generales no vas a encontrar una gran diferencia. Muchas placas base van a funcionar con configuraciones de doble canal, que mejoran el rendimiento conjunto de dos módulos, utilices 2 o 4 módulos de memoria RAM. Por lo tanto, no debería haber grandes diferencias.
Por lo general, suele recomendarse utilizar dos módulos de memoria RAM en los ordenadores domésticos, ya que en muchos tests suelen funcionar igual, y aunque en casos de gaming cuatro módulos puedan llegar a dar mejor rendimiento, la diferencia va a ser muy pequeña.
En algunos usos profesionales en los que el ancho de banda sea muy importante y se use una placa base de cuádruple canal, entonces cuatro módulos pueden tener un rendimiento mayor. Aunque no en velocidad, sino en el ancho de banda. Pero en la mayoría de casos con ordenadores domésticos esto no será así.
Para no liarte, lo recomendado suele ser instalar dos módulos, aunque si por estética quieres instalar cuatro tampoco tendrás un rendimiento negativo. Eso sí, si compras packs de cuatro módulos debes fijarte que para abaratar el conjunto no te estén vendiendo módulos con peores especificaciones.
Hay algunas otras cosas a tener en cuenta cuando quieras cambiar la memoria RAM. Por ejemplo, vas a poder mezclar módulos de memoria RAM de distintos fabricantes, de distintos tamaños o incluso distintas velocidades. Sin embargo, esto no siempre va a ser mejor para el rendimiento de tu ordenador.
Para mejorar el rendimiento de tu RAM, lo mejor es apostar por una única marca, del mismo tamaño y de la misma frecuencia. La frecuencia o velocidad de la RAM son importantes, y todo tu conjunto irá a la frecuencia del módulo que tenga la inferior. O sea que si hay algún módulo “peor”, entonces podría “ralentizar” lgeramente todo el conjunto.
En este aspecto, lo mejor es que compres varios módulos de un mismo modelo que tengan los mismos componentes, ya que así se llevarán mejor entre ellos y tendrás un mejor rendimiento. Aunque si por alguna emergencia necesitas mezclar, puedes hacerlo aunque no es lo recomendado.
Porque tienes que saber que más allá de la cantidad de gigas de RAM, estos módulos también tienen sus velocidades y frecuencias. Si tu RAM tiene una frecuencia de 2000MHz y tu placa base solo soporta memorias RAM de 1333MHz, entonces los 700MHz restantes no se utilizarán. Y si mezclas módulos de RAM y tienes uno que va a 2400MHz y otro que va a 3600MHz, ambos módulos funcionarán a 2400MHz.
Se suele recomendar tener cantidades pares de RAM. Esto es así porque si pones dos módulos, estos funcionarán con un modo de doble canal haciendo que sean más eficientes y haya un mayor rendimiento. Podrías poner un tercer módulo para tener más cantidad de RAM, como por ejemplo 24 GB en vez de 16 con tres módulos de 8 GB, pero dependiendo de tu placa base esto podría desactivar el modo de doble canal, haciendo que el rendimiento caiga.
Y por último, también debes saber que tener más RAM generalmente hará que tu ordenador sea más rápido a la hora de trabajar más programas. Incluso si crees que con 16 GB de RAM tienes suficiente, puedes notar muchas mejoras si amplías a 32 GB.
Hay un par de excepciones. Por ejemplo, si tu CPU y tu GPU tienen potencias notablemente diferentes, puede crearse un cuello de botella que ralentice todo el ordenador, y esto es algo que no vas a solucionar ampliando la RAM. Vamos, que comprar una super tarjeta gráfica para un ordenador con un procesador algo malo, podría ralentizarlo todo.
Lo mismo pasa cuando estés utilizando un disco duro antiguo o defectuoso en tu ordenador, uno de esos que no es SSD. Entonces, por mucha memoria RAM que le pongas no vas a notar grandes mejoras de velocidad, ya que lo que tu ordenador necesita es un SSD.
Cambiar la memoria RAM es sencillo. Tienes que abrir tu ordenador, y dentro verás las ranuras especificas donde se colocan los módulos de memoria. Una vez te has asegurado de comprar los que te corresponden según el modelo con el que es compatible la placa base, es tan fácil como conectarlos y ponerles unas pestañitas que los dejan fijados.
En un portátil puede ser más difícil, y en algunos casos ni siquiera tendrás acceso a las ranuras o no podrás ampliarla, necesitando ir a un especialista. Pero en el caso de los ordenadores de sobremesa es algo bastante sencillo, y casi cualquier persona va a poder hacerlo.
Eso sí, acuérdate de que tu ordenador tiene que estar apagado cuando vayas a hacer cualquier cambio interno. Y no lo enciendas hasta que los nuevos módulos estén correctamente instalados.
Lleva un tiempo siendo uno de los códigos más conocidos y explotados de la ciencia ficción. Su versatilidad y abstracción ha permitido que “el fin del mundo” se convierta en un tropo recurrente y que se ha transformado, infatigable, con el paso del tiempo. Y no es para menos: a todos nos fascina preguntarnos qué pasara cuando llegue el final de la civilización. Mi problema: preguntármelo ha dejado de divertirme.
Ya en los tiempos de los pioneros de la ciencia ficción los autores miraban al final de los tiempos y se preguntaba cuál sería la remota conclusión de nuestro planeta y nuestra especie. Pero incluso antes, en los primeros textos conocidos, ya existe cierta especulación al respecto: en la Epopeya de Gilgamesh, el texto más antiguo conocido, ya se habla de dioses muy cabreados que envían terribles inundaciones para castigar al hombre. Es inevitable pensar en la Biblia y el Diluvio Universal como una réplica de aquella historia sumeria que data del 2000-1500 AC.
Pero no es la única historia apocalíptica que tenemos en la Biblia, lo que garantiza la implementación en la memoria colectiva de según qué códigos: la destrucción de Sodoma y Gomorra (y las hijas de Lot creyendo que son los únicos humanos que quedan, lo que les lleva a acostarse con su padre para asegurar el destino de la especie) o el Libro de las Revelaciones, donde se originó el propio término “apocalipsis” (o “revelación de secretos”) y cuyas visiones del Juicio Final conocemos de sobra.
