La 14ª generación de procesadores Intel Core ya está aquí. Ha llegado sin hacer apenas ruido. De una forma relativamente tímida. Y sí, tiene sentido. El procesador que vamos a poner a prueba en este artículo es el modelo insignia de esta familia, por lo que está llamado a ocupar el hueco en el porfolio de Intel que acaparan el Core i9-13900K y sus variantes. Eso sí, hay algo importante que los usuarios no debemos pasar por alto: la microarquitectura de las CPU de 13ª y 14ª generación es esencialmente la misma.
Los procesadores de 14ª generación están fabricados empleando la misma litografía Intel 7 (10 nm) utilizada en los chips de 13ª generación. Intel no disimula lo mucho que tienen en común estas dos familias (ambas comparten el nombre en código ‘Raptor Lake’), aunque los chips de 14ª generación tienen algo a su favor que a priori debería permitirles entregarnos un rendimiento más alto que sus predecesores: trabajan a unas frecuencias de reloj más altas. Un apunte antes de zambullirnos en el análisis: Intel se ha reservado su plato fuerte para la próxima generación. Los chips ‘Meteor Lake’ sí llegarán repletos de novedades.
Intel Core i9-14900K: especificaciones técnicas
Intel lo ha apostado (casi) todo a la frecuencia de reloj en esta generación
La tabla de especificaciones que publicamos encima de estas líneas refleja con claridad lo mucho que tienen en común los procesadores de 13ª y 14ª generación. Comparten microarquitectura, como he mencionado unas líneas más arriba, y si nos ceñimos a los modelos Core i9-14900K y Core i9-13900K comprobaremos que comparten los núcleos totales (24), los núcleos de alto rendimiento (8), los núcleos de alta eficiencia (16) y también los hilos de ejecución (threads) que son capaces de procesar simultáneamente (hasta 32).
También tienen el mismo subsistema de memoria caché de nivel 2 (L2) y 3 (L3). Y el mismo zócalo (LGA1700). De hecho, cualquier usuario que tenga una placa base con chipset Z790 o Z690 podrá sacar el máximo partido al nuevo procesador Core i9-14900K (promesa de la propia Intel). Entonces ¿qué aporta el Core i9-14900K? Su baza más evidente es que es capaz de trabajar a unas frecuencias de reloj perceptiblemente más altas.
Este modelo alcanza los 6 GHz frente a los 5,8 GHz máximos del Core i9-13900K. Además, las frecuencias de reloj base y máxima de los núcleos de alto rendimiento y alta eficiencia se han incrementado entre 100 y 200 MHz, por lo que sobre el papel las aplicaciones más sensibles a la frecuencia de reloj serán las que más se beneficiarán de este incremento. Lo comprobaremos en la sección de este artículo dedicada a los tests de rendimiento. No obstante, podemos prever algo que no tardaremos en comprobar: este incremento de la frecuencia de reloj con toda seguridad provocará que el consumo de la CPU bajo máxima carga también sea más alto.
Sea como sea este procesador de Intel llega con algo más bajo el brazo. Algo que posiblemente interesará a los usuarios que practican overclocking. Y es que la herramienta Extreme Tuning Utility (XTU) ahora incorpora un algoritmo de inteligencia artificial diseñado para analizar nuestro PC y determinar de una forma completamente transparente para el usuario cuáles son los parámetros de overclocking óptimos.
A priori no todas las unidades de un mismo modelo de CPU tienen el mismo potencial para practicar esta técnica. Los usuarios avanzados pueden seguir optando por un ajuste fino de los parámetros de funcionamiento de su procesador. Yo prefiero esta opción, pero reconozco que para los aficionados que hacen sus primeros pinitos en el mundo del overclocking tener en sus manos esta herramienta es una ventaja que merece la pena no pasar por alto.
El procesador Intel Core i9-14900K, en combate
Antes de revisar cuáles son los componentes que hemos utilizado para poner a prueba este nuevo microprocesador de Intel merece la pena que repasemos brevemente la configuración de la plataforma de test que hemos empleado para evaluar el rendimiento de los chips a los que lo hemos enfrentado.
