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December 13, 2022

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Adriana P

Es ciencia, no ciencia ficción: se ha logrado manipular el espacio-tiempo de un universo simulado en un laboratorio

Es ciencia, no ciencia ficción: se ha logrado manipular el espacio-tiempo de un universo simulado en un laboratorio

Entender en toda su complejidad qué son el espacio y el tiempo no es fácil. No lo decimos nosotros; lo dice Álvaro de Rújula, un prestigioso físico de partículas que, entre muchos otros logros, ha dado clase en Harvard y ha liderado la división de física teórica del CERN. Incluso ha tenido la oportunidad de viajar en el tiempo para hablar cara a cara con Albert Einstein (en la ficción y con mucha gracia, claro).

“El espacio y el tiempo son tan fundamentales que podemos hablar de ellos, pero sin llegar a identificar con la máxima precisión qué son en realidad. Podríamos asimilar el espacio a una especie de conjunto de fichas de dominó, de manera que podemos pegar unas a otras en un plano y después colocar otro plano encima construido de la misma manera. Obviamente el espacio realmente no es así, pero este símil puede ayudarnos a entender de alguna forma su naturaleza”, puntualiza Álvaro.

“En cualquier caso, lo primero que podemos hacer es intentar entender la relación que existe entre el espacio y el tiempo. Si tenemos un espacio plano y en él hay dos hormigas podemos dibujarlas en un cierto instante del tiempo, y luego en un instante posterior podemos dibujar un plano encima con las mismas dos hormigas, pero colocadas en posiciones diferentes. De esta forma podríamos construir una especie de sándwich en el que el espacio discurre en la dirección horizontal de mi dibujo, y el tiempo en la vertical”, nos explica el exdirector de física teórica del CERN.

Antes de seguir adelante, y como preludio a la noticia en la que estamos a punto de indagar, merece la pena que recordemos que la velocidad de la luz es absoluta. Para encajar esta idea Einstein decidió modificar en su teoría el concepto del tiempo, demostrando que su ritmo depende del estado de movimiento de un objeto, pero también de si estás en un campo gravitacional intenso. Lo explicamos con más detalle en nuestro artículo dedicado a la física de los viajes en el tiempo, pero lo realmente importante es que ya tenemos las herramientas que necesitamos para seguir adelante.

Un espacio-tiempo curvo dentro de un laboratorio. No hay un juguete mejor

Un grupo de investigadores de la Universidad de Heidelberg, en Alemania, ha logrado recrear en su laboratorio un espacio-tiempo efectivo que puede ser manipulado de una forma flexible para simular una familia de universos curvados. Suena increíble. Tanto, de hecho, que parece el hilo argumental de una película de ciencia ficción. Pero no lo es. Es real. De hecho, su experimento ha sido revisado por pares y publicado en Nature.

Los modelos cosmológicos con los que trabajan los físicos actualmente se preguntan acerca de la forma en que el espacio se ha expandido y ha modificado su curvatura

En los primeros párrafos de este artículo hemos repasado varias ideas importantes, y una de ellas expone que el espacio y el tiempo están íntimamente conectados, así como que su estructura es fija. Este conocimiento ha servido como punto de partida a estos científicos para diseñar un experimento que les permita entender mejor la interacción entre la materia y el continuo espacio-tiempo, y también para poner a prueba las predicciones de la teoría cuántica de campos.

A grandes rasgos este último modelo teórico propone utilizar la mecánica cuántica, la teoría de campos clásica y la relatividad especial para describir los sistemas clásicos de campos, como, por ejemplo, los campos gravitatorio o electromagnético. Los modelos cosmológicos con los que trabajan los físicos actualmente se preguntan acerca de la forma en que el espacio se ha expandido y ha modificado su curvatura. Y, precisamente, el experimento de estos investigadores puede ayudarnos a entender mejor cómo ha sido la evolución de un espacio-tiempo que en una fase muy temprana pudo ser curvo.

Hasta ahora nos hemos podido formar una idea relativamente certera acerca del propósito de estos investigadores, pero aún nos falta indagar en algo importante: ¿cómo lo han hecho? ¿Cómo han simulado en un laboratorio varios universos curvos con el propósito de coquetear con otros tantos escenarios cosmológicos diferentes? Para curvar el continuo espacio-tiempo de una forma fácilmente perceptible necesitamos masas enormes, como la de una estrella, o bien energías casi inconcebibles. Y es evidente que estos físicos no tienen ni masas enormes ni energías descomunales.