Ya en la literatura moderna, tras algunos precedentes muy notables, como el poema ‘Darkness’ de Lord Byron, ‘El último hombre’ de Mary Shelley o ‘After London’, de Richard Jefferies, llegan los primeros clásicos de la ciencia ficción, y con ellos, las primeras visiones de un futuro desolador. Muy significativa, por ejemplo, es ‘La máquina del tiempo‘ de Herbert George Wells y su futuro sin libros, con aterradores Morlocks habitando en las cuevas al resguardo de la luz del sol.
Los años cincuenta y la paranoia atómica llevó a configurar una nueva forma de ver estas ficciones apocalípticas, aunque no fue en ese momento, cuando el género estaba más preocupado de las invasiones alienígenas, que eclosionó el fin del mundo en el género, sino a posteriori. El cruce con otro género, el terror, y con un monstruo teóricamente ajeno a la ciencia ficción, los muertos vivientes, propició que las ficciones post-apocalípticas sufrieran un nuevo vuelco cuyo eco perdura hasta hoy.
Los Morlocks, criaturas post-apocalípticas por excelencia.
El apocalipsis zombi
Apocalipsis no solo porque en las películas de muertos vivientes estemos contemplando el fin del mundo, sino por el vuelco que dio a finales de los setenta un monstruo que durante un tiempo estuvo francamente infrautilizado en el género (y a menudo servía como fantasía de poder colonial, como advertencia de los terribles poderes que los salvajes caribeños podían desencadenar sobre los bondadosos blancos colonizadores, un poco al estilo de lo que fue ‘La momia’ durante unas décadas, pero peor, porque ya se sabe, son negros).
Ya en ‘La noche de los muertos vivientes’, la primera película de la trilogía principal (luego prolongada) de George A. Romero sobre sus muertos se respiraba un ambiente apocalíptico, aunque no llegaba a corroborarse del todo. Pero sí se mencionaba un evento cósmico que, quizás, estaba haciendo resucitar a los cadáveres, y debido al bajo presupuesto de la película, los escenarios vacíos y oscuros daban un toque de desolación a la atmósfera que retrotraía a la principal inspiración de Romero, otro icono clave de las ficciones apocalípticas: la novela ‘Soy leyenda’ de Richard Matheson.
Sin embargo, el vuelco total lo dio su primera secuela: ‘Zombi’ plantea un apocalipsis en los que los humanos se organizan de forma espontánea en pequeños grupos para sobrevivir. Una idea tan poderosa que el comportamiento de los protagonistas del film se ha seguido repitiendo sin descanso desde entonces. Por no hablar del tópico de “ratos libres en el mall abandonado”. Romero seguiría haciendo crecer la mitología del mundo con otra convención explotadísima: científicos vs. militares en la tercera entrega, ‘El día de los muertos’, que se abría con unos planos de ciudad desolada y ocupada por muertos que ha sido literalmente calcada plano por plano decenas de veces.
La humanidad qué
En todas ellas tenemos un planteamiento apasionante: qué es de los humanos en una situación extrema. Los muertos vivientes son un problema de fondo, pero el auténtico problema es en qué nos convertimos cuando llega una situación de crisis. Es una aproximación tan versátil y universal que ha recibido múltiples enfoques, de la diversión y el desenfreno juvenil de ‘La noche del cometa‘ a la reflexión antropológica a trescientos por hora de ‘Mad Max: Furia en la carretera‘.
Hablábamos hace un tiempo de que lo realmente interesante de las historias apocalípticas no está en la causa, sino en el impacto que tiene en los humanos. ‘El día de los trífidos’ no es una historia sobre botánica agresiva y las películas sobre los muertos de Romero rara vez hablan de las circunstancias que rodean al insólito hecho de que los muertos resuciten (si lo hizo su spin-off apócrifo más notable, la saga ‘El regreso de los muertos vivientes’… y por eso no son películas post-apocalípticas, sino otra cosa también estupendísima).
Las películas post-apocalípticas hablan de la gente, de cómo cambian en situaciones extremas, de cómo conservamos un rastro de nuestra humanidad incluso en situaciones extremas, como sucedía en una de las mejores fantasías post-apocalípticas recientes, ‘Black Summer‘, donde la búsqueda de una hija perdida llevaba a una peligrosa aventura a la protagonista. O como decía el protagonista en el momento más icónico (aunque no precisamente el más sutil) de ‘The Walking Dead‘: “Nosotros somos los muertos”, haciendo referencia a la humanidad perdida con el fin de la sociedad tal y como se conocía.
Quizás ese fue un punto de inflexión en el que me dejaron de interesar las historias de post-apocalipsis subsección zombis/infectados/pandemias con horribles mutaciones. Cuando gracias al éxito del cómic y, sobre todo, la serie de ‘The Walking Dead’, los tropos se masificaron de tal modo que hubo que dejar a un lado las parábolas, las metáforas y los mensajes incómodos: adiós, reflexiones pesimistas sobre la sustancia de lo humano. Hola, aventuras futuristas sobre cómo sobrevivir a un mundo en ruinas.
El mejor ejemplo reciente es ‘The Last of Us’, una serie en la que se puede celebrar su focalización en los personajes y sus relaciones, pero que cojea cuando se empeña en demostrar que con un esfuercito la sociedad puede recomponerse. No es cuestión de pesimismo (reconozco que tengo debilidad por las historias de desolación total como ‘Soy leyenda’ en la que, por definición, la especie está condenada al haberse reducido su número de miembros a uno): pero si nos ponemos estrictos, la definición misma de “apocalipsis” es que está todo como un solar.