Para estas pruebas hemos usado dos módulos de memoria Corsair Dominator Platinum DDR4-3600 con una capacidad conjunta de 16 GB y una latencia de 18-19-19-39; una tarjeta gráfica AMD Radeon RX 6800 XT con 16 GB GDDR6; una unidad SSD Samsung 970 EVO Plus con interfaz NVMe M.2 y una capacidad de 500 GB; un sistema de refrigeración por aire para la CPU Corsair A500 con ventilador de rodamientos por levitación magnética y una fuente de alimentación modular Corsair RM 750x.
La placa base que hemos utilizado con los procesadores Intel Core de 10ª generación es una Gigabyte Z490 AORUS Master con chipset Intel Z490; con los chips Intel Core de 11ª generación hemos usado una ASUS ROG Maximus XIII Hero con chipset Intel Z590; con los de 12ª generación una MPG Z690 Carbon WiFi de MSI equipada con el chipset Intel Z690, y, por último, con los procesadores Ryzen 5000 de AMD hemos empleado una ASUS ROG Crosshair VIII Hero con chipset AMD X570.
El monitor que hemos utilizado en las pruebas es un ROG Strix XG27UQ de ASUS equipado con un panel LCD IPS de 27 pulgadas con resolución 4K UHD y capaz de trabajar a una frecuencia de refresco máxima de 144 Hz. Las pruebas gráficas las hemos ejecutado con la máxima calidad implementada en cada juego o test y habilitando la API DirectX 12 en aquellos títulos en los que está disponible. Y, por último, las herramientas que hemos utilizado para recoger los datos son OCAT, de AMD, y FrameView, de NVIDIA. Ambas están disponibles gratuitamente.
Pasamos a los componentes que hemos utilizado para poner a prueba los procesadores Intel Core de 13ª y 14ª generación con microarquitectura ‘Raptor Lake’ y ‘Raptor Lake-S Refresh’ respectivamente. La placa base es una ROG Maximus Z790 Hero de ASUS con chipset Intel Z790. Tiene un diseño eléctrico de primera división, componentes de mucha calidad y un acabado que refleja con mucha claridad que estamos delante de una placa base para entusiastas.
En la siguiente fotografía podemos ver que buena parte de su superficie está cubierta por disipadores para garantizar que tanto las unidades SSD como los demás componentes que disipan una cantidad importante de energía térmica trabajan por debajo de su umbral máximo de temperatura. Además, nos permite instalar hasta 5 unidades SSD, y, lo que para nosotros es mucho más importante, durante nuestras pruebas nos ha demostrado ser estable como una roca incluso cuando recurrimos a un overclocking agresivo.
Los módulos de memoria que hemos utilizado para sacar todo el jugo a los procesadores ‘Raptor Lake-S Refresh’ son dos imponentes Dominator Platinum RGB DDR5 de Corsair con una capacidad conjunta de 32 GB, una frecuencia de reloj efectiva de 6.000 MHz y una latencia 36-38-38-76. Están impecablemente acabados e incorporan unos disipadores de aluminio anodizado que se responsabilizan de que los chips de memoria no superen bajo ninguna circunstancia su umbral máximo de temperatura. Hemos dedicado a estos módulos de memoria muchas horas de pruebas, y son una delicia para los entusiastas del overclocking.
Le toca el turno a un componente fundamental en este análisis: el sistema de refrigeración que se responsabiliza de evitar que los procesadores ‘Raptor Lake-S Refresh’ superen su umbral máximo de temperatura. La solución que hemos utilizado es un kit de refrigeración líquida iCUE H150i Elite LCD de Corsair equipado con tres ventiladores PWM que pueden dejar de girar cuando el nivel de estrés del PC es moderado.
El disipador que se responsabiliza de recoger la energía térmica disipada por la CPU mediante conducción es de cobre, y este kit incorpora, además, una pantalla LCD IPS de 2,1 pulgadas y una resolución de 480 x 480 puntos, así como un centro de control desde el que los usuarios podemos administrar tanto el régimen de giro de los ventiladores (hasta 6) como la iluminación. Montarlo es pan comido, por lo que cualquier usuario mínimamente cuidadoso puede instalarlo en su PC sin dificultad.
