Desde hace décadas que los seres humanos llevamos empleando hidrógeno para hacer funcionar gran parte de los cohetes que nos impulsan hacia el espacio. Este combustible ha sido esencial para desarrollar la industria espacial, pero vivimos tiempos en los que nos estamos replanteando los métodos utilizados para alcanzar la órbita terrestre. Tiempos en los que necesitamos opciones más fiables, seguras y económicas.
La buena noticia es que el sector espacial tiene varias iniciativas sobre la mesa, algunas de las cuales han conseguido avances estupendos. SpaceX ha demostrado que los cohetes reutilizables son un camino muy prometedor para reducir los costes de acceso al espacio. Esta compañía, además, está trabajando en nuevos motores Raptor de metano para el sistema de lanzamiento Starship como una alternativa al hidrógeno.
La apuesta por el metano de EEUU, China y Japón
Y no solo se trata de Estados Unidos. Mientras que la compañía aeroespacial fundada por Elon Musk todavía no ha conseguido demostrar el funcionamiento de sus nuevos motores en un escenario real (el Starship de nueva generación explotó en una prueba en abril de este año), China ha dado un paso enorme en este sentido. El pasado mes de julio, la compañía aeroespacial LandSpace consiguió lo impensado.
Un cohete Zhuque 2 Y2 equipado con nuevos motores TQ-12 capaces de funcionar con metano alcanzó la órbita. La firma del gigante asiático se posicionó primera en esta carrera. Ahora hay un tercer actor que también pretende hacerse un lugar en el escenario de los cohetes de nueva generación. Este actor es Japón, que junto con su agencia de exploración espacial (JAXA) y Mitsubishi Heavy Industries ha asumido el reto, según Nikkei.
Las razones por las que organizaciones de estas tres potencias económicas consideran al metano como una parte importante del futuro de la exploración espacial son múltiples. Una de ellas, sin dudas, es que el hidrógeno plantea muchísimos riegos asociados a conservación y utilización. Al momento de la carga de combustible, este fluye hacia los tanques a temperaturas criogénicas, lo que obliga a llevar a cabo procedimientos muy delicados.
Además, aseguran los analistas, operar cohetes con hidrógeno como combustible es mucho más caro que hacerlo con metano, que tiene menores costes de producción, es más fácil de almacenar y transportar. Teniendo en cuenta estas y otras ventajas, la JAXA sentó las bases sobre un nuevo tipo de motor a principios del nuevo milenio. De hecho, desarrolló un pequeño prototipo de un sistema de propulsión de metano.
Los avances en los años siguientes no fueron significativos, pero el interés por finalmente contar con una alternativa a los motores de hidrógeno ha vuelto a generar interés. La agencia espacial japonesa ha consolidado una asociación con Mitsubishi Heavy Industries, una de las ramas industriales del gigante asiático Mitsubishi Group, para construir un cohete de próxima generación que funcione con metano.
Esta vez el desafío parece ir en serio. JAXA y Mitsubishi ya están diseñando el motor del futuro cohete. Y, como parte del proyecto, están estudiando este método de combustión para elaborar configuraciones que permitan reducir el peso y el coste del cohete. Se trata, sin dudas, de un objetivo muy ambicioso que no debería quedar únicamente sobre el papel. Incluso hay una hoja de ruta que establece los objetivos a cumplir.
Japón se ha propuesto que el nuevo cohete, cuyo nombre todavía se desconoce, pueda hacer su primer vuelo en 2030. Si el proyecto evoluciona de acuerdo a lo planeado, los nipones esperan tener una alternativa al sistema de lanzamiento H-IIA, también de Mitsubishi. Estamos hablando de un cohete que lleva volando desde 2001 y que tiene un historial operativo muy exitoso: alcanzó 39 misiones consecutiva sin inconvenientes.
Imágenes: JAXA | LandSpace
– La noticia Japón ha entrado de lleno en la carrera por fabricar un cohete espacial de metano: estos son sus planes fue publicada originalmente en Xataka por Javier Marquez .