Problema extra: esta reivindicación de las posibilidades de rehacer la sociedad viene a menudo disfrazada de fantasía de poder violenta, como reflexionaba Henrique Lage en Twitter, con lo que el “rehacer” la sociedad es también un rearmarse hasta los dientes y hacer trizas a todo lo que se menee y no sea humano. Un criterio que, cuestiones morales aparte, tiende al detallismo aburrido, un poco como un sandbox con misiones secundarias poco inspiradas -recorre diez millones de kilómetros para encontrar balas para la escopeta que acabas de encontrar- y se agota rápido.
Hay algo de traición al espíritu del género si usamos el fin del mundo para acabar mostrando cómo la gente se reorganiza para crear comunidades y refundar el capitalismo. ¿Los monstruos no han servido para nada… y encima tenemos que tragarnos un montón de diálogos funcionales sobre “Cómo funcionan las cosas”? Hace tiempo que el fin del mundo dejó de divertirme en la ficción, y fue quizás cuando saquear un mall perdió definitivamente todos los elementos de sátira anticonsumista.
El coche eléctrico es el futuro, parece haber dicho la Unión Europea. Y en China, donde llevan años desarrollando la tecnología, han respondido con ganas con coches de todo tipo. El mercado no sólo está recibiendo vehículos puramente funcionales y baratos (que también). Ahora, han puesto el ojo en coches eléctricos con 1.000 kilómetros de autonomía. Más o menos.
Eléctrico o eléctrico. Los políticos europeos han decidido que el coche eléctrico es la única solución viable para el transporte de vehículos de pasajeros en nuestro continente. A partir de 2035 sólo se podrán vender vehículos eléctricos o automóviles que funcionen con combustibles sintéticos neutros en carbono. Estos últimos, serán una minoría.
Los fabricantes se han mostrado reacios a estos cambios. Más allá de la negativa de Alemania al coche eléctrico sin tomar en consideración a los combustibles sintéticos, personas como Carlos Tavares, CEO de Stellantis, han mostrado su rechazo a unas medidas que facilitan la entrada a fabricantes chinos. Luca de Meo, CEO de Renault, sostiene premisas parecidas, alegando un encarecimiento de los coches.
China, con un ojo en Europa. A los movimientos de la Unión Europea hace tiempo que responden desde China. El desembarco de sus compañías en nuestro continente es constante y ofrecen vehículos de todo tipo. Desde los baratísimos MG a los espectaculares NIO o BYD. Si quieren convencer a los europeos, es su momento, porque por norma general ofrecen más equipamiento a mejor precio.
Entre esos coches eléctricos de toda clase también tiene lugar la apuesta china por los coches de 1.000 kilómetros de autonomía. Zeekr ha sido la primera en confirmar que llegará a Europa con un modelo de estas características. Sus planes pasan por saltarse a los concesionarios y ofrecer una venta directa al público que empezará en Suecia y Países Bajos para, poco a poco y en una proyección de tres años, llegar a todos los países de Europa.
La barrera. Como recogen en Forococheseléctricos, la idea de la firma china es traer su Zeekr 001 a suelo europeo. Un coche que lleva por bandera los 1.000 kilómetros de autonomía, gracias a una batería de 140 kWh de capacidad. Esta batería Qilin de CATL ya fue presentada el año pasado con este reclamo. Y la producción de esta batería ya ha comenzado.
Pero, además de Zeekr, otros coches eléctricos también presumen de poder alcanzar este límite que hasta ahora parece imposible de los 1.000 kilómetros. En el Salón del Automóvil de Shanghái, BYD ha presentado el Yangwang U8, un todoterreno que también presume de 1.000 kilómetros de autonomía. Aunque no se han dado cifras del tamaño de su batería, podemos imaginar que han apostado por incluir una gigantesca aprovechando que el coche mide 5,32 metros de largo y 2,05 de ancho.
NIO ha visto la apuesta de CATL o de BYD y hace tiempo que habla de una batería semisólida que será capaz de ofrecer esos ansiados 1.000 kilómetros de autonomía. El problema, de momento, es que su coste es altísimo. Tan alto que para pagarlo podríamos entregar un Tesla Model 3. Incluso antes de sus recientes bajadas de precio.
El esperpento. Los anuncios de las baterías de los 1.000 kilómetros deben recogerse con escepticismo. Estas homologaciones se hacen bajo el ciclo CLTC (China Light-Duty Vehicle Test Cycle). Unos exámenes que son, incluso, más permisivos que el antiguo NEDC que utilizábamos en Europa.
En estos exámenes, las pruebas son más cortas, hay un mayor número de paradas y se alcanzan velocidades puntas más lentas que en el ciclo WLTP europeo. Todo ello contribuye a que la diferencia entre la autonomía homologada y la real difiera en centenares de kilómetros. Es como el callejón del Gato por el que caminaba Max Estrella en Luces de Bohemia. En el fondo, todos los espejos nos devuelven la misma imagen, pero cada uno con una forma diferente.
Quien dice 1.000, dice 800. Y, quien dice 800, dice algo, bastante, menos. Para prueba, un coche de la propia marca Zeekr. El Zeekr 001 que ya monta una batería de 100 kWh en las pruebas WLTP aspira a una autonomía de 600 kilómetros. A falta de una homologación oficial de su batería de 140 kWh, la proporción directa nos dejaría unos 840 kilómetros de autonomía esperada.
El problema es que el WLTP también acaba por diferir mucho de los datos obtenidos por los conductores. Especialmente en aquellos vehículos pensados por y para hacer largos viajes por carretera, donde el coche eléctrico más consume. Para muestra, un ejemplo: el BMW iX50 Drive homologa 629 kilómetros de autonomía, según WLTP. En nuestras pruebas, el coche apenas cubrió poco más de 400 kilómetros.
El problema es que la conducción real rara vez termina por ajustarse a las condiciones de un ciclo de homologación. Además, si se quiere tener un baremo general, hay que medir a todos los vehículos por el mismo patrón, pese a que un Fiat 500e va a tener un uso muy distinto, generalmente, al de un Mercedes EQS. El resultado es, finalmente, que donde dije 1.000 kilómetros es probable que diga 600.