Ahí va otro ingrediente importante de nuestro banco de pruebas que merece la pena que no pasemos por alto: la masilla térmica. La que hemos utilizado para optimizar la refrigeración de los procesadores Intel Core de 13ª y 14ª generación es la XTM70 de Corsair. Junto a la jeringuilla que contiene los 3 g de pasta térmica esta marca nos entrega un dosificador que resulta muy útil para distribuirla uniformemente sobre la superficie del disipador térmico que recubre el núcleo de la CPU.
Por último, la fuente de alimentación a la que hemos encomendado la tarea de saciar, y ahí va un espóiler, a los glotones procesadores Intel Core de 13ª y 14ª generación es una Corsair HX1500i 80 Plus Platinum modular con una capacidad de entrega de potencia máxima de 1500 vatios y unas prestaciones acordes a las de las CPU que estamos analizando. De hecho, durante las decenas de horas que han durado nuestras pruebas esta fuente de alimentación se ha comportado de una manera completamente estable. Además, es sorprendentemente silenciosa.
Vamos a la carga con PCMark 10. El claro vencedor en esta prueba es el Ryzen 9 7950X de AMD, seguido muy de cerca por dos procesadores de esta misma marca: el Ryzen 7 7700X y el Ryzen 9 7950X3D. Los Intel Core i9-12900K y 14900K quedan algo más rezagados, aunque su rendimiento es solo un poco más bajo que el que nos entregan las CPU de la familia Ryzen 7000 de AMD.
En la prueba multihilo de Cinebench R20 el Intel Core i9-14900K se ha impuesto, aunque su rendimiento es solo un poco más alto que el del Core i9-13900K. Es evidente que en este escenario de test la mayor frecuencia de reloj del nuevo procesador de Intel le ha ayudado a arrojar un rendimiento más alto, aunque solo ha superado a su predecesor tímidamente.
Curiosamente en la prueba multihilo de Cinebench R23 la CPU que ha arrojado el rendimiento más alto ha sido el Core i9-13900K, aunque el Core i9-14900K le pisa los talones. Y tras ellos, a poca distancia, aparece el también muy apetecible Ryzen 9 7950X de AMD. El Ryzen 9 7950X3D queda un poco más rezagado en la cuarta posición de este test. Un apunte interesante: esta prueba es perfecta para someter a todos los núcleos de cualquier procesador a la máxima carga de forma simultánea.
En el test monohilo de Cinebench R23 el más rápido ha sido el Core i9-14900K. En esta prueba su alta frecuencia de reloj juega claramente a su favor. De hecho, se ha impuesto con cierta claridad a su predecesor, el Core i9-13900K.
El vencedor en la prueba de renderizado mediante trazado de rayos ‘Corona 1.3’ ha sido el Core i9-13900K, aunque el Core i9-14900K ha invertido solo 1 s más en este test. Y el Ryzen 9 7950X3D de AMD solo 1 s más que el 14900K. Los tiempos en esta prueba están muy ajustados en los procesadores que tienen una cantidad similar de núcleos (la frecuencia de reloj queda en un segundo plano).
En el test monohilo de Geekbench 5 vuelve a repetirse un resultado similar al de pruebas anteriores: el Core i9-14900K se impone, pero el Core i9-13900K y el Ryzen 9 7950X de AMD lo siguen de cerca. Una vez más la cuarta posición se la reserva el interesantísimo Ryzen 9 7950X3D. Los índices de rendimiento de estas CPU en esta prueba son similares.
En el test multihilo de Geekbench 5 las cuatro primeras posiciones se las reparten, una vez más, los procesadores habituales. El más rápido es, de nuevo, el Core i9-14900K. El Core i9-13900K lo sigue de cerca, y los Ryzen 9 7950X y 7950X3D van detrás, aunque un poco más rezagados. Las demás CPU aparecen a cierta distancia de las cuatro que han arrojado el rendimiento más alto.
‘Octane 2.0’ es un test desarrollado en JavaScript que resulta útil para evaluar la capacidad de cálculo de un microprocesador. Esta prueba define un número elevado de escenarios de análisis, y en ella el Core i9-14900K de Intel ha logrado aventajar con mucha claridad a los procesadores de la familia 7000 de AMD, que hasta ahora se habían mostrado intratables en este test.
