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Lo único que le ha faltado a Bernard para convertirse en huracán es tiempo. El mismo que juega en nuestra contra

By Adriana P

October 23, 2023

Los daños que ha provocado la borrasca Bernard ya bastaría para señalar lo evidente: que no se trata de una borrasca normal. De hecho, los meteorólogos han tenido enormes problemas para modelizarla porque conforme pasaban las horas iba ganando complejidad y se alejaba de lo que solemos ver en el Golfo de Cádiz.

“Borrasca con características tropicales”. Ese era el término con el que los expertos hablaban de la tormenta. Era lo más prudente. No iba a ser sencillo determinar si Bernard se había convertido en un ciclón subtropical o incluso una tormenta tropical.

Pero a medida que llegan los datos y las pruebas, las cosas parecen clarificarse: “ha seguido una física y dinámica más propia de los ciclones tropicales”.

Historia de un huracán que no podía ser. Los expertos coincidían en que a medida que la borrasca se organizaba, todo parecía indicar que estaba aprovechando las aguas (inusualmente) cálidas de la zona del Golfo de Cádiz para intentar convertirse en un huracán. Ver huracanes (o los restos de ellos) en esa zona no es raro. A lo largo de la historia hemos visto situaciones compatibles con ello.

Sin embargo, las altas temperaturas superficiales de los últimos meses han hecho que veamos con una nitidez sorprendente a Bernard coger fuerza a las puertas de la península. El precedente de las últimas semanas en el Mediterráneo nos había enseñado que todo esto eran posibilidades que estaban encima de la mesa.

Sin embargo, la preocupación era moderada. Estaba claro que la tormenta iba a tener un alto impacto en el sur de Portugal y el occidente andaluz, pero por mucho que Bernard quisiera convertirse en un huracán (y quería) no le daba tiempo a conseguirlo. Se iba a encontrar con la playa antes de llegar tan lejos.

Cuando Bernard tocó tierra. En términos muy básicos, una tormenta tropical es una máquina que extrae energía del mar y la convierte en movimiento. Eso tiene muchas implicaciones, pero (en lo que nos interesa hoy) significa que cuando toca tierra se acabó el juego. La borrasca mantiene su inercia, pero no puede seguir creciendo y, de hecho, empieza a debilitarse muy rápidamente.

Eso, exactamente eso, es lo que pasó cuando Bernard tocó tierra. Como explicaba González Alemán, uno de los mayores expertos en ciclones subtropicales del país, “este rápido debilitamiento [de Bernard] indica que los procesos físicos de intercambios de calor y humedad/evaporación con el océano estaba cobrando ya una especial importancia en la energética del ciclón. Esto no sucede en las borrascas, es más propio de los ciclones tropicales”.

¿Qué significa todo esto? ¿Qué implicaciones tiene? Es pronto para decirlo. No hay duda que es muy probable que el calentamiento anómalo de las aguas del Atlántico norte tenga mucho que ver, pero (en la medida en que ese calentamiento es aún una incógnita para los expertos) esto nos ayuda poco a entender qué está pasando. Hay mucho que analizar aún ante de tener respuestas sólidas.

Sin embargo, algo ha cambiado. El año pasado decíamos que los huracanes habían empezado a aprender el camino hacia España. Ahora, como vemos, los huracanes han aprendido a hacerse enfrente de las costas españolas. Y eso, como es evidente, cambia el terreno de juego.

No tiene mucho sentido especular. Nadie sabe muy bien qué va a pasar con el mundo en los próximos meses. Sí, El Niño puede situar a las temperaturas mundiales muy arriba, pero ¿qué impacto va a tener eso en el Atlántico? ¿Qué va a pasar en 2025? ¿Cuáles serán las dinámicas que se estabilizaran en nuestra pequeña región del mundo?

Es decir, no, no tiene mucho sentido especular. Pero sí que tiene todo el sentido del mundo prepararnos. En muchas zonas del país ha llovido esta semana lo que llueve en un año normal. Es una buena noticia si logramos aprovecharla, pero también es algo que nos supone un reto enorme que debemos de afrontar.

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Imagen | ECMWF

– La noticia Lo único que le ha faltado a Bernard para convertirse en huracán es tiempo. El mismo que juega en nuestra contra fue publicada originalmente en Xataka por Javier Jiménez .