En este experimento la forma de la nube de átomos de potasio determina las dimensiones y las propiedades de un continuo espacio-tiempo en particular

Pero lo que sí tienen es un simulador cuántico de campos que han puesto a punto enfriando una nube de átomos de potasio hasta reducir su temperatura a solo unos pocos nanokelvins por encima del cero absoluto. Esta estrategia les ha permitido obtener un condensado de Bose-Einstein, que, sin entrar en los detalles más complicados, es un estado de la materia especial cuyas propiedades delatan con claridad incluso las más leves perturbaciones de energía a las que se ven sometidos los átomos de la nube.

En este experimento la forma de la nube de átomos de potasio determina las dimensiones y las propiedades de un continuo espacio-tiempo en particular a través del que se propagan las perturbaciones de energía de los átomos bajo la forma de ondas. Además, estos investigadores han logrado actuar sobre las interacciones entre los átomos ajustando con precisión la intensidad del campo magnético que los confina, por lo que, de alguna forma, han conseguido poner a punto un escenario de test muy dúctil. Es apasionante. Su artículo es complejo, pero si no os dejáis intimidar fácilmente y queréis conocer con más precisión en qué consiste su experimento, no dudéis en consultarlo.

Imagen de portada: ThisIsEngineering

Más información: Nature


La noticia Es ciencia, no ciencia ficción: se ha logrado manipular el espacio-tiempo de un universo simulado en un laboratorio fue publicada originalmente en Xataka por Juan Carlos López .

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Adriana P

Esta asfixiante serie distópica de Netflix plantea una pandemia muy original y una interesante reflexión sobre el aislamiento

Esta asfixiante serie distópica de Netflix plantea una pandemia muy original y una interesante reflexión sobre el aislamiento

Netflix sigue lanzando sin parar series y películas no procedentes de los habituales Estados Unidos y los típicos países de Europa occidental: como hablábamos hace unos días, desde series con reparto internacional como ‘1899’ a su exploración de las filmografías coreana, india y muchas otras. Y turca, por supuesto: de allí procede esta estupenda ‘Fiebre cerebral‘, una serie de ciencia ficción que no tiene nada que ver con los típicos culebrones que nos llegan de la zona y que ya puedes ver en la plataforma.

A lo largo de ocho episodios bien rebosantes de material (casi ninguno baja de los 60 minutos de duración), esta serie nos pone en la piel de un ex lingüista que vive en un mundo futuro absolutamente hecho estragos por culpa de una extrañísima plaga que se propaga a través del lenguaje. Un duro entrenamiento le ha convertido en inmune a la plaga y por ello es perseguido por una Institución Anti-Epidemia, lo que le obliga a adentrarse en las peligrosas calles de una Estambul prácticamente destruida.

Basándose en una novela de género del autor también turco Afsin Kum, la serie se distancia felizmente de las ficciones de contagiados, o como felizmente se les denomina aquí, “desvariados”. Por ejemplo, el retrato que se hace de una Estambul dividida en zonas según fronteras vigiladas por el ejército tiene mucho de comentario social, como irá descubriendo el protagonista cuando contacta con unos activistas que se enfrentan a los militares y al uso de los enfermos para someter a la población.

Las referencias a la Primavera Árabe, a las protestas ciudadanas que impidieron el intento de golpe de estado de 2016 en Turquía o incluso a las recientes manifestaciones en Irán dan un contexto muy de nuestro día a día para esta ficción. Pero la inteligentísima idea de la plaga que se mueve a través del lenguaje, pervirtiendo éste, le da también un tono atemporal a su crítica contra el odio a lo diferente. Una sorpresa dura y que merece estar entre lo mejor de las propuestas más recientes de Netflix.


La noticia Esta asfixiante serie distópica de Netflix plantea una pandemia muy original y una interesante reflexión sobre el aislamiento fue publicada originalmente en Xataka por John Tones .

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Adriana P

Ahora mismo solo hay una cosa que nos separa del frío polar y está a miles de kilómetros: la borrasca Efraín

Ahora mismo solo hay una cosa que nos separa del frío polar y está a miles de kilómetros: la borrasca Efraín

Ahora mismo, mientras escribo, la mayoría de países de Europa occidental están sufriendo temperaturas bajísimas y nevadas enormes. Sin embargo, en España disfrutamos de un frío suave y precipitaciones constantes. Pero eso no es lo más curioso. Ni de lejos. Lo más curioso es que lo único que nos separa de esa ola de frío es algo que está a muchos kilómetros de la península: una borrasca en mitad del Atlántico, Efraín.


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