En la siguiente gráfica podemos ver que en ‘Wolfenstein: Youngblood’ el rendimiento de todos los procesadores de última generación está muy igualado. En cualquier caso, los dos más rápidos a 1080p, una resolución en la que la CPU es primordial, son los que cabía esperar: el Core i9-14900K y el Ryzen 9 7950X3D.
En ‘Doom Eternal’ el Core i9-14900K se impone a 1080p y 1440p, aunque no a 2160p. En el motor gráfico de este juego los cuatro últimos procesadores insignia de Intel han arrojado un resultado estupendo a 1080p, pero a otras resoluciones otras CPU más modestas se atreven a plantarles cara.
En ‘Control’ los procesadores Intel Core de 12ª generación son los que han entregado el rendimiento más alto a todas las resoluciones, aunque el Core i9-14900K les sigue de cerca. A medida que se incrementa la resolución el Ryzen 9 7950X3D de AMD va recortando la distancia que lo separa de los procesadores más rápidos de Intel.
‘Final Fantasy XV’ es un feudo del Ryzen 9 7950X3D. Se ha impuesto con cierta claridad a 1080p y 1440p, aunque, sorprendentemente, a 2160p lo ha superado, aunque por poco, el Core i9-14900K. De una cosa no cabe duda: si el dinero no es un problema estas dos CPU son muy apetecibles para jugar, aunque hay otros procesadores más equilibrados para juegos. El Ryzen 7 5800X3D sigue siendo una opción estupenda en este escenario de uso.
En la siguiente gráfica podemos ver que a plena carga bajo la prueba multinúcleo de Cinebench R23 los Intel Core i9-14900K, 13900K, 12900K y Core i5-12600K superan los 100 ºC. En este terreno es evidente que Intel tiene mucho margen de mejora. Será interesante comprobar cuánta energía disipan en forma de calor sus próximos procesadores ‘Meteor Lake’, que están siendo fabricados empleando la litografía UVE Intel 4.
Por último, de nuevo a plena carga en la prueba multinúcleo de Cinebench R23 el Core i9-14900K ha arrojado un consumo de nada menos que 344 vatios. Los 314 vatios del Core i9-13900K me parecieron excesivos cuando lo analicé, pero lo del Core i9-14900K es sonrojante. De nuevo, en este ámbito Intel tiene que ponerse las pilas. Veremos qué sucede cuando lleguen los procesadores ‘Meteor Lake’.
Intel Core i9-14900K: la opinión de Xataka
El titular de este análisis refleja con mucha claridad qué opino acerca de este procesador de Intel. Tiene a su favor un rendimiento global fabuloso en prácticamente todas las aplicaciones. Con los juegos se codea con el también estupendo Ryzen 9 7950X3D de AMD, lo que lo coloca como una opción interesante si nuestro presupuesto nos permite acceder a una CPU de 700 euros. Sin embargo, este procesador dista mucho de haberme convencido.
La principal razón por la que no lo ha hecho es que consolida una actualización modesta de los procesadores ‘Raptor Lake’ del año pasado. El incremento de la frecuencia de reloj tiene un impacto perceptible en su rendimiento, pero también lo tiene en su consumo, que, como hemos visto, es de nada menos que 344 vatios a plena carga. Me parece excesivo.
Ahí va una confesión: espero con ganas la llegada de los próximos procesadores de Intel, los ‘Meteor Lake’, porque se apoyan en una microarquitectura con novedades muy jugosas y están siendo fabricados con la litografía de tipo ultravioleta extremo (UVE) Intel 4. Cruzo los dedos para que cuando lleguen estén a la altura de las expectativas y por fin una propuesta de Intel nos entregue una relación rendimiento/vatio realmente convincente.
Este microprocesador ha sido cedido para este análisis por Intel. Puedes consultar nuestra política de relaciones con las empresas.
Más información: Intel
– La noticia Intel Core i9-14900K, análisis: este procesador nos ha dejado con ganas de más. Con ganas de ‘Meteor Lake’ fue publicada originalmente en Xataka por Juan Carlos López .