La arquitectura RISC-V interpreta un papel central en la estrategia de China. Esta tecnología es una alternativa de hardware libre tanto a los diseños x86-64 de Intel y AMD como a las CPU con arquitectura ARM que tanto han proliferado durante los últimos años. Para el país liderado por Xi Jinping representa la oportunidad de sostener su desarrollo tecnológico a pesar de las sanciones de la alianza liderada por EEUU. De hecho, el Gobierno chino ha creado un consorcio de empresas e institutos de investigación que persigue desarrollar chips con esta arquitectura.
Tencent, Alibaba y la Academia de Ciencias de China son algunas de las organizaciones que están trabajando en el desarrollo de procesadores con arquitectura RISC-V, y la Administración de EEUU está muy preocupada. Lo está debido a que esta tecnología puede utilizarse para poner a punto superordenadores extraordinariamente capaces. De hecho, Europa ya tiene listo EPAC (European Processor ACcelerator), su primer chip RISC-V, y precisamente ha sido diseñado para residir en el interior de los próximos superordenadores europeos.
Lo que EEUU quiere controlar es extremadamente difícil de controlar
Marco Rubio y Mark Warner son dos de los senadores estadounidenses que están presionando a la Administración de Joe Biden para conseguir que haga algo en lo concerniente al desarrollo de la arquitectura RISC-V. El origen de su preocupación es el mismo motivo que reside detrás de las sanciones que EEUU ha desplegado durante los últimos años para frenar el desarrollo tecnológico de China: la seguridad de los ciudadanos estadounidenses. El problema para los legisladores es que, como hemos visto unas líneas más arriba, RISC-V es una arquitectura libre y abierta.
EEUU no puede hacer nada para impedir que China desarrolle la tecnología RISC-V y fabrique sus propios procesadores con esta arquitectura. Lleva muchos años haciéndolo, y con toda seguridad seguirá adelante al margen de las normas que aprueben los legisladores estadounidenses. Eso sí, lo que sí puede hacer la Administración de Joe Biden es limitar las contribuciones que sus propias empresas hacen al desarrollo de esta tecnología. Sobre el papel incluso puede impedir que el intercambio de conocimiento vinculado tradicionalmente a RISC-V siga adelante. Al menos en lo que se refiere al rol de EEUU.
Esto es precisamente lo que reclaman Rubio, Warner y otros senadores. No quieren que China se beneficie de las aportaciones que realizan las empresas y las instituciones de investigación estadounidenses al avance de la arquitectura RISC-V. Mike Gallagher, el máximo responsable del comité que ha creado el Gobierno estadounidense para supervisar todo lo que tiene que ver con China, defiende que “el Departamento de Comercio necesita que cualquier persona o compañía estadounidense tramite una licencia de exportación antes de colaborar con cualquier entidad china en el ámbito de la tecnología RISC-V”.
Además, Michael McCaul, que es el máximo responsable del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de EEUU, asegura que “el Partido Comunista Chino está abusando de la tecnología RISC-V para sortear el dominio estadounidense de la propiedad intelectual que es necesaria para fabricar estos chips”.
En esta coyuntura es muy probable que finalmente el Gobierno estadounidense apruebe nuevas sanciones diseñadas expresamente para impedir que sus avances en el contexto de la arquitectura RISC-V lleguen a China, pero con toda probabilidad la Administración de Xi Jinping reforzará su investigación en esta área como ya lo está haciendo en el ámbito del diseño de equipos de litografía.
Imagen de portada: Derrick Coetzee
Más información: Reuters
– La noticia EEUU tiene un nuevo plan para acorralar a China: ponerle más difícil el acceso a lo último en tecnología RISC-V fue publicada originalmente en Xataka por Juan Carlos López .