No hace mucho apareció en la oficina de patentes una de Apple en la que la compañía adaptaba una vieja idea —poco patentable, creemos—: la de un teclado que fuese un ordenador. Eso ya lo hacían en los 80 los Spectrum, los Amstrad o los Commodore 64.
El caso es que en realidad Apple ya tiene algo así, porque a los MacBook se les puede “decapitar” para quitarles la pantalla y que actúen como PCs que conectar a un monitor. Cada vez más gente lo está haciendo, y la propuesta tiene mucho sentido en un escenario en particular.
Ese escenario es claro: cuando a un MacBook se le rompe la pantalla —por ejemplo, por algún golpe— probablemente pueda seguir funcionando como PC. Un usuario en Twitter destapaba una curiosa tendencia que había detectado: la de que cada vez más gente compraba un MacBook Pro sin pantalla para usarlo como una especie de Mac mini.
More and more people are buying a MacBook Pro without a screen to use as a Mac mini. Not only does it have a trackpad and keyboard, but it also has better speakers, and the main price is particularly affordable. pic.twitter.com/WtxMQk1h8F
Un usuario en Twitter destapaba una curiosa tendencia que había detectado: la de que cada vez más gente compraba un MacBook Pro sin pantalla para usarlo como una especie de Mac mini.
Reciclando MacBooks con la pantalla rota
Uno que además ya tiene su teclado y su trackpad integrado, además de unos buenos altavoces. El precio de estos equipos en sitios con productos de segunda mano es además normalmente mucho más interesante que el de los equipos completos porque mucha gente los da por perdidos, pero en realidad se pueden seguir aprovechando como PCs de sobremesa.
Esta idea es de hecho una adaptación del modo de trabajo de millones de personas: se compran un portátil, pero lo usan como PC de sobremesa conectándolo a un monitor externo e incluso a un ratón y teclados con los que se sienten más cómodos.
Incluso cierran la tapa del portátil y no la usan como pantalla secundaria, lo que da versatilidad porque cuando quieran pueden desconctarlo todo y llevarse el portátil a otro lado para usarlo sin problemas.
En The Verge experimentaban con esa idea, aunque lo hacían más por la curiosidad de convertir un equipo portátil —con pantalla funcional— en un curioso PC que poder llevar por ejemplo al salón para usar una Smart TV donde ver la salida de pantalla por streaming.
Jugueteaban con el término “slabtop” (‘slab’ es una superficie plana y de cierto grosor, una losa o bloque en inglés), y contaban como se pierden ciertas cosas (la webcam, por ejemplo) pero la propuesta da más libertad y portabilidad que la de un portátil convencional.
Comprar un portátil con pantalla funcional para luego hacer algo así parece algo extraño y hasta absurdo, pero desde luego la idea sí tiene sentido cuando es posible encontrar ordenadores como el MacBook Pro con la pantalla rota por mucho menos de lo que costarían completos. Utilizarlos luego como esa especie de “Mac mini” es desde luego interesante y permite dar una nueva vida a estos equipos.
La idea no es como decimos especialmente novedosa y a buen seguro habrá gente que ya lo había pensado. De hecho no es exclusiva de los MacBook, y es perfectamente factible hacer lo mismo en portátiles basados en Windows, así que si estáis a la caza de un PC barato, quizás os apetezca no buscar un PC como tal, sino un portátil con la pantalla rota.
1.GPT-4 es un artefacto fabuloso, muy sorprendente. Yo, que llevo siguiendo los grandes modelos del lenguaje casi desde el principio, no pensé que se llegaría a tal calidad en las respuestas. Creo que todo el mundo se queda perplejo al comprobar como un sistema de semántica distribuida tenga tan buen desempeño. Sin embargo, a pesar de lo que pueda parecer, todavía estamos muy lejos de una inteligencia artificial general. Si abrimos el capó y vemos su funcionamiento interno, es un sistema estadístico de generación de texto en el que no hay pensamiento ni razonamiento ni comprensión puramente dichos. GPT-4 es muy tonto, y su buen desempeño es solo la apariencia externa. Aunque la analogía no sea del todo completa, GPT-4 no dista tato de la ELIZA de Weizenbaum, programa que, por los años sesenta del siglo pasado, también causó un hype impresionante.
2. Pero, a pesar de estar lejos del logro de una inteligencia artificial general, GPT-4 y sus homólogos van a dar lugar a una serie de herramientas magníficas que, en términos generales, nos van a hacer la vida mucho mejor, que es lo que ha hecho la tecnología, reitero que, lato sensu, desde el comienzo de los tiempos. Los avances tecnológicos son uno de los factores más determinantes del bienestar del que disfruta la humanidad occidental en el siglo XXI. Cualquier persona de clase media de un país desarrollado vive hoy mejor que un rey del medievo. Y esto creo que justifica el optimismo. Apuesto (si bien reconozco que la tarea de futurólogo es muy compleja en estos tiempos) a que los grandes modelos de lenguaje van a mejorar más que empeorar el mundo. No seamos tecnófobos a estas alturas.
3. Las tecnologías disruptivas siempre han traído una cierta incertidumbre. Nadie sabía lo que iba a traer la imprenta, la máquina de vapor, la electricidad o internet, y muchos ya se ponían apocalípticos en esos tiempos. No hagamos ahora lo mismo. Eso, por supuesto, no implica que bajemos las defensas. Hay que vigilar muy de cerca todo lo que hacen las grandes empresas tecnológicas, muy atentos a todas las feas jugadas que, sin duda, van a intentar. Y hay que legislar. Y aunque ya sabemos que, desgraciadamente, las legislaciones van siempre muy por detrás de la tecnología, hay que hacerlo lo mejor posible. Vivimos en un momento apasionante para los juristas. Esperemos que estén a la altura.
4. La celebérrima carta del Future of Life Insitute que pide una moratoria de seis meses en el desarrollo de sistemas superiores a GT-4 es un brindis al sol. Nadie se cree que la carrera por la supremacía en IA vaya a pararse ni siquiera un minuto. Además, ¿seis meses? ¿Seis meses será tiempo suficiente para arreglarlo todo? ¿Y por qué no un año o diez? Además, hay muchas otras tecnologías (si no casi todas) de las que desconocemos su potencial dañino futuro. Tenemos a nuestros hijos completamente adictos a las redes sociales ¿Por qué no una moratoria ahí? ¿Una moratoria a TikTok, Spotify, Roblox, HBO…?
