Podemos decir que la batalla contra la sequía no está perdida. Y es que, aunque el verano se va a ir con una traca final de altas temperaturas, debemos recordar que septiembre es un mes de contrastes: el mismo día en que se recogieron 84 litros por metro cuadrado en el archipiélago balear, Cataluña pasaba buena parte de la provincia de Girona a “estado de emergencia” por la sequía.
Lo que importa es el largo plazo. Y ahí aún tenemos una posibilidad.
Más frío que en el este de Europa… Tras la última BFA y el frente frío de la semana pasada, con la ayuda de una pequeña DANA en el sureste y gracias a una enorme masa fría en niveles medios, esta semana ha venido muy fría (para la época del año). Hablamos de entre 5 y 10 grados por debajo de lo habitual.
No debería extrañarnos porque, mientras hablamos, un frente frío está penetrando por el noroeste, dejando numerosas precipitaciones que afectarán (sobre todo) a Galicia y la mitad occidental del Cantábrico. Aunque se internará hacia el sureste, no parece probable que llegue con mucha fuerza al Mediterráneo. Y eso es clave.
…y ahora, de repente, vuelve el verano. Es clave porque a medida que ese frente se disgregue, el tiempo empezará a estabilizarse y el otoño llegará a la península en un ambiente más propio del verano que de cualquier otra estación. No en vano, se alcanzarán más de 30 grados en muchas capitales de provincia y se superarán en zonas como el valle del Guadalquivir.
¿Qué está pasando aquí? Está pasando algo sobre lo que hablábamos hace unos días: que septiembre es un mes capaz de casi todo. Sin los bloqueos atmosféricos que suelen estabilizar el verano en España y viendo cómo la reactivación de las dinámicas polares empieza a mandarnos masas de aire frío, la meteorología del país está indefenso ante todo lo que se le acerca.
Por un lado, como los días aún son largos, dos días de estabilidad desembocan en una subida importante de temperaturas. Por el otro, la llegada de un frente frío conlleva la bajada de las temperaturas hasta cifras parecidas a las de finales de noviembre. Son fenómenos normales… que pueden sucederse con horas de distancia entre sí.
Mirando a otoño con esperanza. Si ponemos la vista un poco más allá, todo parece indicar que el periodo de lluvias y temperaturas frescas se acaba el último tercio de septiembre. “El cambio de mes puede transcurrir bajo una dorsal y un ambiente prácticamente veraniego”, decía el meteorológico Victor M. González y va a ser así.
No obstante, tenemos buenas noticias: “los modelos ven este otoño bastante actividad en el Atlántico oriental y una tendencia húmeda en el oeste de Europa”. Es decir, hay una alta probabilidad de que “las precipitaciones en el conjunto de la Península Ibérica se sitúen por encima de lo normal este otoño”. Especialmente toda la vertiente atlántica.
Ahí nos jugamos mucho, pero tenemos buenas cartas.
Imagen | ECMWF
– La noticia No es una DANA, tampoco un “veranillo”: España afronta una batidora meteorológica en lo que queda de septiembre fue publicada originalmente en Xataka por Javier Jiménez .