5. Me hace gracia que en ella se hable de que podemos perder el control de la civilización. Es una idea que se repite mucho cuando la gente fabula con la singularidad tecnológica, pero si lo pensamos bien: ¿es que acaso ya tenemos el control de la civilización? ¿Quién tiene ese control? Es cierto que hay esferas con mucho más poder que otras, pero decir que hay algo o alguien que controla el curso de los acontecimientos es de una ingenuidad pasmosa. El poder en el mundo, afortunadamente, está bastante descentralizado. Precisamente, los últimos acontecimientos mundiales: Trump, Brexit, Covid, guerra de Ucrania… han sido claros cisnes negros, sucesos completamente impredecibles ¿Alguien tenía el control sobre todos estos hechos? Entonces, ¿quién perderá el control cuando lo tome la IA? ¿Elon Musk? Curiosamente (o no tanto), Musk firma la carta a la vez que pisa el acelerador en la IA de Twitter.
6. También se cae en el error de pensar que una IA, una entidad única, será la que tome el control ¿Una ¿Cuál? ¿La de OpenAI, la de DeepMind, la de Meta quizá? ¿Las que está desarrollando China? Inteligencias artificiales hay muchas y muy variopintas. De hecho, cualquier software de tu ordenador o smartphone hace tareas que, si las viéramos eh humanos, diríamos que son inteligentes. Por tanto, cualquier de nosotros tenemos inteligencias artificiales en nuestras manos ¿Será una de ellas la que liderará la rebelión? Es curioso como la ciencia-ficción se ha instalado en los cerebros de personas que tienen que tomar importantes decisiones que nos afectan a todos. En serio, de verdad, repitamos todos: las máquinas no se van a rebelar, no va a haber ninguna guerra final contra ellas ni ningún apocalipsis de ningún tipo. Terminator o Matrix son películas de ficción, no pronósticos basados en evidencia.
(Unsplash)
7. En la carta se pide que estos sistemas sean «precisos, seguros, interpretables, transparentes, robustos, alineados, confiables y leales». Creo que precisión, seguridad, interpretabilidad, transparencia y robustez es algo que ya se pide a cualquier software y que no se consigue: yo no tengo acceso al código fuente de Windows… Pero lo que me parece más gracioso es que sean «alineados, confiables y leales», virtudes que yo le pediría más a una mascota que a un programa de software. Nick Bostrom habla en su insufrible, pero muy citado, Supertinteligencia (uno de los libros peor escritos que jamás he tenido el displacer de leer) de que es importante que construyamos inteligencias cuyos valores éticos estén alineados con los nuestros. Esto es otra chorrada más de ciencia-ficción ¿Es que alguien se va a poner a programar software psicópata y lo va a situar en posición de tomar decisiones importantes? ¿En un escaño en el Parlamento? Cuando hemos puesto a sistemas de redes neuronales a tomar decisiones y resulta que han tenido sesgos racistas, homófobos o machistas, rápidamente hemos ido a corregirlo ¿En serio que pensamos en máquinas que, al tener unos valores éticos diferentes a los nuestros, van a optar por exterminarnos? ¿En serio que si aparece una superinteligencia cósmica lo primero que va a pensar es en nuestro exterminio? ¿Siendo tan inteligente no se le va a ocurrir otra cosa Además, ¿qué alineamiento? ¿La ética de los expertos en IA del MIT? ¿O de los monjes budistas del Tibet? ¿O de los tuaregs del Magreb? ¿Existe un acaso un alineamiento ético universal?
8. Se está cayendo todo el rato en la conocida falacia de la pendiente resbaladiza. Ésta consiste en ir encadenando sucesos sin conexión probada que, al final, nos llevarán a uno terrible. La sucesión será así: la IA avanza notablemente, la IA igualará y superará al hombre, la IA tomará el control, la IA nos exterminará. No hay conexión probada que justifique que ninguno de esos sucesos sea la causa del siguiente. Me gustaría que explicaran con claridad cuáles son los inevitables pasos que van desde diseñar a un chatbot hasta que éste se hace con el control de la civilización y nos aniquila.
9. En lo que sí estoy de acuerdo con la carta es en que sí que me parece que no debemos dejar la toma de decisiones que nos van a afectar a todos solo en las manos de los dos o tres ceos de las gigantes tecnológicas. Por muy majo que pueda parecer Sam Altman, nadie lo ha elegido democráticamente. Yo quiero que representantes políticos electos sean los que decidan el futuro. Por eso está muy bien que Open IA, a pesar de no haber hecho público su funcionamiento (los dos artículos técnicos que ha proporcionado no nos dan datos relevantes sobre su arquitectura, entrenamiento, hardware, etc.), haya hecho público el uso de ChatGPT. Todos hemos podido usarlo y ahora estamos debatiendo sobre sus usos futuros. El debate público está alcanzando cuotas importantes, y eso, queridos amigos, es la democracia. Mucho de lo que se hable impregnará la mente de políticos y gurús de la industria, y obrarán en consecuencia. Esto es muy buena notica.
(Unsplash)
10.Italia se equivoca de raíz. Es cierto que hay que revisar si estos modelos incumplen la ley de protección de datos y trabajar en esa dirección, pero no llegando a prohibir, más en este momento. Pero este es el triste papel que parece desempeñar Europa en el campo de la IA. Se ha quedado completamente atrás en la carrera y parece que solo puede hacer de policía gruñón. No está nada mal que exista un policía gruñón, es muy necesario, lo malo es que solo se sea eso.
11. No puedo entender cómo el periódico Time ha dado espacio a las locuras de Eliezer Yudkowsky. Este hombre, creyéndose Sarah Connor, dice que como la IA va a causar el fin de la humanidad, hay que bombardear centros de datos de cualquier país, incluso si esto nos lleva a una guerra nuclear. Los medios tienen la responsabilidad de establecer unos mínimos de los que es publicable y lo que no, y yo pensaba que un periódico como Time los tendría. Desde aquí animo a los medios a que no publiquen basura, a ver si la moratoria de seis meses va a tener que ser hacia el periodismo.
12. Sobre lo que sí hay que preocuparse es sobre los problemas actuales: protección de datos, copyright, sesgos discriminatorios, ciberseguridad, fake news, usos militares, etc. Es decir, hay que mantener la clásica vigilancia democrática que hay que ejercer sobre cualquier desarrollo tecnológico, igual que hacemos con los medicamentos o con el reciclado de residuos. Toda tecnología siempre ha tenido una cara B, siempre ha tenido un posible uso perverso. Lo que hay que hacer es lo de siempre: educación y legislación. Quiero que los ingenieros de OpenAI hayan sido educados con buenos valores morales y quiero un buen marco legislativo que evite los malos usos. Ahí es donde debemos estar y no luchando contra Skynet.
Entre Malasia y el archipiélago indonesio se encuentra Singapur, una ciudad-estado de seis millones de habitantes que apenas lleva cincuenta años como país independiente. Su crecimiento desde entonces ha sido espectacular, y ha logrado llegar a los primeros puestos del mundo en la lista de países con mayor PIB per cápita.
En la cara B del disco, un avance que no aparece directamente reflejado en sus finanzas, pero sí en el día a día de sus ciudadanos: restricciones progresivas al tabaco que lo han ido acorralando. Los lugares y circunstancias en los que está permitido fumar se han ido reduciendo con el paso de los años, y un paseo por sus calles en 2023 deja intuir por dónde van los tiros si uno se fija en lo que no hay: colillas por el suelo. Ni nubes de humo.
Avance lento pero constante
Singapur empezó a legislar contra el tabaco en 1970, apenas cinco años después de nacer como país independiente. En aquel año prohibió fumar en cines y autobuses. Un año después, vetó cualquier tipo de publicidad relacionada con el tabaco.
En 1986 lanzó su Programa Nacional de Control del Tabaco bajo el lema ‘Hacia una nación de no-fumadores’, y a partir de ahí, nuevas prohibiciones y restricciones fueron apareciendo cada pocos años. Entre ellas, elevar la edad legal para fumar de 18 a 21 años o prohibirlo en multitud de espacios públicos.
El motivo, una mezcla entre una temprana obsesión por prevenir las muertes evitables relacionadas con el tabaquismo y la obsesión de ser un país limpio y ordenado. Esto último se entiende bien con otra medida: salvo que sea por prescripción médica, está prohibido mascar chicle en Singapur.
Según el propio gobierno, para “erradicar los problemas creados por los chicles tirados en lugares públicos como cines o parques, y áreas comunes como ascensores, escaleras y pasillos”, así como por el coste de limpieza que suponen. Algo similar motiva una parte de las restricciones al tabaco.
Cinco décadas después de las primeras medidas, Singapur tiene una prevalencia de tabaquismo del 10%, muy a la baja en las últimas décadas y muy por debajo de otras naciones desarrolladas. Y no tan lejos del objetivo marcado: el 5%. Por cierto: la inmensa mayoría de fumadores en Singapur son hombres.
Aunque las restricciones sean graduales y constantes, los efectos llegan a largo plazo. Si hoy la prevalencia de tabaquismo es del 10%, era del doble hace 30 años. Bajarla del 20% al 10% ha llevado tres décadas.
Paquetes a diez euros
Para un español hace años que no es extraño estar libre de humo de tabaco en espacios públicos cerrados, pero no es tan habitual pasar horas caminando por la calle sin toparse con el humo de fumador alguno. Y de nuevo, la ausencia total de colillas en las calles. Eso es Singapur.
No es fácil dar con un fumador en Singapur, pero uno de nuestros taxistas, Zhāng, conductor de Grab, el equivalente a Uber en el sudeste asiático, lo era. Además de salir de su propia iniciativa hablar de cierto tipo de ocio nocturno en Singapur, cuando le cuestionamos por este tema en un coche que supuraba olor a tabaco, fue tan tajante como se podía esperar: “Yo soy fumador desde hace muchos años y cada vez es más difícil, no es fumar y ya está, es ir pensando que tienes que esperar a llegar a aquel sitio. Ahora nos han subido el precio del paquete de tabaco. Estamos acostumbrados a que cada año haya alguna prohibición nueva y cada dos o tres años el tabaco sea más caro”.
El precio de un paquete con veinte cigarrillos está en torno a los 15 dólares singapurenses (10,20 euros). Hace diez años, estaba en torno a los 10 dólares singapurenses (6,8 euros). Bastante más caro que en España, pero si tenemos en cuenta el PIB per cápita, un paquete cuesta un 0,02% en España y un 0,014% en Singapur.
Las consecuencias de todas estas prohibiciones y medidas destinadas a reducir el tabaquismo se notan a pie de calle. En varios días en la ciudad, transitando de día y de noche zonas tan diferentes como Marina Bay Sands (el enclave turístico por excelencia, con el skyline más reconocible) o las playas de la isla de Sentosa; o China Town y Little India, muy distintas en todos los sentidos a las primeras, ni una colilla ha sido avistada en el suelo. Y no es que la limpieza de las segundas, especialmente la última, sea equiparable a la de las primeras.
Calles de Chinatown, una zona de ocio y compras a pie de calle, libres de colillas y suciedad.
Los fumadores, en su inmensa mayoría, han sido avistados en grupos, o bien destinados a sus zonas específicas en las que está permitido fumar, marcadas con pintura amarilla para que no se salgan de ella; o bien en lo que no son zonas señaladas como tal, pero sí los huecos del mapa que escapan a las restricciones. Por ejemplo, las esquinas exteriores de los centros comerciales, sin penetrar en las vías de paso desde el transporte público hasta las puertas del centro. Solo un par de jovenzuelos fueron avistados fumando donde no correspondía, en la parte trasera de una villa de Sentosa, en un punto ciego entre farolas, ya de noche.
En multitud de entornos como parques, plazas o jardines encontramos señales que recuerdan poco amistosamente que cigarrillo avistado, fumador multado. Aunque sean espacios abiertos.
Hay formas de sortear ciertas medidas o prohibiciones. Nuestro taxista nos cuenta que “cuando tengo que ir al norte aprovecho para comprar tabaco en Johor”, una ciudad malasia a una hora en coche de Singapur. “Allí es más barato, pero no puedo entrar de nuevo a Singapur con tanto tabaco”.
Y si alguien tiene la feliz idea de vapear, porque no es tabaco y no hay problema, meeeec, un claxon como un garrotazo. El gobierno del país los prohibió por completo en 2018, tanto los vapeadores como los cigarrillos electrónicos: ni comprarlos, ni usarlos ni poseerlos. De paso, ese mismo año aumentó los impuestos al tabaco por primera vez en cuatro años. Algo antes también se cargó la shisha o los productos alternativos con nicotina.
Algunos países están acompañando a Singapur en sus esfuerzos por erradicar el tabaquismo, y uno de los más destacados es Nueva Zelanda, que hace planteó en 2021 una prohibición generacional. Así, los nacidos a partir de 2009 ya tendrían prohibido de por vida comprar tabaco.Singapur aprovechó para sondear la idea, pero no fue efectiva… de momento.
Quizás sí más adelante, ya que la introducción de medidas graduales durante cincuenta años ha permitido desarrollar un círculo virtuoso: las medidas bajan el tabaquismo, y con ello, se va aumentando la aceptación de nuevas y más duras medidas. Así que quizás más adelante la idea encuentre los apoyos suficientes.
China presume de músculo militar. De uno muy concreto: el que le permite detectar y neutralizar amenazas. Solo unos meses después de que EEUU sacase pecho con su nuevo B-21 Raider, un bombardero con tecnología stealthpara burlar el control de sus posibles enemigos, Pekín ha hecho lo propio mostrando la última tecnología que han desarrollado sus empresas para plantar cara a los drones y las conocidas como aeronaves furtivas. Parafraseando aquel proverbio que nos habla de la mujer del César: una nación, además de tener fuerza militar, debe parecerlo.
Y China ha usado un escaparate privilegiado para demostrarlo.
Sacando músculo.Hace solo unos días Pekín acogió la World Radio Detection and Ranging Expo, la única exposición internacional y profesional sobre radares de la industria en China. La cita se celebra cada dos años y buscar servir de punto de encuentro para el sector y sobre todo “escaparate” de radares miliares y civiles, equipos aeroespaciales, para aviación o incluso estudios meteorológicos.
Uno de los mensajes lanzados tanto por Global Times, como China Daily, dos medios ligados al Partido Comunista Chino, ha sido precisamente cómo ha servido a la industria para demostrar sus últimos avances y radares de nueva generación.
¿Y qué han enseñado? Varios dispositivos. Aunque el que más atención ha acaparado ha sido el sistema de radar multifuncional de banda S YLC-16, de China Electronics Technology Group (CETC), uno de los principales organizadores de la exposición y proveedor de electrónica de defensa de Pekín. Según explica a China Daily Tang Ji, directivo de su centro en Nanjing, el dispositivo está dotado de un sistema phased array y chips avanzados, lo que le permite detectar y rastrear drones, misiles de crucero, armas merodeadoras o aviones furtivos.
“Es uno de los últimos modelos de radar que CETC ofrece en el mercado internacional y es el mejor radar de vigilancia tridimensional de alcance medio que cualquier comprador puede encontrar ahora en el mercado”, apunta Tang Ji, quien asegura que hay ejércitos de África y Asia que ya se han mostrado interesados. Sus características permiten instalarlos en regiones remotas, como áreas montañosas o islas deshabitadas, y que sus operarios los manejen a distancia. La maniobra de apertura y cierre de las antenas y cubiertas plegables exige solo unos minutos.
Con la vista puesta en los drones. CETC también mostró un sistema que permite —recoge Global Times— rastrear, localizar e interferir en las señales de control de drones. Gracias al dispositivo se debilitan sus órdenes de mando, reduce la precisión e incluso se puede “engañar” a la nave para que se desvíe o aterrice. El sistema puede montarse en todoterrenos y vehículos de infantería, barcos o sobre el suelo. La compañía también mostró sistemas de monitoreo de baja altitud para objetos pequeños y lentos, así como misiles de crucero o naves de combate.
Durante la exposición celebrada en la capital China CETC mostró el radar C YLC-12, el S YLC-2E, capaz de detectar objetos con tecnología stealth gracias a un nuevo enfoque que lo diferencia de los anteriores radares “anti-sigilo”. A la cita acudieron también otras empresas armamentísticas del país, como China Electronics Corp, China Aeroespace Science and Industry o China State Shipbuilding, que también presentaron diferentes sistemas submarinos, para misiles o buques.
¿Son todos usos militares? No. Al S YLC-16 también se le puede sacar provecho en la aviación civil, en el que puede encargarse de apoyar la vigilancia del tráfico aéreo. Durante la exposición de Pekín se mostraron sistemas como el GLC-36S, un radar meteorológico capaz de escanear con precisión fenómenos como tifones o tormentas, lo que permitiría a los científicos conocerlos mejor.
Más allá de China. La exposición de Pekín, una cita bianual, llega solo unos meses después de que EEUU presumiera de su B-21 Raider, un bombardero de tecnología furtiva que presentó en diciembre y del que ha ido dando alguna pista desde entonces, casi a cuentagotas. Una de las explicaciones más interesantes la deja su fabricante, Northrop Grumman: “Actualmente solo el 10% de la fuerza de bombarderos de nuestro país es capaz de penetrar las defesas aéreas adversarias avanzadas. Puesto que nuestros adversarios han seguido invirtiendo con fuerza […], es crucial un nuevo bombardero para disuadir a adversarios potenciales”.
“A medida que los adversarios continúan invirtiendo y desarrollando armas avanzadas, el B-21 Raider proporcionará a EEUU un activo estratégico capaz de penetrar las defensas aéreas enemigas y alcanzar objetivos en cualquier parte del mundo, algao que aproximadamente el 90% de la actual flota de bombarderos de la nación es incapaz de hacer”, abunda la firma. Otro factor clave, como destaca Global Times, es el peso que han tenido los drones en la guerra de Ucrania.
Como dice el dicho, madre solo hay una, por eso es difícil adivinar los gustos de cada una cuando llega el momento de hacerle un regalo. Pero si dentro de los dispositivos tecnológicos hay infinidad de opciones para elegir, sin duda cambiar los relojes inteligentes son regalos que casi nunca fallan. Si todavía no has recurrido a esa alternativa, te dejamos seis relojes inteligentes para el Día de la Madre, adaptados a cada estilo y presupuesto.
Samsung Galaxy Watch4
Con permiso del Galaxy Watch5, es el smartwatch más vendido de Samsung, por sus prestaciones a la altura de la gama más alta y con un precio muy inferior a los de Apple, por ejemplo. Su precio está ahora mismo en color rosa en 172,98 euros.
Cuenta con un panel táctil SuperAMOLED, sistema operativo WearOS con One UI Watch, procesador Exynos W920, acompañado de 1,5 GB de memoria RAM y 16 GB de almacenamiento interno. Incorpora una batería de 361 mAh, sensor BioActive, electrocardiograma, análisis de impedancia bioeléctrica, medidor de oxígeno en sangre y 100 modos deportivos.
Samsung Galaxy Watch4 – Smartwatch, Control de Salud, Seguimiento Deportivo, Batería de Larga Duración, 40 mm, Bluetooth, Color Dorado Rosa (Versión ES)
El homónimo de Apple para el Galaxy Watch también tiene hueco en esta lista. Sorprende ver un artículo de la marca para eventos de este tipo, ya que por sus precios están reservados a fechas más marcadas. Habituado a estar en los 299 euros, la versión sin 4G puede comprarse por 259 euros.
Cuenta con una pantalla Retina LTPO OLED de 1,57 pulgadas y Always On Display, chip S8 de doble núcleo acompañado de 1 GB de RAM y de 32 GB de almacenamiento interno. Dispone del sistema watchOS 9, GPS, NFC para Apple Pay, WiFi y Bluetooth 5.3. También incluye sensor de ritmo cardíaco, programas de entrenamiento y función de llamada de emergencia.
Apple Watch SE de 2.ªgeneración (GPS, 40mm) Reloj Inteligente con Caja de Aluminio en Plata – Correa Deportiva Blanca – Talla única. Monitor de entreno y sueño
Con un estilo aún más deportivo, este modelo de Fitbit cuenta con un formato cuadrado, pantalla AMOLED y compatible con Always On Display, incluyendo el sensor óptico multirruta de frecuencia cardíaca. Dispone de otros sensores como temperatura cutánea, luz ambiental, giroscopio o NFC para pagos móviles. Con altavoz y micrófono para llamadas, su batería puede llegar casi a la semana completa.
Este Fitbit Versa 3, cuyo precio habitual está en los 229 euros, está rebajado ahora hasta los 164,48 euros.
Fitbit Versa 3 Health & Fitness Smartwatch with 6-months Premium Membership Included, Built-in GPS, Daily Readiness Score and up to 6+ Days Battery, Pink Clay / Soft Gold
Es uno de los mayores reclamos en una fecha como el Día de la Madre. Y lo es tanto por su estética como por su precio, siendo un complemento de moda ideal para cualquier outfit sin necesidad de gastarse un dineral. Se puede conseguir por solo 129 euros.
Dispone de una pantalla AMOLED de 1,47 pulgadas y resolución 194 x 368 píxeles, además de un sensor óptico para el ritmo cardíaco en la parte inferior. Cuenta con la tecnología TruSeen 4.0 para la frecuencia cardíaca, SpO2, TruSleep 2.0 y 96 modos de entrenamiento. Integra un sistema cerrado de Huawei que no permite descargar apps de terceros, así como Bluetooth 5.0, GPS y 14 días de autonomía.
HUAWEI Watch Fit 2 Smartwatch con GPS,Llamadas Bluetooth,Gestión de Vida Saludable,Batería Larga Duración,Animaciones Entrenamiento Rápido,Monitorización SpO2,Rosa,Reloj Digital Mujer
La marca Garmin también tiene un modelo que puede ser ideal para las madres más deportistas, demostrando una vez más su especialidad de hacer relojes robustos enfocados al deporte extremo. Ahora mismo está por un precio rebajado de 235,09 euros.
Esta versión está pensada para aquellas personas que disfrutan escuchar música mientras hacen deporte, con aplicaciones instaladas como Spotify, Deezer o Amazon Music. Ofrece métricas detalladas para el running como el tiempo de contacto con el suelo o la longitud de la pisada o la relación vertical. La batería, por su parte, es de 6 horas con el GPS activado.
Garmin Forerunner 245 Music, Reloj Inteligente para Correr con GPS, Música, Planes de Entrenamiento Personalizados, Análisis Detallado del Entrenamiento, Autonomía de hasta 7 Días, Blanco
Es otro de los relojes más buscados por las mujeres, por su estética y su esfera circular de gran tamaño. Su precio no es tan apetecible por llegar a los 299 euros, aunque ahora se puede encontrar por 209 euros.
tiene uno de los sistemas operativos más depurados de la actualidad: Wear OS, lo que le va a permitir instalar apps o pagar. Es resistente al agua, tiene una pantalla de calidad siempre activa y ofrece métricas básicas como pasos, sueño, frecuencia cardíaca, nivel cardiovascular, SPO2. Con GPS integrado y Alexa, el único inconveniente está en la batería, que se debe cargar casi cada día.
Fossil Connected Smartwatch Gen 6 para mujer con tecnología Wear OS de Google, frecuencia cardíaca, NFC y notificaciones smartwatch FTW6080
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